Tristeza

Camino hacia mi ubicación laboral para cumplir con mi horario. El trayecto es transitado a esas horas por padres o madres que acompañan a sus hijos a los colegios próximos. Veo como se aproximan de frente madre e hijo asidos de la mano. Es una estampa que, por razones que no vienen hoy al caso, unas veces la transformo en eclipse total haciéndola desaparecer de mi vista y otras me recreo como si fuera arco iris esplendoroso, sustentado entre alma y alma.

Camino hacia mi ubicación laboral para cumplir con mi horario. El trayecto es transitado a esas horas por padres o madres que acompañan a sus hijos a los colegios próximos. Veo como se aproximan de frente madre e hijo asidos de la mano. Es una estampa que, por razones que no vienen hoy al caso, unas veces la transformo en eclipse total haciéndola desaparecer de mi vista y otras me recreo como si fuera arco iris esplendoroso, sustentado entre alma y alma. Hoy mi estado de ánimo es fuerte, quizás por ser fin de semana e inicio de unas cortas vacaciones o porque ‘la roja’, sin peros que valgan, han mostrado a Europa que aún nos cabe la esperanza… aunque sea en competiciones deportivas. Y por ello es día de arco iris, de gozar de la visión de una madre que acompaña a su hijo al colegio.

Quienes se aproximan portan la apariencia de cualquier madre e hijo españoles, de clase social y económica media. Conforme nos restamos distancia observo que la madre, de edad no superior a la treintena, es mujer de atractivo moderado y decidido andar. El niño, en el entorno de los cinco años, es frágil de constitución y despierta ternura El esbozo de mi sonrisa al contemplar la escena se va ensanchando considerablemente ante el inminente encuentro y, al mismo tiempo, se expande por mi interior un sentimiento agridulce preñado de añoranzas… Al coincidir en el mismo espacio, y en el instante fugaz que nuestros caminos se entrecruzan para hacerlos opuestos, la frase de la madre al niño me llega clara y diáfana: ¡Un día salgo de casa y no vuelvo…! Y la tristeza me dejó congelada el alma.