jueves. 25.04.2024

Trinidad Jiménez, la opción responsable

NUEVATRIBUNA,ES - 30.9.2010PARA FUNDACIÓN SISTEMA...
NUEVATRIBUNA,ES - 30.9.2010

PARA FUNDACIÓN SISTEMA

...El debate en torno a las primarias ha deambulado a veces entre determinadas cuestiones de interés colateral, como el papel de las encuestas en los procedimientos de decisión política, y otras ciertamente irrelevantes, como todo lo relativo al “derecho estatutario” o el origen al parecer ignoto de algunos “sms”. Nada debería despistarnos, no obstante, ante las dos cuestiones relevantes a dilucidar por los militantes socialistas en este proceso: ¿con qué candidato tiene el PSOE más opciones de ganar las elecciones en Madrid? ¿Y con qué resultado se fortalece al partido y al Gobierno socialista de España?

La respuesta racional y responsable a estas preguntas tan sencillas como pertinentes tienen un nombre y un apellido: Trinidad Jiménez. Dicho sea, una vez más, con pleno respeto a otras opciones y a otros criterios igualmente legítimos.

¿Por qué resulta clave la pregunta sobre el candidato ganador? Porque el objetivo prioritario para la gran mayoría de los socialistas consiste en atender la demanda ciudadana de un cambio progresista en Madrid. Y para cambiar las cosas en Madrid, es preciso asumir el gobierno. Y para gobernar, antes hay que ganar. Por lo tanto, la racionalidad y la responsabilidad pasa por elegir al candidato con más posibilidades de ganar, de gobernar y de propiciar el cambio en Madrid.

Si el objetivo no es hacer un pulso a Ferraz, ni sostener una posición orgánica en Callao, ni mantener el control de un partido perdedor, como se dice. Si el objetivo es ganar, es gobernar y es cambiar Madrid, hemos de elegir a la mejor. En este caso, Trinidad Jiménez.

¿Por qué Trinidad Jiménez se considera mayoritariamente la opción ganadora? Porque ésta es la dirección a la que apunta cualquier análisis racional, objetivo y ponderado. ¿Y forma parte de este análisis el estudio de las encuestas? Sí, pero no solo. Las encuestas no son el oráculo de Delfos ni pueden determinar las decisiones políticas. Pero sería absurdo y poco responsable ignorar los resultados claros y reiterados que proporciona un instrumento válido de análisis que se ha utilizado siempre en política, y del que se hace un uso útil en la universidad, en la empresa y en tantos otros sitios.

Las encuestas solo confirman lo que los socialistas madrileños hemos podido constatar por nosotros mismos entre nuestros conciudadanos y votantes: que Trinidad Jiménez es la candidata mejor valorada y con más opciones para encabezar una alternativa que rompa la mayoría absoluta al PP y posibilite un gobierno de progreso.

Trinidad Jiménez es tan madrileña como la que más, tan de izquierdas como el resto de los afiliados al PSM-PSOE, y goza de un “pedigrí” socialista a prueba de ADN, para quien se empeñe en medirlo. Pero es que además cuenta con un mayor nivel de conocimiento y con una imagen más solvente entre quienes quieren votarnos. Su experiencia de gobierno es evidente al más alto nivel, y su capacidad de empatía y de comunicación está por encima de la media. Y siempre pedimos para Madrid candidaturas de “primera división” para enfrentarnos con garantías a Aguirre y Gallardón, auténticas “figuras” de la política nacional en el bando conservador. Pues bien, la ministra de sanidad es ese “crack” que necesitamos.

¿Por qué decimos además que si gana Trinidad Jiménez se fortalece al partido y se fortalece al gobierno? Primero porque Trinidad es ministra del Gobierno y persona de confianza evidente de su Presidente y Secretario General del PSOE. Diferenciar la suerte del gobierno y su presidente respecto a la suerte de una de sus integrantes más notorias resultaría un ejercicio ciertamente ingenuo.

Y segundo, porque en política las consecuencias de nuestros actos no responden siempre a su intencionalidad. Puede que no se haya buscado adrede, pero los desmarques de la dirección del PSM frente a Zapatero están ahí: en la cita sindical, en la crítica a Sarkozy, en la reivindicación de la “lealtad frente a la sumisión”, que nadie pidió nunca, por cierto. Como también se ha fraguado de hecho una coalición negativa de críticos con Zapatero en torno a la candidatura del aparato regional. Coalición capitaneada por un Joaquín Leguina más empeñado últimamente en ganarle a la dirección nacional de su propio partido que al partido adversario.

¿No es esa la intención? Bien, pero en política las cosas son así. Si gana Trinidad Jiménez, todos interpretarán que gana el PSOE, su gobierno y su presidente. Si pierde Trinidad, algunos interpretarán lo contrario, inevitablemente. Y esta situación también esta en juego el próximo día 3 de octubre.

Por eso muchos mantenemos que el voto del próximo domingo es una cuestión de responsabilidad. No se trata solo de elegir entre Trinidad Jiménez y su oponente. Está en juego el matrimonio o el divorcio de los militantes socialistas con los votantes socialistas en Madrid. Nos estamos jugando la posibilidad de ganar, de gobernar y de cambiar esta Comunidad. Nos jugamos la fortaleza del proyecto socialista en España. De ahí esa llamada a la decisión responsable, a la lealtad y a la generosidad. Hemos de dejar a un lado intereses propios y cálculos personales, para hacer lo que conviene a la mayoría.

Como dice Trinidad Jiménez, si podemos ganar, no tenemos derecho a perder.

Y por favor, no caigamos en polémicas estériles. No hay David ni Goliat en este proceso, porque los militantes son iguales y libres ante la urna. Después de contabilizar avales, nadie puede erigirse en candidato exclusivo “de las bases”, a no ser que se quiera achacar la firma de los apoyos a Trinidad a más de 6.000 ministros y secretarios de estado. Y no hay más “izquierdismo” en una candidatura o en otra, porque el proyecto es común, el programa será de todos, y la competición por comprobar quien es “más de izquierdas”, además de absurda, nos llevaría a un recorrido por la hemeroteca curioso pero poco edificante.

Sí es cierto, como se ha dicho, que está en discusión el “modelo de partido”, porque hay que elegir entre un partido que hace todo lo posible por ganar y transformar la realidad desde los gobiernos, y un partido demasiado centrado en los mecanismos de ajuste interno y, en consecuencia, un tanto resignado y conformista ante la perspectiva de seguir en la oposición.

También es cierto que nos jugamos en cierta medida la “dignidad” del socialismo de Madrid. Pero se equivocan quienes piensan que tal dignidad se conquista frente a los propios compañeros. La dignidad del PSM y sus militantes está en sus valores, en el trabajo duro y en la ilusión por cambiar a mejor la vida de los madrileños, que sufren desde hace demasiado tiempo a los gobiernos de la derecha.

El día 3, participación democrática, libre y responsable. Y el día 4, todos detrás de quien se haya ganado en buena lid la confianza mayoritaria de los socialistas.

Rafael Simancas - Diputado del PSOE en el Congreso

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