jueves. 28.03.2024

PSC, la vuelta a los valores fundacionales

nuevatribuna.es | 22.12.2010Es un proceso normal, que no significa caer necesariamente en la depresión, y puede durar más o menos en función del carácter, la personalidad o los consejos y estímulos que te pueden dar tus seres queridos o tus amigos.

nuevatribuna.es | 22.12.2010

Es un proceso normal, que no significa caer necesariamente en la depresión, y puede durar más o menos en función del carácter, la personalidad o los consejos y estímulos que te pueden dar tus seres queridos o tus amigos. En el caso de los socialistas catalanes - y también en el socialismo español-, necesitamos precisamente de esos buenos consejos de los que nos conocen bien y nos quieren, para recordarnos lo que somos, y lo que debemos volver a ser para sacar lo mejor de nosotros para afrontar el futuro con renovadas energías. Y eso precisamente es lo que ha hecho estos días el amigo Jordi Font, una de las cabezas mejor amuebladas del socialismo catalán y de la cultura en nuestro país, que aunque retirado de la primera fila política, cada vez que escribe o nos habla, nos insufla aires renovados para seguir creciendo.

Es por ello que no hay que dejar de leer el artículo "El PSC y el animismo" que publicó en el diario EL PAIS, en el que de forma magistral, nos recuerda a los socialistas catalanes lo que somos, pero sobre todo lo que no hemos sido nunca y no debemos ser, espantando el fantasma de la tan cacareada expresión de "las dos almas del PSC". Una estrategia alentada por algunos, ya sea para hacerse torpemente con el control del socialismo catalán, o bien para dividirlo y destruirlo. Y es que a algunos todavía hoy, les sigue molestando que pueda existir un partido capaz de erigirse en el eje del catalanismo no nacionalista. Un catalanismo orientado hacia la izquierda, ligado a la idea de una Cataluña innovadora y abierta, integradora, fiel a su futuro, obstinada por establecer una relación solidaria y justa con España, en el marco sine qua non de un esquema federal, plurinacional y policéntrico. El esquema de una Cataluña y una España que se necesitan, se complementan y trabajan juntas.

Deberíamos hacer el esfuerzo intelectual y político de revisitar nuestro pasado, no tanto para regocijarnos de un tiempo que ya no existe, sino para recuperar aquello que nos hizo grandes y constituye lo mejor de nuestros valores y nuestro ideario político. Un ejercicio necesario –aunque no suficiente- para sacudirnos la depresión y volver a tomar impulso ante el proceso de reflexión que tenemos por delante.


Y bien nos recuerda Jordi Font que no hay nada imposible. Precisamente el PSC fue creado, en 1978 contra viento y marea en un proceso que parecía inviable, lo que constituyó una victoria contra el animismo primigenio que lo negaba y lo impedía. “No se trataba de prescindir de las identidades, sino de evitar su dictadura y su irracional confrontación, con la consiguiente fractura social. Y se hizo de forma contundente. La receta: una voluntad obstinada de proyecto compartido, un designio ineluctable de causa común, con la cual pudieran identificarse los intereses y anhelos de toda la Cataluña trabajadora y, por extensión, de toda la ciudadanía. Frente a identidades petrificadas y en conflicto, identificaciones compartidas de futuro. Solo un gran partido socialista podía hacerlo, capaz de unir la diversidad, de promover un proyecto transformador e integrador”.

Hoy como antes, vuelve a ser posible volver a diseñar un proyecto con el concurso de todos para diseñar nuevas coherencias que den sentido a nuestras ideas y nuestros valores. Debate de ideas, de modelo de partido abierto y flexible, y no de personas. Una vez sepamos cuál es nuestro proyecto, elegiremos las personas. Necesitaremos un equipo que lidere de forma amable e integradora nuestro proyecto colectivo, lejos de los hiper-liderazgos unipersonales que pueden dar réditos electorales a corto plazo, pero que debilitan el músculo político colectivo. Volvamos a nuestros valores fundacionales, porque allí encontraremos inspiración para renovar todo aquello que quedó obsoleto, pero sobre todo para recuperar parte de lo que nos hemos dejado por el camino.

Pau Solanilla | Asesor en temas europeos y autor del libro “Europa en tiempos de cólera”.

PSC, la vuelta a los valores fundacionales
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