sábado. 20.04.2024

Unas elecciones entre la algarabía y la quimera

“Había yo tenido ya ocasión de discurrir con mi amo sobre la  naturaleza del gobierno en general, y particularmente sobre nuestra magnífica Constitución, legítima maravilla y envidia del mundo entero.[...

“Había yo tenido ya ocasión de discurrir con mi amo sobre la  naturaleza del gobierno en general, y particularmente sobre nuestra magnífica Constitución, legítima maravilla y envidia del mundo entero.[...] Le dije que un primer ministro, o ministro presidente, que era la persona que iba a pintarle, era un ser exento de alegría y dolor, amor y odio, piedad y cólera, o, por lo menos, que no hace uso de otra pasión que un violento deseo de riquezas, poder y títulos. Emplea sus palabras para todos los usos, menos para indicar cuál es su opinión; nunca dice la verdad sino con la intención de que se tome por una mentira, ni una mentira sino con el propósito de que se tome por una verdad.  Lo peor que de él se puede recibir es una promesa, especialmente cuando va confirmada por un juramento; después de esta prueba, todo hombre prudente se retira y renuncia a todas las esperanzas”. (“Los Viajes de Gulliver”. Jonathan Swift.)

La convocatoria de elecciones anticipadas en Catalunya  por  Artur Mas(no Ártur, como repiten con fonética anglo tanto indocumentado ) es la culminación de una estrategia hábilmente construida   para zafarse de su responsabilidad como el mayor y más incompetente recortador de derechos del Reino- en feroz competencia con MR -y eso que el galán se jactaba de formar el “govern dels millors” en feliz coalición con el PPC. La fina  maniobra de cubrise con los gritos indignados de la Diada le permitirá cosechar  el maná de votos de muchos que se han creído un  relato retorcido( “no nos quieren”,“la solució,in-de-pen-den-cia”, “freedom Catalonia”, “botiflers”)cuya finalidad no es otra que encubrir la otra  cara de la luna del ultranacionalismo y cargarle marrón  de que, a no tarda,rno va a poder pagar ni la luz del Palau de Sant Jordi al mítico “Madrit”. Por más que esté fatigado de España, su gesto  es una modalidad de la picaresca española :¡a mi que me registren, que ha sido el otro¡

Cierto es que para la mayoría de los ciudadanos catalanes (y ¡ojo¡ también para muchos demócratas del resto de España) la sentencia sobre el Estatut por parte de un ilegítimo TC, instigado por el PP y-no se olvide-sectores bien pensantes del PSOE- (los Ibarra,Bono,Peces,Guerra) y los intelectuales mediáticos, ha supuesto un humillación inaudita para el pueblo catalán y sus instituciones. La caverna facha- incluyendo la caterva de comentaristas futbolísticos graciosillos- ha convertido la mofa y el escarnio a todo lo catalán en un signo de patrioterismos casposo de carácter neofranquista, con sus boicots al cava  y la butifarra y sus siniestras mesas petitorias contra Catalunya bajo la presidencia de honor de la chulapa Aguirre. ¡Es como para estar hasta el copete, por no decir una grosería¡

 Pero por más greuges que se acumulen, no puede haber una salida para Catalunya basada en otra barbarie de manipulación y engaño equivalente a la de los fachas de pelo en el pecho, como la que pretende CiU y el Tea Party independentista. La destrucción de la sanidad pública catalana, el uso masivo de recursos públicos para financiar la enseñanza privada,los ochocientos mil desempleados, el cierre de servicios y programas sociales, la depauperización de grandes sectores populares, la acumulación de riqueza en pocas manos, el crecimiento de la xenofobia, la corrupción de la casta política con sus Palaus y sus “3%”, y tantos y tantos problemas que estremecen a la sociedad catalana son los mismos y tienen el mismo origen que el resto de España: las políticas ultraliberales y el secuestro de la democracia.

La falsa salida de Mas&Durán equivale al pan de hoy  de los votos para preservar el poder, a cambio del hambre de mañana que pagarán con la división y el deterioro -quizás durante largo tiempo- de la cohesión social de Catalunya lograda tras el franquismo. Al polarizar a la sociedad catalana entre la independencia(velados con palabrerías ambiguas y sonoros silencios) y el unionismo españolista(los botiflers y otros malos catalanes), el nacionalismo consigue asestar un golpe- puede que definitivo- al consenso social  que permitió la restauración de la Generalitat y la aceptación de de la cultura y lengua catalana por parte de la comunidad de catalanes castellano parlantes.

 Atrás  queda la obra del PSUC del Guti y Gregorio López Raimundo, del PSC de  Joan Reventós, Ernest Lluch y Pascual Maragall, de intelectuales y artistas como Josep Benet, Raimon, Serrat, Vázquez Montalbán, Martí i Pol, Montserrat Roig, Pere Quart, Antoni Tapies, de Tarradellas, de Roca Junyent, de Jordi Pujol(sí, del  Molt Honorable  Pujol)...de la consigna unitaria por excelencia “Llibertat, amnistía , estatut d'autonomía”,  una Catalunya integradora por esa frase de que  “es catalán todo aquel que vive y trabaja en Catalunya” tan alejada de una identidad  excluyente como la que subyace  tras el independentismo y la construcción del enemigo exterior( y su quinta columna).

 El supremo argumento del expolio  fiscal como justificación definitiva del independentismo se acerca peligrosamente a los argumentos de Alemania sobre el supuesto despilfarro de los indolentes sureños europeos. O, lo que es aún peor,se mete en los mismos pantanos argumentales que los secesionistas padanos de Bosi. Otra cosa es que sea necesario un nuevo pacto fiscal que garantice los derechos y equilibrio de los intereses de los ciudadanos catalanes. Sería muy recomendable que que los sectores de la izquierda catalana, que aún no se encuentren engullidos por el abismo independentista, supieran distanciarse de la petición de un pacto fiscal que rompiese con el principio de solidaridad y se asemejase a una revuelta fiscal de los ricos contra los pobres, con los pobres propios haciendo de figurantes.

Resulta curioso como el debate de la  vida política española se centra cada vez más  en la pura y dura manipulación pertinaz del lenguaje y del significado de las palabras. No es que se trate de una novedad-ni mucho menos una aportación original de la politología española al mundo global-ya que es uno de los atributos  del poder  en todos los tiempos: el que tiene el poder reescribe la historia a su conveniencia y dicta lo que significa cada palabra para enmascarar la naturaleza real de sus actos e intenciones. En su obra- escrita clandestinamente en pleno nazismo- “La  Lengua de Tercer Reich”- el  filólogo Victor Kemplerer escribía: “el lenguaje saca a la luz aquello que una persona quiere ocultar de forma deliberada, ante otros o ante si mismo, y aquello  que lleva dentro inconscientemente.”

 Así,por ejemplo,se puede  llamar  democracia a algo que no lo es; denominar gobiernos soberanos a lo  que son  meras marionetas  del poder de los mercados; calificar como desarrollo económico a lo que sólo es acumulación de riqueza para los ricos; denominar como marca España a un estado; apodar orden público a la represión de la protesta popular; beatificar  la constitución como santo súbito mientras la se la pasan por dónde ya se sabe,...

La  formulación como algarabía, de la masiva manifestación popular en Catalunya en la Diada o como quimera a la exigencia de cambio de centenares de miles de ciudadanos, permiten desentrañar  los intríngulis  con el que la cúpula del poder del estado enfoca uno de los problemas históricos más profundos que tiene ante sí la sociedad española-sí, española, no sólo catalana-.

Al elegir el término “algarabía” los creativos de Moncloa- además de denotar una necedad increíble- quizás no tuvieron en cuenta alguna de las acepciones del vocablo por  el DRAE (Del ár. hisp. al‘arabíyya, y este del á.r. clás. ‘arabiyyah).1. f. Lengua árabe.2. f. coloq. Lengua o escritura ininteligible)pudiesen indicar que los manifestantes son gentes de etnias exóticas y ajenas al auténtico ser español  y la lengua de esas extrañas gentes un galimatías propio de moros o polacos, lo cual representa  una estulticia y un desprecio impropio de un presidente(mejor dicho: muy propio de este presidente). Por si no lo saben, los manifestantes eran a todas luces  ciudadanos españoles y se expresaban en idiomas tan españolísimos como son el castellano y el catalán, así que, si lo confunden con la al'arabiyya, será porque son sordos o tienen mala baba.

En cambio, la corona-tras tanta cacería y  disgustos por la conducta impropia  de familiares y amigos- se ha inclinado por aplicar las enseñanzas de Marshall McLuhan( “el medio es el mensaje”) y ha preferido usar la tecnología de las modernas redes sociales para endilgarnos la mitológica “quimera”(Del lat. chimaera, y este del gr. χίμαιρα, animal fabuloso).1. f. Monstruo imaginario que, según la fábula, vomitaba llamas y tenía cabeza de león, vientre de cabra y cola de dragón). En este caso se puede considerar que también los modernos asesores de lacasareal.com ha incurrido en un desdichado desliz dado que el patrón de Catalunya resulta que es Sant Jordi, que ha pasado a la leyenda precisamente porque mató al malvado dragón-dela estirpe de la quimera- para salvar a su pueblo del hambre.¡ Así que cuidado con las palabras, que las carga el diablo¡

Para el resto de España, sin Catalunya (y/o sin el País Vasco) el panorama  sería un retorno a las pesadillas  del nacional catolicismo castizo y centralista  que durante tanto tiempo aplastó todo atisbo de democracia y progreso. Sólo la alianza de la izquierda progresista española y de aquellos que aspiraban al reconocimiento de instituciones y cultura propias en las nacionalidades históricas ha permitido la existencia algunas fases de nuestra historia  de democracia y libertad (la II República y la monarquía parlamentaria actual). Pero no se debe negar la realidad:hoy la mayoría de los ciudadanos catalanes están hartos y desean un cambio. Un cambio que deberán decidir libremente los ciudadanos catalanes mediante procedimientos democráticos y pacíficos,un cambio que les obligará a optar, penosamente, por el federalismo o el separatismo.

Una consulta popular es algo irreprochablemente democrático a condición de se pregunten cosas claras, que se puedan debatir libremente , sin medios manipulados, sin financiaciones ilegales. Otra cosa es las consecuencias de las decisiones que deberían  ser bien sopesadas e informadas .Porque en estos tiempos en que las soberanías nacionales han sido borradas del mapa, cuando los mercados gobiernan mediante decretos ley y los gobiernos sus empleados de lujo, las estrategias de integración y cooperación son la única alternativa a la barbarie ultracapitalista.

El federalismo es posible y abre nuevas posibilidades de convivencia y democracia para el resto España y Catalunya(una nación de naciones, un estado federal , pero con iguales derechos para todos los ciudadanos) . En cambio la independencia  puede ocasionar una fractura grave en la cohesión social catalana y un choque tremendo con el nacionalismo ultra español que  puede arrasar con toda la democracia en España, aunque pueda parecer apocalíptico decirlo. Los problemas de Catalunya ya son un problema hoy de supervivencia de la propia democracia en España. Porque la democracia sí que es indivisible.

Unas elecciones entre la algarabía y la quimera
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