viernes. 19.04.2024

Rajoy, el líder camuflado

NUEVATRIBUNA.ES - 6.4.2010El 'estilo Vaticano' parece haberse impuesto en el think tank o laboratorio de ideas del PP. Ante la evidente dificultad para explicar de forma satisfactoria comportamientos que son al mismo tiempo delictivos a los ojos de la ley y vergonzosos y despreciables para la óptica ciudadana, se tira por la calle de en medio y se niega la evidencia.
NUEVATRIBUNA.ES - 6.4.2010

El 'estilo Vaticano' parece haberse impuesto en el think tank o laboratorio de ideas del PP. Ante la evidente dificultad para explicar de forma satisfactoria comportamientos que son al mismo tiempo delictivos a los ojos de la ley y vergonzosos y despreciables para la óptica ciudadana, se tira por la calle de en medio y se niega la evidencia. A ver si, con un poco de suerte y a fuerza de negarla, se abre una puerta a otra dimensión y desaparece del todo.

Hablaba el Papa hace unos días de "murmuraciones" para referirse a las denuncias de abuso sexual contra menores por parte de sacerdotes de todo el mundo. Lejos de aplacar la indignación que produce la pedofilia con sotana, Benedicto XVI atizó sus llamas al olvidar que hay miles de casos probados, admitidos por los propios pederastas o investigados por la Justicia. Y, sobre todo, porque fue incapaz de aplicar la caridad cristiana que tanto predica al dolor de las víctimas.

Este martes 6 de abril, las conductas más abominables que cabe concebir en un político han cobrado vida propia. Los relatos sobre astronómicos enriquecimientos personales a costa del interés público, sobre las artimañas para utilizar los cargos con el fin de asegurarse la impunidad que a ladrones de poca monta se les niega, sobre su disponibilidad a venderse por un reloj o una cartera de Loewe... se han lanzado al galope por las páginas de los periódicos, las webs de internet, las imágenes de las televisiones y las ondas de las radios. Y un alto dirigente del PP ha tomado ejemplo del Pontífice y ha hablado de "percances". ¿Por qué iba a ser menos el responsable de Economía de ese partido, Cristóbal Montoro, que el Papa Benedicto?

Pero Montoro no ha sido el único que ha tratado de quitar importancia a las barbaridades que encierran esos 50.000 folios del sumario que son el resultado de las indagaciones del juez Pedreira sobre el caso Gürtel. La reacción oficial de Génova ha sido que "no hay nada nuevo" respecto a todo lo que ya se había filtrado en los últimos meses.

La inefable presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha ido un poco más allá al decir que "hasta ahora en España estamos en un Estado de Derecho y no nos juzga la Policía que depende del Gobierno, nos juzgan los jueces. Esperemos a que se pronuncie el juez". Palabras con las que, sin decirlo abiertamente, siembra una duda respecto a las investigaciones que se han plasmado en el sumario, sobre la posibilidad de que se encuentren contaminadas por la sumisión de los investigadores al partido en el poder.

Javier Arenas, fiel a su propio estilo, no sólo no se ha sentido compungido sino que ha estado a punto de aplaudir y marcarse un zapateado ante las revelaciones que nos ha proporcionado la lectura del texto, es decir, ha optado por la huida hacia delante. De Luis Bárcenas, que sale francamente mal parado comprometiendo además a todo el 'aparato', ha dicho que su trabajo como tesorero del PP ha sido "extraordinario". Él, que fue su padrino para encumbrarle a la planta noble de Génova, se ha mostrado "absolutamente orgulloso" de "la transparencia y las cuentas claras" durante su etapa como secretario general del partido.

Todas estas reacciones, con sus respectivos matices, pueden parecernos bastante cuestionables. Pero, al menos, SON.

No puede decirse lo mismo de Mariano Rajoy que, en estos momentos, NO ES. No sabemos si a día de hoy sigue siendo líder del principal partido de la oposición pero cuesta creerlo. Ante la mayor crisis de credibilidad y solvencia política con la que se enfrenta el PP, su elección ha sido desaparecer. Ni siquiera ha echado mano de la sorna, como hizo cuando en octubre se desveló un tercio del sumario y dijo que "este es un partido que, como todo el mundo sabe, tiene sus dificultades, pero yo tengo la obligación de hablar bien de él". En esta ocasión, se ha ocultado. No ha dado la cara. No está.

A la vista del clamoroso silencio del líder, cabe preguntarse dónde han quedado los llamamiento a la "contundencia" contra la corrupción que un día antes hizo ante el Comité Ejecutivo Nacional, el cónclave de los dirigentes 'populares'. Y, lo que es casi más importante: ¿A dónde conducen las peticiones de algunos de sus barones, como el gallego Núñez Feijóo, para que se aplique mano dura contra los corruptos?

Seguramente les costará verbalizarlo pero no creo que este martes de penitencia estuvieran muy satisfechos. Tiempo habrá de comprobarlo.

Rajoy, el líder camuflado
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