27 de septiembre de 2010, 15:18
NUEVATRIBUNA.ES - 27.9.2010
Debe ser que no es oficio para viejos. Por ello uno no entiende cómo cuando empezó a juntar letras con la matraca del telex como banda sonora había que esperar a que se consumara la noticia para redactar el titular y ahora no es necesario ese banal detalle. Tal ha sido la revolución que algunos gurús mediáticos y subjefes de sección se podrían ir de fin de semana a coger níscalos y regresar después de la huelga general sin cambiar una coma de lo que dejaron escrito u ordenado al meritorio de turno. Si va a ser un fracaso o no desde luego no lo va a dictar la tozuda realidad. Para eso están los directores y los tertulianos. Estaría bueno que, además de dejar a medias la partida de mus y los chupitos de la sobremesa por perpetrar el editorial, tuvieran que atenerse a la verdad ¿Acaso les toman por unos desaprensivos?
En este afán por renovarse o morir de asco con lo que se lee o escucha, mejor sumarse a esta tendencia del titular preventivo. Ya adelanto pues que el 29-S ha sido un éxito total.
Ninguna encuesta del CIS, ni aquella que ya incluya a Belén Esteban como referente político, podrá ofrecer una radiografía más nítida del pulso social de este país como este anuncio de movilización social. Para aquellos que se congratulaban del escaso eco de la ultraderecha en España habrá servido de escarmiento y, para quienes no tenían dudas de lo contrario, de indeseada reválida de sus teorías. Ni siquiera se les debería asignar a estos tipos una ideología ordenada por más execrable que sea porque para ello quizás sería preciso resetear el cerebro y no está demostrado que en muchos casos sea posible por ausencia de material orgánico. No se trata de contrastar ideas políticas sino de proteger los intereses particulares.
Este hedor fascistoide de los dueños de los cortijos mediáticos más cavernícolas, aquellos dignos herederos de ‘La Voz de Atapuerca’, o de los millonarios del chismorreo periodístico que presumen sin rubor alguno de independencia ciertamente estomaga, pero no sorprende. Los sindicatos no sólo molestan sino que se gastan buena parte del dinero público en cursos de formación en vez de en campañas de publicidad en los medios, no te ofrecen hipotecas a interés ínfimo, no te llevan a cuerpo de rey a ver correr a Alonso como algún banco, no te llevan de gratis de crucero sino que son tan vulgares que hasta se lo pagan, ni te nombran comisario de ninguna exposición ni te contratan para impartir una conferencia aunque sea a cobro revertido ni como asesor liberado de todo lo que no sea llevarte la nómina ni te dan una mísera tertulia en las teles públicas o en La Noria ni, por no dar, un par de entradas para el burladero de Las Ventas con lo que cuida esas cosas Espe. En suma, tal y como dicen, una absoluta nulidad frente a la impagable labor de ellos.
Es decir, arremeter contra los sindicatos sale gratis. Y esa es la valentía que evidencia quien se muestra duro con el débil y servil con el poderoso. Quien se jacta de neutral y objetivo por criticar que hasta algún líder sindical compre una lata de caviar con su dinero mientras quien lo afea a buen seguro se lo ha comido con una cuchara sopera a cuenta del dinero ajeno. Lo que uno no entiende es cómo no llamó a la policía o fue directamente al juzgado al sorprender a ese individuo en tan flagrante actitud delictiva. Sin duda, el periodismo de investigación no conoce límites. Hasta el momento las fechorías de los líderes sindicales son tales que uno come de vez en cuando en restaurantes de postín y el otro se fue de crucero con su señora esposa. Sin duda intolerable. Y mientras tanto los pobres de la Gürtel bajo sospecha.
Germán Temprano es escritor y periodista.
JAULA DE GRILLOS
Debe ser que no es oficio para viejos. Por ello uno no entiende cómo cuando empezó a juntar letras con la matraca del telex como banda sonora había que esperar a que se consumara la noticia para redactar el titular y ahora no es necesario ese banal detalle. Tal ha sido la revolución que algunos gurús mediáticos y subjefes de sección se podrían ir de fin de semana a coger níscalos y regresar después de la huelga general sin cambiar una coma de lo que dejaron escrito u ordenado al meritorio de turno. Si va a ser un fracaso o no desde luego no lo va a dictar la tozuda realidad. Para eso están los directores y los tertulianos. Estaría bueno que, además de dejar a medias la partida de mus y los chupitos de la sobremesa por perpetrar el editorial, tuvieran que atenerse a la verdad ¿Acaso les toman por unos desaprensivos?
En este afán por renovarse o morir de asco con lo que se lee o escucha, mejor sumarse a esta tendencia del titular preventivo. Ya adelanto pues que el 29-S ha sido un éxito total.
Ninguna encuesta del CIS, ni aquella que ya incluya a Belén Esteban como referente político, podrá ofrecer una radiografía más nítida del pulso social de este país como este anuncio de movilización social. Para aquellos que se congratulaban del escaso eco de la ultraderecha en España habrá servido de escarmiento y, para quienes no tenían dudas de lo contrario, de indeseada reválida de sus teorías. Ni siquiera se les debería asignar a estos tipos una ideología ordenada por más execrable que sea porque para ello quizás sería preciso resetear el cerebro y no está demostrado que en muchos casos sea posible por ausencia de material orgánico. No se trata de contrastar ideas políticas sino de proteger los intereses particulares.
Este hedor fascistoide de los dueños de los cortijos mediáticos más cavernícolas, aquellos dignos herederos de ‘La Voz de Atapuerca’, o de los millonarios del chismorreo periodístico que presumen sin rubor alguno de independencia ciertamente estomaga, pero no sorprende. Los sindicatos no sólo molestan sino que se gastan buena parte del dinero público en cursos de formación en vez de en campañas de publicidad en los medios, no te ofrecen hipotecas a interés ínfimo, no te llevan a cuerpo de rey a ver correr a Alonso como algún banco, no te llevan de gratis de crucero sino que son tan vulgares que hasta se lo pagan, ni te nombran comisario de ninguna exposición ni te contratan para impartir una conferencia aunque sea a cobro revertido ni como asesor liberado de todo lo que no sea llevarte la nómina ni te dan una mísera tertulia en las teles públicas o en La Noria ni, por no dar, un par de entradas para el burladero de Las Ventas con lo que cuida esas cosas Espe. En suma, tal y como dicen, una absoluta nulidad frente a la impagable labor de ellos.
Es decir, arremeter contra los sindicatos sale gratis. Y esa es la valentía que evidencia quien se muestra duro con el débil y servil con el poderoso. Quien se jacta de neutral y objetivo por criticar que hasta algún líder sindical compre una lata de caviar con su dinero mientras quien lo afea a buen seguro se lo ha comido con una cuchara sopera a cuenta del dinero ajeno. Lo que uno no entiende es cómo no llamó a la policía o fue directamente al juzgado al sorprender a ese individuo en tan flagrante actitud delictiva. Sin duda, el periodismo de investigación no conoce límites. Hasta el momento las fechorías de los líderes sindicales son tales que uno come de vez en cuando en restaurantes de postín y el otro se fue de crucero con su señora esposa. Sin duda intolerable. Y mientras tanto los pobres de la Gürtel bajo sospecha.
Germán Temprano es escritor y periodista.
JAULA DE GRILLOS