jueves. 18.04.2024

Una institución con minifalda

NUEVATRIBUNA.ES - 3.5.2010...La principal de ellas la reservó, como no podía ser menos dada su trascendencia, para el 2 de Mayo. No iba a ser ella menos que los franceses haciendo ruido con sus cañones. Al parecer ni su Gobierno ni su partido se rodeó de chorizos sin escrúpulos. Simplemente es la institución la que va provocando.
NUEVATRIBUNA.ES - 3.5.2010

...La principal de ellas la reservó, como no podía ser menos dada su trascendencia, para el 2 de Mayo. No iba a ser ella menos que los franceses haciendo ruido con sus cañones. Al parecer ni su Gobierno ni su partido se rodeó de chorizos sin escrúpulos. Simplemente es la institución la que va provocando.

Gracias a la jurisprudencia emanada de la legendaria sentencia de la minifalda, aquella que vinculaba el abuso sexual a la escasez de centímetros de tela, la presidenta madrileña ha colegido que igual que entonces el eximente era la visibilidad de unas piernas en el caso que la ocupa son unos suculentos contratos. Si no nos resistimos a arrebañar la salsa de los callos ¿cómo lo vamos a hacer con una comisión en Boadilla del Monte? Pues eso. Que la corrupción es consustancial a las instituciones. Y mañana Navidad.

No quisiera decir que después de legar esta cita a la Historia se quedó tan ancha porque capaz es de convocar a Telemadrid para desmentir que haya engordado. Y eso que, doy fe, los canapés de la recepción en Sol, por su aparatoso porte y recia composición, más parecían los sobrantes de la fiesta de aniversario de un cuartel de regulares de Melilla. Quizás pueda parecer este extremo insignificante para la mayoría pero, para esta mi profesión de plumillas, es máxima de cabecera aquella que reza “los langostinos que tiene que comer uno para llevar unos garbanzos a casa”. Nada dice del chicharrón o el chopped. Y encima por este sacrificio ni siquiera nos dan una medalla.

No como a la Duquesa de Alba a quien, como saben, Gallardón le ha concedido la de honor de la ciudad de Madrid. Hay tantas razones para ello que, por el desbordamiento, no han acertado a dar ninguna. Uno entiende que, en estos tiempos de crisis, acaso haya sido por la notable contribución del Palacio de Liria al PIB madrileño. Ya saben que es tanta la cercanía de la aristócrata al populacho que en su momento hasta pidió sus subvenciones públicas, debería de andar sin un duro, para cambiar la caldera su hogar para que, de ese modo, Cayetano pudiera calentarse a gusto los pinreles cuando regresara de la hípica. Quizás este sea otro de los argumentos.

Si el año que viene, ahora que está de moda autopremiarse, Esperanza Aguirre decidiera colgarse a sí misma una medalla del tamaño de una paellera a nadie le extrañaría. Pocos o ninguno podemos presumir de esa capacidad de trabajo para disfrazarte de bombero, tirar penaltis, inaugurar una incubadora prestada de otro hospital, revisar los informativos del cortijo mediático, defenestrar a algún director de periódico, que se lo pregunten a Zarzalejos, interponer la querella diaria contra otro y encima que aún tengas un rato para destapar tramas de corrupción y alumbrar a su costa toda una tesis. Aunque sea esta.

Germán Temprano es escritor y periodista

JAULA DE GRILLOS

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