15 de julio de 2010, 15:40
NUEVATRIBUNA.ES - 15.7.2010
Los Cursos de verano que proliferan por las universidades españolas tienen en común la gran atención que atraen el día de su inauguración fundamentalmente por la asistencia de ministros y similares que expresando lugares comunes y vaciedades o repitiendo lo que ya vienen transmitiendo durante meses acaparan la atención de los medios de comunicación, con ánimo casi siempre publicitario y sin que lo que allí se dice tenga ninguna trascendencia real.
Sin embargo dicha actividad contiene algunos cursos que con gran esfuerzo por parte de sus organizadores aportan elementos de estudio y apuntan soluciones a los mayores problemas que en la actualidad tiene planteados la sociedad.
Uno de estos es el que la Fundación 1 de Mayo en colaboración con la Fundación Sindical de Estudios de Madrid ha desarrollado en los cursos de Verano de el Escorial de la Universidad Complutense de Madrid, en medio del por otra parte bastante inane debate del estado de la nación.
Su título, “Tercera Revolución Energético-Industrial (transformaciones productivas y territorio en una sociedad en cambio), es de por sí suficientemente significativo y su desarrollo no ha defraudado: desde la intervención inaugural de Rodolfo Benito, estableciendo como síntesis que las actuaciones que se vienen produciendo frente a la crisis económicas, financieras, las reformas legislativas y los recortes del estado del bienestar tienen como objetivo estratégico cercenar la capacidad futura de los trabajadores y sus organizaciones de clase, hasta las aportaciones de los profesores y expertos Enrique Viaña, Juan José Castillo, Ricardo Méndez, entre otros, que aportan visiones complementarias sobre las transformaciones que se producen en los sectores energéticos, industriales, financieros, siempre ligados al papel de los sindicatos ante los nuevos retos y la nueva sociedad.
Joaquín Nieto establece una muy interesante relación entre los retos ecológicos y la actividad sindical madurando la necesidad de que los sindicatos no sólo se impliquen en la defensa de una economía baja en carbono y en la disminución de la utilización de los combustibles fósiles, sino que entiendan que la defensa de los empleos futuros y el papel protagonista de los sindicatos en un mundo más ecológico pasa ineludiblemente por esa relación.
De otra parte, diferentes mesas redonda con dirigentes sindicales de diversas Comunidades Autónomas y Sectores de la Producción aportan nuevas visiones sobre las experiencias y necesidades industriales, su relación con el territorio donde estas actividades se ubican y el papel de los Gobiernos Autonómicos y Locales para la atracción y consolidación de actividades productivas en sus ámbitos de competencia.
Las conclusiones de este tipo de actividad sí que son útiles, máxime al estar ligada a organizaciones, en este caso CC.OO., con capacidad para poner en práctica ideas y conclusiones que de ella se obtienen. Merecen más difusión por parte de los medios de comunicación y mayor atención de los poderes públicos y de la sociedad, al menos en pie de igualdad con esos titulares buscados por responsables políticos cuyo único valor es ese: el de ser titulares.
Javier Fernández - Sindicalista
Los Cursos de verano que proliferan por las universidades españolas tienen en común la gran atención que atraen el día de su inauguración fundamentalmente por la asistencia de ministros y similares que expresando lugares comunes y vaciedades o repitiendo lo que ya vienen transmitiendo durante meses acaparan la atención de los medios de comunicación, con ánimo casi siempre publicitario y sin que lo que allí se dice tenga ninguna trascendencia real.
Sin embargo dicha actividad contiene algunos cursos que con gran esfuerzo por parte de sus organizadores aportan elementos de estudio y apuntan soluciones a los mayores problemas que en la actualidad tiene planteados la sociedad.
Uno de estos es el que la Fundación 1 de Mayo en colaboración con la Fundación Sindical de Estudios de Madrid ha desarrollado en los cursos de Verano de el Escorial de la Universidad Complutense de Madrid, en medio del por otra parte bastante inane debate del estado de la nación.
Su título, “Tercera Revolución Energético-Industrial (transformaciones productivas y territorio en una sociedad en cambio), es de por sí suficientemente significativo y su desarrollo no ha defraudado: desde la intervención inaugural de Rodolfo Benito, estableciendo como síntesis que las actuaciones que se vienen produciendo frente a la crisis económicas, financieras, las reformas legislativas y los recortes del estado del bienestar tienen como objetivo estratégico cercenar la capacidad futura de los trabajadores y sus organizaciones de clase, hasta las aportaciones de los profesores y expertos Enrique Viaña, Juan José Castillo, Ricardo Méndez, entre otros, que aportan visiones complementarias sobre las transformaciones que se producen en los sectores energéticos, industriales, financieros, siempre ligados al papel de los sindicatos ante los nuevos retos y la nueva sociedad.
Joaquín Nieto establece una muy interesante relación entre los retos ecológicos y la actividad sindical madurando la necesidad de que los sindicatos no sólo se impliquen en la defensa de una economía baja en carbono y en la disminución de la utilización de los combustibles fósiles, sino que entiendan que la defensa de los empleos futuros y el papel protagonista de los sindicatos en un mundo más ecológico pasa ineludiblemente por esa relación.
De otra parte, diferentes mesas redonda con dirigentes sindicales de diversas Comunidades Autónomas y Sectores de la Producción aportan nuevas visiones sobre las experiencias y necesidades industriales, su relación con el territorio donde estas actividades se ubican y el papel de los Gobiernos Autonómicos y Locales para la atracción y consolidación de actividades productivas en sus ámbitos de competencia.
Las conclusiones de este tipo de actividad sí que son útiles, máxime al estar ligada a organizaciones, en este caso CC.OO., con capacidad para poner en práctica ideas y conclusiones que de ella se obtienen. Merecen más difusión por parte de los medios de comunicación y mayor atención de los poderes públicos y de la sociedad, al menos en pie de igualdad con esos titulares buscados por responsables políticos cuyo único valor es ese: el de ser titulares.
Javier Fernández - Sindicalista