martes. 16.04.2024

Trabajo y retos de la migración

inmigrantes campo

“Es fundamental que el trabajo digno y con derechos sea realmente la principal herramienta de inclusión de las personas migrantes”


Como sindicato, es nuestra obligación dar a conocer el impacto positivo que las migraciones producen en el país de destino, tanto con la intención de sensibilizar y extender la solidaridad hacia las personas trabajadoras migrantes como por reforzar la participación sindical en la mejora de su situación laboral.

Mercado de trabajo, demografía y políticas migratorias son tres conceptos estrechamente relacionados. Las nuevas maneras de trabajar conviven con las tradicionales. En estos inicios del siglo XXI, los retos nacidos del ámbito económico, el demográfico y el laboral marcan el debate y la actualidad. Quiero resaltar que para CCOO todas las personas trabajadoras son sujetos de derecho y han de poder desempeñar sus trabajos amparadas en el convenio sectorial de referencia y en igualdad de condiciones. Y enfatizo en el hecho de que son ‘todas las personas’ sin distinción de ningún tipo o consideración (origen, género o nacionalidad).

No es razonable que en nuestros días coexistan tratamientos diferenciados hacia las personas trabajadoras; estas diferencias de trato erosionan la capacidad real de las personas migrantes de conseguir su inclusión como ciudadanos y ciudadanas por la vía laboral. Por ello en el sindicato, entre los renovados desafíos de la próxima década, destacamos la incuestionable capacidad del desempeño de un trabajo digno y con derechos como herramienta de inclusión social.

En pleno siglo XXI seguimos asistiendo a graves casos de explotación laboral en sectores como el agrario que, en ocasiones, culmina con la degradación más absoluta e incluso con la muerte de las personas trabajadoras

En pleno siglo XXI seguimos asistiendo a graves casos de explotación laboral en sectores como el agrario que, en ocasiones, culmina con la degradación más absoluta e incluso con la muerte de las personas trabajadoras. Si queremos dignificar el trabajo y organizar los flujos migratorios, acompasándolos con la evolución de la demografía y las necesidades del mercado laboral, no podemos permitir que en estados de derecho y bajo gobiernos democráticos y de progreso persistan situaciones que vulneran los más básicos derechos de las personas. Es fundamental continuar con la celebración de actividades formativas que faciliten y acompañen el arranque de una acción sindical para conseguir de una vez por todas erradicar el abuso laboral y la falta más absoluta de respeto a las trabajadoras y trabajadores migrantes.

Para avanzar como sociedades, las políticas migratorias han de estar coordinadas con el mercado de trabajo y con la evolución demográfica. Y para ello es preciso superar obstáculos y dificultades que conocemos y que nos han mostrado puntos débiles de esa comunión en nuestro país.

Hay que conseguir que el diálogo social vuelva a ser la herramienta más útil y fértil en materia de migraciones, como se hizo con la Ley de Extranjería. Diálogo, negociación, distintas visiones para alcanzar acuerdos que favorezcan la situación personal, económica, laboral y social de todas las personas migrantes.

PROPUESTAS DE MEJORA DE CCOO

Si queremos que la inclusión e integración de la población inmigrante sea una realidad, una de las primeras tareas que se deben emprender es la revisión en profundidad del Catálogo de Ocupaciones de difícil cobertura del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Es capital encontrar una mejor herramienta que canalice e integre la oferta con la demanda laboral y a la que tengan acceso todas las trabajadoras y trabajadores. Se deben también revisar concienzudamente las vías de reconocimiento y homologación de las cualificaciones de origen de las personas trabajadoras, una vez que llegan al país de destino (las dificultades e incompatibilidades de los sistemas formativos de origen y destino impiden el desarrollo de la profesión de muchas de estas personas). Por último, hay que mejorar de manera sensible las pésimas condiciones laborales que se ofrecen a las personas que llegan de terceros países de fuera de la Unión Europea, especialmente a aquellas que disponen de cualificaciones bajas y medias, aunque también afecta a las superiores, a pesar de hacerlo en menor medida.

En todo momento debemos recordar el artículo 23 de la Declaración Universal de Derechos Humanos que establece que todas las personas tenemos derecho a un trabajo digno, con condiciones laborales satisfactorias y respetando su derecho a la protección por desempleo.

Para CCOO es fundamental e innegociable la obligatoriedad de aplicación del convenio colectivo a todas las personas que trabajan, sin ninguna distinción de procedencia, de género o de raza. Las personas debemos desempeñar nuestros trabajos en condiciones seguras y dignas y debe ser reconocida nuestra aportación e importancia en la conformación del entramado social. La flexibilidad en las condiciones de trabajo abre las puertas a la enajenante explotación laboral: el control selectivo y estructurado hace más posible la normalización en la explotación.

No puedo finalizar sin hacer clara alusión a la trabajadora marroquí que ha fallecido hace pocos días y que fue contratada «en origen» y despedida a los pocos días tras ser diagnosticada de una enfermedad terminal. Ante estos desmanes que carecen de cualquier atisbo de humanidad, desde CCOO nos preguntamos cómo una empresa, ante una situación tan grave, simula el motivo del despido con una baja voluntaria y deja a la trabajadora en la calle y lo hace impunemente. ¿Cuál es la responsabilidad del empresario, de la patronal y de las propias administraciones que lo consienten? Por nuestra parte, debemos seguir interviniendo sindicalmente, exigiendo a las empresas y a las administraciones responsables la máxima planificación y transparencia en los procesos de selección de las personas trabajadoras para las campañas agrícolas. Debemos ser más exigentes con las empresas que traen a personas trabajadoras

Lo que sigue aconteciendo en nuestro país con la mayoría de las personas trabajadoras migrantes no es sino un claro ejemplo de la falta de coordinación administrativa, de la ausencia de un proyecto político definido para las migraciones y de la necesidad de ordenación de los flujos migratorios que provocan efectos perversos que siguen alentando los discursos xenófobos en nuestro país.


Lola Santillana Vallejo | Secretaria de Empleo, Cualificación Profesional y Migraciones de CCOO

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