jueves. 25.04.2024

Sobre el documento presentado en Bruselas: Hipocresia, cinismo y mentiras (1)

El documento presentado por el gobierno de Rajoy en Bruselas (Consejo Europeo) llamado “Programa Nacional de Reformas, 2012” es todo un ejercicio de cinismo, una exaltación de la hipocresía, un compendio de la mentira, sobre todo si lo comparamos con lo que decía el Partido Popular a sus posibles votantes en las últimas elecciones legislativas al Parlamento. Veamos algunos ejemplos: 1) Recordemos las acusaciones del P. P.

El documento presentado por el gobierno de Rajoy en Bruselas (Consejo Europeo) llamado “Programa Nacional de Reformas, 2012” es todo un ejercicio de cinismo, una exaltación de la hipocresía, un compendio de la mentira, sobre todo si lo comparamos con lo que decía el Partido Popular a sus posibles votantes en las últimas elecciones legislativas al Parlamento.

Veamos algunos ejemplos:

1) Recordemos las acusaciones del P. P. cuando estaba en el gobierno el PSOE sobre manirroto y demás supuestos dispendios de Zapatero (casi personalmente), que le dieron muchos votos al P. P. entre las capas populares más atrasadas intelectualmente. Pues bien, dice el documento que “el déficit del 5,50% del PIB registrado por las Administraciones Públicas pasaba a ser un ¡superávit! del 1,30% en 2005 hasta alcanzar un pico 2,4% observado en el ¡2006!”. Con lo cual queda claro que la causa de los déficits posteriores al 2006 eran a causa de la crisis y no al revés, como lo presentaba el P. P. antes sus posibles votantes.

 2) Más adelante dice que “que estos ingresos –se refiere a los habidos hasta el 2006, aunque no especifica desde cuando- se canalizaron en su mayor parte a la reducción de la deuda pública, cuyo peso en relación al PIB era en 2007 prácticamente la mitad que a mediados de los noventa”. El P. P. estuvo durante años bombardeando a sus posibles votantes con lo contrario, con que la deuda estaba desbocada, además del déficit. Hay que recordar que deuda y déficit están profundamente relacionados, porque la deuda es la suma de los déficits (y superávits) del pasado. Mentira y cinismo a la vez.

3) Explica el documento que la parte de la crisis específicamente española se debe a “la falta de sincronía cíclica con las economías centrales de la zona euro, ¡cuyo peso en la política monetaria del Eurosistema es determinante!, ha favorecido la aparición de desequilibrios, especialmente de un alto endeudamiento derivado de los costes de financiación reales negativos”. Aunque el lenguaje es un tanto críptico y demuestra el escaso nivel intelectual de quien escribe todo esto, lo que viene a reconocer es que una de la causas de la crisis y del endeudamiento del sector privado –no habla explícitamente de lo privado, pero es así el hecho- es la caída de los tipos de interés desde la entrada en el euro, aunque esta caída ya venía produciéndose mucho antes. Lo que omite paladinamente el P. P. es que la otra gran causa de la crisis fue la liberación del suelo por parte del gobierno de Aznar estando el Sr. Rato de ministro, ese que luego despidieron del FMI por inútil, aunque se excusó con temas familiares. En definitiva, el P. P. atribuye ante Bruselas una sola causa de la crisis y ésta además es la contraria de la que reconocía ante sus huestes votantes.

 4) Dice el gobierno del P. P. que “¡es el 2008 cuando el giro en la favorable trayectoria de las finanzas públicas se hace más patente!”, justamente un año ¡después! del comienzo de la crisis, reconociendo el documento que en ese año se pasa de un superávit del 1,9% a un déficit del 4,5%, aunque de momento no habla si el déficit es por culpa de una disminución de los ingresos o por un aumento de los gastos. El P. P. ha engañado miserablemente a sus huestes votantes, haciéndoles creer que ha sido por causa de una aumento desaforado (Zapatero manirroto) de los gastos. Además, el propio Banco de España del impertinente MAFO ha reconocido que la causa del déficit ha sido por culpa (en un 90%) de un menor aumento de los ingresos.

 5) De la deuda pública, el propio documento reconoce que, a pesar de los aumentos en estos años de crisis –¡afortunamente!, digo yo-, “se mantendría por debajo de la media de la zona euro”, aunque a sus votantes les han hecho creer lo contrario; y también la teutona Merkel a su votantes, que en esto ha competido con Rajoy en la mentira y el cinismo, sólo que la oronda valquiria ha engañado a todos los alemanes y Rajoy a sus votantes.

6) Más tarde, el redactor del documento se contradice con lo visto hasta ahora y, para justificar los recortes de Rajoy, habla de “una política fiscal excesivamente expansiva”, cuando en realidad las medidas del gobierno de Zapatero a partir de mayo del 2010 tienden a frenar el déficit reduciendo el gasto. Esta parte de la página 4 parece retocadapolíticamente para compensar lo afirmado anteriormente, precisamente por la distancia entre lo dicho por el gobierno del registrador pontevedrés y lo que se dice a Bruselas.

 7) En esta misma página se congracia con el Consejo y recoge intenciones tanto de “consolidación presupuestaria” –que significa reducir el gasto– y de “estimular el crecimiento y el empleo”. Ambas cosas son contradictorias y en ese error están todos: el Consejo, la Merkel, Rajoy y el propio PSOE, pero esto tardarán en darse cuenta. Es decir, o se hace una política encaminada al crecimiento y al empleo y te olvidas del déficit por un tiempo o lo contrario, pero no ambas.

8) Se habla de restaurar “la competitividad perdida”, que ha sido siempre una mentira y justo cuando aumenta aquélla por mor de la caída del empleo. A corto plazo hay que elegir: o competitividad o empleo, pero darse cuenta de esto exigiría un nivel intelectual y de crítica del que carecen los redactores del documento.

9) El epígrafe sobre el empleo público es una burla. Se habla de “mejorar la calidad y la eficiencia del empleo público”, pero para ello se dice que “abordarán las medidas para atajar el absentismo” y de “permanencia de la incapacidad temporal de los funcionarios”. Es decir, mayor control y que paguen –como luego se ha visto– con reducción de los salarios cuando estén de baja, es decir, a pesar de que el médico les de la baja. ¿Habrá todavía funcionarios que voten al P. P.? Claro, que también el PSOE la pifió cuando les bajó el salario. No sé si con estas medidas mejorará la “eficiencia”, pero la calidad del servicio desde luego que no.

10) En el capítulo de la Sanidad se dice que “el objetivo fundamental de la reforma sanitaria es garantizar la sostenibilidad del Sistema Público Sanitario”. Como criterio general es una estupidez digna de los cretinos que han redactado el documento. Cualquier sistema es sostenible si se supedita el objetivo principal a su sostenibilidad, y el objetivo de un sistema de salud pública es que la misma sea prestada en términos de universalidad, no discriminación y gratuidad. Si no cumple estos objetivos el resto no sirve para nada y el criterio es propio de los sistemas y empresas privadas: lo primero es la cuenta de resultados y lo demás viene después. Lo mismo se dice de la Dependencia: “reforma integral para… garantizar su sostenibilidad”. Hay que decir que la palabra eficiencia aparece mucho en el documento empleada de una manera indebida, al menos desde el punto de vista económico. Los que han redactado el documento y muchos políticos –ahora recuerdo a Soraya Sáez de Santamaría– la palabra eficiencia la emplean en sentido de productividad, aunque no son conscientes de ello, pero sí aspiran a engañar con el lenguaje a sus votantes. Eficiencia se refiere a la posibilidad que tiene un sistema económico de mejorar un objetivo reasignando recursos, cosa distinta de intentar aumentar el objetivo con menos recursos. En la práctica se traduce en una reducción de la calidad de los servicios, pero suena bien emplearla por doquier, como si los que la emplean fueran tan estúpidos como creen que son sus destinatarios y presuntos votantes.

11) En un país con más del 20% de economía sumergida y de un nivel de fraude fiscal por el estilo, el documento se preocupa del “fraude en materia de Seguridad Social”, cosa comprensible después de ver la amnistía fiscal a los defraudadores que ha dado el gobierno de Rajoy.

12) Todo lo que se dice en la introducción de la reforma laboral de febrero de este año es una burla, pero especialmente aquella que se refiere a “reducir la dualidad del mercado laboral”, cosa que al parecer se pretende con un contrato que llaman indefinido, según el cual, al cabo de un año, puede ser el trabajador despedido sin derecho a indemnización. Como les parece poco a los redactores del documento, ahora, a la palabra, eficiencia añaden la palabra eficacia, como si esta última añadiera algo con algún sentido.

13) Del sistema educativo se dice que “la mejora de la eficiencia del sistema educativo es esencial para dotar a la economía española de una base de capital humano que contribuya a aumentar la competitividad, el crecimiento y el empleo”. Y ya hemos visto cómo pretende el gobierno aumentar todo ello: reduciendo la partida presupuestaria a la educación, aumentando notablemente (se habla de un 20%) de alumnos por aula, no renovando a los interinos, etc. Siguen empleando la palabra eficiencia –el gran fetiche de los ignorantes– al que añaden ahora competitividad, la cual es buena para producir coches o abaratar precios en el sector privado, pero carece de sentido en los ámbitos educativos y sanitarios públicos porque, tanto profesores como funcionarios sanitarios, lo son por vocación y no por ganar dinero, salvo posibles excepciones. En definitiva, se dice que se quiere una cosa -aunque torticeramente explicada- y se hace otra con un cinismo digno de encomio.

14) De las becas se pretende el loable objetivo de “garantizar que quienes tienen talento y voluntad de estudiar… puedan hacerlo con independencia de su situación socioeconómica”. Estupendo, pero lo que ha hecho el gobierno es reducir el presupuesto para becas, es decir, se pretende una cosa y se prepuesta para lo contrario. Con las lenguas extranjeras se dice lo mismo, se habla de “la posibilidad de estancias formativas de profesores y alumnos”, y el ministro de Educación reduce las becas para tal fin, y eso que el ministro Wert parecía una personal normal en la tele y en la cadena SER cuando hablaba. Pero ya se sabe que las apariencias engañan.

15) En el epígrafe 5.4 se produce una aportación al lenguaje con la palabra “emprendimiento”. Se habla de una ley de emprendedores,  pero en ningún momento se define que es un emprendedor, qué requisitos ha de tener una actividad digna de tal nombre, con lo cual una tienda de “chinos” de las miles que pululan en nuestro país podría ser consideradaemprendedora. Otra palabra fetiche que se emplea porque suena a voto en una urna, pero nada más.

16) Un escalofrío da leer el epígrafe 5.6, porque se refiere al suelo y se habla de “modificar el régimen de valoración del suelo”, de “eliminar obstáculos en el sector”, es decir, de volver a las andadas con la especulación del suelo y a la burbuja inmobiliaria cuando hayamos salido de la crisis. No se puede ser más cretino.

Y esto de momento, porque no hemos hecho más que empezar con el goloso documento. Seguiremos.

Sobre el documento presentado en Bruselas: Hipocresia, cinismo y mentiras (1)
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