jueves. 28.03.2024

Los socialistas queremos empleos con derechos

En el último trimestre, hemos perdido casi 19.000 empleos indefinidos, mientras han crecido los empleos temporales en más de 200.000.

Acabamos de conocer los datos de empleo de la Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre de 2015. Vaya por delante que nos alegramos por cada uno de los 182.200 empleos creados y, sobre todo, por cada uno de los trabajadores y trabajadoras que han dejado de estar en desempleo. Después de siete largos años de cruda crisis económica, España necesita recuperar la esperanza en el presente y en el futuro. La recuperación del empleo es central para ello. Pero no de cualquier empleo.

La EPA también nos muestra las características más evidentes del modelo de creación de empleo del Partido Popular. La primera es la precariedad. En el último trimestre, hemos perdido casi 19.000 empleos indefinidos, mientras han crecido los empleos temporales en más de 200.000. De hecho, 9 de cada 10 contratos de trabajo que se celebran en nuestro país son temporales. La duración media de estos contratos es de 54 días y 1 de cada 4 dura menos de una semana. No hay modelo vital que se sostenga, ni de jóvenes, ni de personas que no lo son tanto, encadenando contratos de menos de dos meses de duración. La segunda es la devaluación salarial. Desde que entró en vigor la reforma laboral del PP los salarios han bajado casi un 5% y su poder adquisitivo es el mismo que el de hace 30 años.

Nosotros no podemos compartir esta forma de crear empleo. España necesita empleos, pero también derechos. Ese es el modelo de creación de empleo que, como socialistas, debemos proponer a la ciudadanía de nuestro país. Para nosotros tan importante e inaplazable como crear empleo, es crear empleo con derechos. Los socialistas debemos aspirar a que la ‘Marca España’ de empleo sea ‘empleos con derechos’. De ahí que todas las reformas que proponemos en nuestro Programa Electoral tengan ese objetivo central: la creación de un empleo a la altura del siglo XXI; a la altura de un país moderno, avanzado y decente; a la altura, en fin, de las expectativas vitales que tienen el común de los ciudadanos para ellos y sus hijos.

Con ese fin, dos de nuestras propuestas van a ser las siguientes:

  1. Refundar y cambiar de raíz nuestro sistema público de empleo, lo que significa: 
  • Transformar el Servicio Público de Empleo en una Agencia Pública de Empleo, con el objetivo de que, por primera vez, la persona en situación de desempleo tenga una atención única e integral y el reconocimiento de las prestaciones por desempleo vaya acompañado desde el primer momento de un itinerario de inserción con las medidas necesarias para volver a trabajar.
  • Duplicar las inversiones destinadas a las políticas activas de empleo.
  • Suprimir todas las bonificaciones a la contratación, salvo las dedicadas a las personas con discapacidad, en riesgo de exclusión social o víctimas de violencia de género, y destinar la inversión que actualmente se dedica a las mismas a formación para el empleo.
  • Implantar programas de “empleos de transición” dirigidos especialmente a las personas en situación de desempleo mayores de 45 años.
  • Desarrollar el Plan de Garantía Juvenil como instrumento fundamental de activación para los jóvenes desempleados.
  • Poner en marcha un plan de choque para la formación y acreditación de competencias de jóvenes sin titulación de ESO. Se trata de un plan para la reinserción formativa de 700.000 jóvenes de entre 16 y 29 años que abandonaron el sistema educativo sin la titulación de ESO y hoy están en situación de desempleo y sin posibilidad de acceder a la formación profesional. El objetivo es que, en un plazo de 6 meses, estos jóvenes se formen y se acrediten en competencias clave a fin de que puedan acceder a la formación profesional para el empleo y obtener un certificado de profesionalidad. El programa se desarrollará con la suma de tres acciones: (i) oferta pública de cursos de competencias clave de nivel 2; (ii) elaboración de un dispositivo de formación a distancia para realizar estos cursos; (iii) realización masiva de pruebas de acreditación de competencias clave.
  1. Derogar la reforma laboral del Partido Popular y elaborar un nuevo Estatuto de los Trabajadores que incorpore: 
  • Recuperar el Estatuto de los Trabajadores como una carta de derechos y garantizar derechos de los trabajadores tan básicos como la seguridad y salud en el trabajo, el secreto de las comunicaciones, vía internet, correo electrónico o redes sociales, y la propiedad científica e intelectual.
  • Eliminar la figura de los falsos autónomos haciendo que los trabajadores autónomos económicamente dependientes pasen a formar parte del ámbito del Estatuto de los Trabajadores y, por tanto, sean considerados trabajadores por cuenta ajena con los mismos derechos que los demás trabajadores.
  • Terminar con la figura de los falsos becarios incorporando una definición estricta de la condición de becario (que conlleve una finalidad formativa y no productiva).
  • Derogar el contrato de fomento de emprendedores que encubre un contrato temporal de 1 año durante el cual el empresario puede despedir al trabajador sin alegar causa alguna y sin pagar indemnización.
  • Luchar contra la precariedad estableciendo claramente 3 tipos de contratos: un contrato de trabajo indefinido para la cobertura de puestos de trabajo estables; un contrato de trabajo temporal para la cobertura de puestos de trabajo temporales; y un contrato de formación.
  • Subir el salario mínimo interprofesional para que alcance, en el plazo de dos legislaturas, la cuantía que señala la Carta Social Europea como retribución mínima suficiente y que es el 60% del salario medio neto, es decir, pasar de los actuales 648 euros al mes a 1.000 euros al mes.
  • Con el objetivo de vincular los salarios a la productividad crear un Observatorio de Productividad y Competitividad que emita recomendaciones oficiales que informen a los agentes sociales del crecimiento salarial necesario para mantenerse en línea con las políticas salariales existentes en los países de la zona euro.
  • Luchar contra la brecha salarial entre mujeres y hombre estableciendo que todas las empresas tengan un registro donde consten de manera desagregada los salarios y complementos salariales que perciben los trabajadores y las trabajadoras de su plantilla, así como una estrategia de lucha contra la discriminación salarial.
  • Con esta misma finalidad de conseguir la igualdad entre mujeres y hombres en el mercado de trabajo: (i) reconocer la prestación no contributiva de maternidad a todas las mujeres demandantes de empleo durante las 6 semanas siguientes al parto (periodo que la OIT considera de descanso obligatorio vinculado a la recuperación de la salud de la madre); (ii) levantar la moratoria que hoy pesa sobre el permiso de paternidad de 4 semanas, configurarlo como obligatorio e intransferible e ir progresivamente ampliando su duración hasta hacerlo coincidir con el permiso de maternidad; y (iii) obligar a que todas las empresas tengan un 40% de mujeres en los Consejos de Administración.
  • Garantizar la igualdad salarial entre trabajadores de empresas principales y de servicios, siguiendo el principio de que al mismo trabajo, le corresponda el mismo salario.
  • Regular nuevamente el contrato de trabajo a tiempo parcial de forma que el horario del trabajador esté determinado en el mismo y solo se puedan hacer horas complementarias cuando esté previsto en convenio colectivo.
  • Recuperar la fortaleza de la negociación colectiva, el protagonismo de los sindicatos en la negociación de convenios colectivos y el papel central de los acuerdos interprofesionales en el diseño de la estructura de la negociación y de la ultra-actividad.
  • Elaborar una ley de participación institucional que clarifique el papel y asegure una financiación transparente de las organizaciones sindicales y empresariales.

Guiando y dando sentido de unidad a todo ello debe estar nuestro objetivo central. El 10 de mayo de 1944, en Filadelfia, se elaboró la Constitución de la OIT. Allí puede leerse que ‘el trabajo no es una mercancía’. Ese debe ser el principio guía de nuestras propuestas. Y reivindicar la centralidad del trabajo dentro del modelo productivo y la dignidad del trabajo como elemento nuclear de nuestro modelo sociedad.

Los socialistas queremos empleos con derechos