viernes. 29.03.2024

Sanidad y educación, intocables por sagradas

Buena cantidad de la ciudadanía de este país debe de pensar que la Sanidad universal, o sea, de la que nos beneficiamos todos los españoles y los aquí residentes es algo caído del cielo y que disfrutamos de ello desde el comienzo de los tiempos. La misma opinión se tendrá seguramente respecto a la universalidad de la Educación pública.

Buena cantidad de la ciudadanía de este país debe de pensar que la Sanidad universal, o sea, de la que nos beneficiamos todos los españoles y los aquí residentes es algo caído del cielo y que disfrutamos de ello desde el comienzo de los tiempos. La misma opinión se tendrá seguramente respecto a la universalidad de la Educación pública. La realidad es que ni uno ni otro servicio básico y público surgió de la nada. Fue un Gobierno socialista, bajo la presidencia de Felipe González, el que lo implantó de forma generalizada y gratuita en España.

Muy pocos recuerdan el hito histórico que supuso la universalización de la sanidad y la educación públicas. Quizá por ello mismo, A) unos no acaban de creerse que el PP vaya a restringir estos servicios básicos, B) otros consideran que estos servicios pueden ir y venir según las llamadas 'crisis' económicas que 'obligan' a los respectivos gobiernos a restringir el dinero necesario para estas prestaciones de obligado cumplimiento, C) los menos tienen más que dinero suficiente para pagarse una sanidad y una educación privadas y elitistas.

Respecto a la primera opción, no cabe duda de que en el momento en que el PP mande en este país habrá un enorme tijeretazo a estos servicios absolutamente básicos y que mucho costaron de conseguir. Las Comunidades donde el Partido Popular manda el recorte ya se ha instaurado. Se ha comenzado a devaluar la Educación pública, a menospreciar a sus profesionales obligándoles a trabajar más horas, incluso a costa de la depreciación de la enseñanza y el saber. Es necesario gastar en Educación porque es invertir en el futuro social. Cuantos más ciudadanos haya bien formados, cultos, y, a poder ser, sabios, la Nación Española ocupará un lugar más significativo y primordial per se y en relación al resto de las naciones. Bien que esta ciudadanía habrá desarrollado una capacidad autárquica de observación y crítica respecto a lo que a su alrededor sucede, y tal cosa no conviene a un gobierno de derechas, insolidario con los más, amigo del poder y del dinero, y siempre en connivencia simbiótica con la iglesia católica.

Y es de obligado cumplimiento invertir en Sanidad pública y gratuita. Es primordial procurar por la salud de todos los ciudadanos, sin distinciones sociales ni económicas. Lo que no se puede exigir es obtener ganancias de este servicio integral básico. Ni tampoco de Educación. Las ganancias hay que cosecharlas a través de un hábil manejo de la Hacienda pública y por otros derroteros. Mal funcionará socialmente un Estado que se lucre por la Sanidad o por la Educación.

Mal ejemplo al respecto están dando los gobiernos autonómicos del PP. Se cierran servicios. No se paga a los proveedores sanitarios. Se mantiene una bochornosa deuda farmacéutica con peligro para la salud de los más pobres, los enfermos. Se multiplica el trabajo de los médicos y demás personal sanitario. Se consigue, por lo tanto, lo que conocemos como deficiente estado de bienestar social. Justo la antítesis de lo que Felipe González consiguió en su día para el bien de los ciudadanos españoles.

Si se quisiera obviar lo que está sucediendo en las Comunidades de Madrid, C-LM, Extremadura y Galicia de momento, habrá que prestar atención a las declaraciones de uno de los señores de la foto de las Azores y que presidió España durante dos legislaturas, hasta marzo de 2004. Afirma el gran traidor de la patria que es preciso la "reforma del mercado laboral, no más impuestos, más liberalización, mas privatización, más disciplina autonómica, más disciplina para la Administración pública,...reformas en el sistema sanitario y reformas en el sistema educativo...".

A aquellos que opinan que este sistema básico y público oscila en función de las 'crisis' económicas habría que aclarar que la descomunal crisis que se cierne por el mundo es la gran farsa del gran capital y de los sistemas financieros, sin control en su avaricia desmedida y nunca saciada. Su origen no es otro que las políticas de corte neoliberal, el mismito con el que comulga el PP. Felipe González ha declarado hoy la miopía respecto a la resolución de esta crisis. No valen sumisiones ante Merkel. Esta señora tiene una responsabilidad primordial en los acaecimientos de esta brutal crisis financiera. Ha conseguido torticeramente que Europa se pliegue a los designios de Alemania, en lugar de europeizar a esta gran nación, como fue el empeño del canciller Helmut Kohl.

Respecto a la tercera de las opciones, la de aquellos a quienes nada de lo que está sucediendo -que no es más que el aperitivo de lo que se verá con el PP en la Moncloa- les importa porque su dinero les permite pagar su propia sanidad y la educación de los suyos, es la propia de los desvergonzados que no pagan lo que deberían tributar al erario. Es la opinión de los ricos, de los que han formado sus SICAV contribuyendo tan solo con el 1% de sus bárbaras ganancias, los que defraudan a la Hacienda pública con hábiles trampas o los que evaden el capital a los 'paraísos fiscales'. Estos se encuentran muy a gusto en esta situación de desigualdad social. Desigualdad que va a incrementarse desde el momento en que Rajoy sea presidente.

Por ello, aunque en sus postrimerías políticas Zapatero se haya dejado seducir por los cantos de sirena de Sarkozy y en especial por Merkel, y se haya abandonado en los brazos inmisericordes de Rajoy, no podemos olvidar las políticas sociales que durante su gobierno ha llevado a cabo. Además, quien se presenta como candidato no es Zapatero, es Rubalcaba. Este último, de amplísima cultura y saber, es un homo politicus por excelencia. De probadísima inteligencia, ha demostrado valer tanto para un descosido como para un roto. Es un todo terreno, valiente y sin necesidad de que otros le adelanten cuál va a ser la política a desarrollar.

Ha demostrado Rubalcaba su enorme valía en los diferentes puestos ocupados en los gobiernos socialistas de Felipe González y de Zapatero. Hasta hace poco y desde 2006 ha desempeñado la responsabilidad del Ministerio del Interior. El PP ya no habla de ETA. Y no lo hace porque ETA está tan debilitada como jamás pudimos imaginar. Y la responsabilidad, al margen del buen obrar de las fuerzas de seguridad del Estado y la colaboración con Francia, indudablemente es de Rubalcaba. Es un gran triunfo para este hombre, ahora candidato por el PSOE para las elecciones generales del 20-N.

Evidentemente con Rubalcaba las políticas sociales no se verán mermadas. Con Rajoy ya sabemos con certeza qué va a suceder. Al ciudadano quizá no le importe demasiado lo que llamamos 'ideología', pero sí sabe lo que es no poder llegar a fin de mes, a lo que habrá que sumar el pago por asistencia médica y por el estudio de los hijos. No se pide pensar demasiado.

Sanidad y educación, intocables por sagradas
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