sábado. 20.04.2024

Relevo generacional

La vuelta al cole, en todos los órdenes, está siendo inapelablemente dura. Si te acuestas enfadado, te levantas enfadado. Nos fuimos de vacaciones huyendo del clima sociopolítico generado por la crisis y volvemos deseando huir. El otro día un amigo,  bien jubilado, me trasmitía su situación de depresión anímica; se sentía contagiado por el  discurso monótono y negativo de los medios de comunicación.

La vuelta al cole, en todos los órdenes, está siendo inapelablemente dura. Si te acuestas enfadado, te levantas enfadado. Nos fuimos de vacaciones huyendo del clima sociopolítico generado por la crisis y volvemos deseando huir. El otro día un amigo,  bien jubilado, me trasmitía su situación de depresión anímica; se sentía contagiado por el  discurso monótono y negativo de los medios de comunicación. En fin, que la cosa no está bien y todo es susceptible de empeorar. Ante este contexto circundante, de condiciones objetivas, es difícil sonreír. Es más, la tristeza, como la risa, es terriblemente contagiosa. 

Como el viejo Marx afirmó,  las condiciones objetivas determinan a las personas. Sin embargo, el filósofo siempre dejó espacio para pensar que esas mismas personas pudieran alterar sus condiciones objetivas. Es necesario seguir reivindicando la transformación a través de la voluntad. Frente al pesimismo de la razón, el optimismo de la voluntad. 

Para ello, hay que dar por agotado el sistema cultural, de valores colectivos, que ha sostenido la fracasada etapa de crecimiento insostenible. Es preciso experimentar nuevas fórmulas de producción y distribución; pero también de relación, de convivencia social. El otro día el profesor Bauman, en el entorno del Foro Social del Rototom Sunsplash, nos recordaba la necesidad de recuperar la idea de la emancipación, de retomar el control de nuestras propias vidas como punto de partida de cambio social. “Debemos crear un nuevo modo de vida, nuevos mecanismos cotidianos que nos permitan redescubrir la felicidad fuera de los modos tradicionales que ha impuesto el capitalismo. Y debemos hacerlo ya. La sociedad necesita ayuda mutua, solidaridad, cooperativismo…  “

Es significativo que estas expresiones suenen tan frescas y provengan de una persona de 87 años, en el entorno de un Festival Reggae. A más de uno, le pueden parecer marginales; pero quizás en el margen y no en la centralidad se encuentre un parte de la solución. 

La crisis ha puesto a los líderes sociales y políticos ante el espejo de su sonoro fracaso. Un fracaso en el modo de vida consumista  y depredador: codicioso en bienes materiales. También la crisis ha puesto en el espejo del fracaso a toda una generación. Muchas veces, se expresa que los culpables son los bancos, el sistema económico; quizás habría que ampliar esas culpas al sistema moral y cultural que lo ha propiciado.  Por ello, jugando con el doble sentido, considero que se necesita una profunda regeneración; un relevo generacional. A mí modo de ver, se necesita desplazar a aquellas generaciones que han ocupado los puestos dominantes en una de las más fracasadas sociedades. No me refiero tanto a generación como cohorte de edad sino como contexto generacional al compartir corrientes de pensamiento y socialización mayoritarias en ese momento. Por lo tanto, las nuevas generaciones desde valores alternativos tiene la obligación moral de asumir nuevos liderazgos. 

En definitiva, la Crisis no sólo es cosa de expertos economistas que predicen fielmente el pasado. La emancipación, el control de nuestras vidas, el valor de vivir en sociedad y la memoria colectiva forman parte de nuestros retos actuales. 

Relevo generacional
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