Túnez ¿Caso aparte?

nuevatribuna.es | 17.01.2011En Túnez, uno de los países más estables del Sur del Mediterráneo, ha estallado el malestar. La juventud local se rebela contra la falta de oportunidades y la del resto del mundo la apoya vía Internet.Anonymousreaparece. La inédita amalgama social formada a partir de algunos foros de Internet -cuyo salto a la fama vino de la mano del Cablegate- acaba de dar un paso más.

nuevatribuna.es | 17.01.2011

En Túnez, uno de los países más estables del Sur del Mediterráneo, ha estallado el malestar. La juventud local se rebela contra la falta de oportunidades y la del resto del mundo la apoya vía Internet.

Anonymousreaparece. La inédita amalgama social formada a partir de algunos foros de Internet -cuyo salto a la fama vino de la mano del Cablegate- acaba de dar un paso más. La semana pasada, internautas de todo el mundo lanzaron un ataque coordinado contra las webs oficiales del Gobierno de Túnez, un pequeño país, musulmán, del Norte de África.

¿Capricho? En absoluto: una forma, novedosa, de tejer solidaridades políticas. Túnez se está rebelando contra la férrea dictadura de Zine Ben Alí y La Red está apoyando a los miles de jóvenes que, cada día, salen a la calle a protestar contra los efectos de una peculiar crisis.

Y es que, en los tiempos que corren, se puede morir de éxito.Túnez lo demuestra: desde 1995, un privilegiado acuerdo de asociación con la Unión Europea (UE) le ha permitido ser uno de los países que más ha crecido, pese a no tener los recursos naturales de sus vecinas, Libia y Argelia.

Desde que Ben Alí llegó al poder (mediante un Golpe de Estado, en 1987) el país ha duplicado su PIB sobre la base de una creciente dependencia de la UE. BenAlí, sin embargo, cometió un error de cálculo: siempre pensó que la mejor forma de compensar su falta de legitimidad política complementando, de paso, sus esfuerzos económicos, era apostando por la educación.

Dos décadas después, la educación no propicia oportunidades, en parte debido al clientelismo y a la corrupción pero, sobre todo, porque hay tal desequilibrio entre el bajo nivel de cualificación requerido por los sectores económicos de punta (agroindustria, fosfatos, maquila y turismo) y los niveles de formación de los universitarios, que con quien más se está cebando el desempleo es, con los titulados.

De hecho, como la frustración social es grande, la revuelta no es extraña: ha bastado con que los efectos de la crisis en Europa se dejaran sentir en las exportaciones para que se prendiera la mecha.

Lo novedoso, tratándose de un país musulmán, es que nadie puede acusar a los inconformes de ser islamistas radicales. De hecho, los jóvenes tunecinos están promoviendo una protesta cívica, que reivindica democracia y que aunque está siendo reprimida –en un clima de censura- actúa pacíficamente. Por eso Anonymousla apoya. ¿Túnez como espejo del malestar… y de las nuevas formas de exteriorizarlo?

Juan Agulló | Sociólogo y periodista.