27 de enero de 2009, 8:54
Que con 31 años Leire Pajín haya sido elegida Secretaria de Organización del Partido Socialista, supone, al margen de otras cuestiones, todo un triunfo tanto personal como generacional. Pocas veces �y probablemente sea un hecho histórico- alguien tan joven y mujer ha ocupado puesto de tal relevancia en el PSOE.
Así que, al menos por ese lado, se puede decir �junto a la renovación de la mitad de la ejecutiva- que soplan aires nuevos en la vieja organización que fundara Pablo Iglesias. No sé cómo lo hará Leire Pajín, pero la verdad es que tampoco sabemos cómo lo hará el resto de los elegidos. Bien es cierto que la joven Pajín lleva ya muchos años en puestos de responsabilidad que ha desempeñado con voluntad y sin graves contratiempos.
Conozco poco a Leire Pajín, salvo por algún encuentro con amigos comunes, y me ha parecido una persona abierta y despierta, entusiasta y con ganas de hacer cosas. Por eso, me niego a aceptar, como ha hecho algún comentarista, que José Luis Rodríguez Zapatero, haya buscado de nuevo pulverizar los records de mujer y juventud con su decisión. Juzguémosla por lo que haga y por la forma en que dirija un partido que hoy está en el Gobierno. Lo demás, son ganas de marear la perdiz.
Tampoco está mal que en un país con un 11% de ciudadanía inmigrante, sea precisamente una inmigrante quien ocupe una secretaría en la nueve ejecutiva. Lástima, sin embargo, que ese gesto se vea ensombrecido por la deriva que a mi juicio supone el apoyo a la directiva del retorno.
Lo de Pedro Zerolo era realmente algo cantado, aunque me queda la duda de si no se cubre una cuota al darle una secretaría que tanto tiene que ver son su militancia sexual. El día en que alguien como Zerolo sea elegido para otra responsabilidad más desvinculada de sus opciones sexuales, podremos decir que hemos llegado en este aspecto a la normalidad.
Otras cosa es que las expectativas con las que se abrió este congreso se hayan visto un tanto frustradas. De la laicidad hay muy poco, del aborto parece que algo más y para sacar otros temas el PSOE necesita un consenso bastante difícil de lograr con el principal partido de la oposición.
Tampoco ha sido un congreso que se haya significado especialmente por una situación que acongoja a los ciudadanos. La economía ha tenido poco relieve en los trabajos. Si bien es verdad que José Luis Rodríguez Zapatero ha mantenido un discurso en lo social que es de agradecer en un congreso excesivamente plano y con adhesiones inquebrantables.
Creo también que ese afán de renovación se ha llevado por delante a militantes y ex dirigentes que podrían haber aportado su experiencia y sabiduría en la organización. En tiempos en los que la sociedad civil valora cada vez más la experiencia, sigo insistiendo en que me parece un despilfarro desaprovecharla.
En fin. Suerte y a esperar. Sólo el camarada tiempo tiene la palabra en estos casos. Y el tiempo dirá, sin duda, si éstos son los cambios que se demandan de un partido en el Gobierno.
Felipe Benítez Reyes escribió sobre el paso del tiempo:
Que estos años
pasarán ya lo sabes, pues son tuyos
como una posesión de nieve y niebla,
como es del mar la bruma o es del aire
el color de la tarde fugitivo:
pertenencias de nadie y de la nada
surgidas, que hacia la nada van:
ni el mismo mar, ni el aire, ni esa bruma,
ni un crepúsculo igual verán tus ojos.
Y es verdad que los años son pertenencias de nadie y de la nada.
Así que, al menos por ese lado, se puede decir �junto a la renovación de la mitad de la ejecutiva- que soplan aires nuevos en la vieja organización que fundara Pablo Iglesias. No sé cómo lo hará Leire Pajín, pero la verdad es que tampoco sabemos cómo lo hará el resto de los elegidos. Bien es cierto que la joven Pajín lleva ya muchos años en puestos de responsabilidad que ha desempeñado con voluntad y sin graves contratiempos.
Conozco poco a Leire Pajín, salvo por algún encuentro con amigos comunes, y me ha parecido una persona abierta y despierta, entusiasta y con ganas de hacer cosas. Por eso, me niego a aceptar, como ha hecho algún comentarista, que José Luis Rodríguez Zapatero, haya buscado de nuevo pulverizar los records de mujer y juventud con su decisión. Juzguémosla por lo que haga y por la forma en que dirija un partido que hoy está en el Gobierno. Lo demás, son ganas de marear la perdiz.
Tampoco está mal que en un país con un 11% de ciudadanía inmigrante, sea precisamente una inmigrante quien ocupe una secretaría en la nueve ejecutiva. Lástima, sin embargo, que ese gesto se vea ensombrecido por la deriva que a mi juicio supone el apoyo a la directiva del retorno.
Lo de Pedro Zerolo era realmente algo cantado, aunque me queda la duda de si no se cubre una cuota al darle una secretaría que tanto tiene que ver son su militancia sexual. El día en que alguien como Zerolo sea elegido para otra responsabilidad más desvinculada de sus opciones sexuales, podremos decir que hemos llegado en este aspecto a la normalidad.
Otras cosa es que las expectativas con las que se abrió este congreso se hayan visto un tanto frustradas. De la laicidad hay muy poco, del aborto parece que algo más y para sacar otros temas el PSOE necesita un consenso bastante difícil de lograr con el principal partido de la oposición.
Tampoco ha sido un congreso que se haya significado especialmente por una situación que acongoja a los ciudadanos. La economía ha tenido poco relieve en los trabajos. Si bien es verdad que José Luis Rodríguez Zapatero ha mantenido un discurso en lo social que es de agradecer en un congreso excesivamente plano y con adhesiones inquebrantables.
Creo también que ese afán de renovación se ha llevado por delante a militantes y ex dirigentes que podrían haber aportado su experiencia y sabiduría en la organización. En tiempos en los que la sociedad civil valora cada vez más la experiencia, sigo insistiendo en que me parece un despilfarro desaprovecharla.
En fin. Suerte y a esperar. Sólo el camarada tiempo tiene la palabra en estos casos. Y el tiempo dirá, sin duda, si éstos son los cambios que se demandan de un partido en el Gobierno.
Felipe Benítez Reyes escribió sobre el paso del tiempo:
Que estos años
pasarán ya lo sabes, pues son tuyos
como una posesión de nieve y niebla,
como es del mar la bruma o es del aire
el color de la tarde fugitivo:
pertenencias de nadie y de la nada
surgidas, que hacia la nada van:
ni el mismo mar, ni el aire, ni esa bruma,
ni un crepúsculo igual verán tus ojos.
Y es verdad que los años son pertenencias de nadie y de la nada.