miércoles. 24.04.2024

Prudencia sindical

La entrevista que Pilar Gassent ha hecho a Cándido Méndez, secretario general de UGT, hay que leerla despacio y con atención. Llevan los sindicatos, lo que se llama agentes sociales, dando ejemplo de calma, de madurez en momentos difíciles desde hace mucho tiempo.
La entrevista que Pilar Gassent ha hecho a Cándido Méndez, secretario general de UGT, hay que leerla despacio y con atención. Llevan los sindicatos, lo que se llama agentes sociales, dando ejemplo de calma, de madurez en momentos difíciles desde hace mucho tiempo. Hace unos días se publicaba en estas mismas páginas las opiniones de José María Fidalgo, secretario general de CC OO, que, sin perder compostura, advertía, irónico, serio y socarrón, sobre lo que se nos viene encima. Sin alarmas, pero poniendo, negro sobre blanco, que la situación ni es para tirar cohetes ni es para pegarse un tiro.

Hoy, Cándido Méndez reflexiona sobre la situación actual sin esconder su preocupación, pero sabiendo que sus palabras se leerán con lupa. No se alarma, pero sí alerta. Cándido Méndez no se deja guiar ni por la cercanía ideológica con el partido en el Gobierno, ni por la fácil crítica a la situación económica.

Hay cosas que no le gustan. Y lo dice. Y cosas sobre las que prefiere esperar. No le gusta la directiva sobre el retorno de los inmigrantes ni le gusta que se vincule inflación con salarios. Y hace ver algo que parece obvio: una bajada salarial repercute en el con sumo y, consecuentemente, en el crecimiento económico.

Aún así, Méndez muestra su confianza en las palabras del presidente del Gobierno en cuanto a que su política no incluirá recortes sociales. Y dice el secretario general de UGT que eso le tranquiliza. Porque, de sus palabras se deduce que prefiere confiar en las promesas, antes de echar las patas por alto.

Se ha escrito en estas mismas páginas �y en más de una ocasión- que quienes detentan el poder deberían estar atentos a las reflexiones sindicales y empresariales. Son ámbitos que han demostrado una capacidad, casi única en Europa, para pegarse al terreno y amoldar sus reivindicaciones a la realidad. Pocos sectores sociales tienen en sus manos, como empresarios y sindicatos, tal capacidad de análisis y de propuestas.

Parece que ya nadie duda de que el ajuste, la salida de la crisis o como lo queramos llamar, no será fácil. Y las medidas que hayan de adoptarse precisan de un consenso que sólo los agentes sociales son capaces de establecer.

A los que somos viejos nos viene a la memoria el tiempo sagrado de la transición. En aquellos momentos sindicatos y empresarios hicieron más por el entendimiento de lo que hicieron los políticos. Sin ellos, muchas cosas no se hubieran logrado. Ojo, porque Cándido Méndez dice una verdad incontrovertible: el diálogo social es más necesario, precisamente, en tiempos difíciles.

Que alguien tome nota. Porque no lo dice sólo Cándido Méndez. Da la sensación de que CC OO piensa lo mismo y los empresarios están también convencidos de que no hay salida si no es con el esfuerzo común. Bien haría el Gobierno si resistiera la tentación de pensar que todo tiene arreglo con políticas monetarias. El pasado sirve siempre como ejemplo. Echar la vista atrás no está mal. Y ahora puede que haya que ver cómo se salió de situaciones semejantes. Si se hace, se verá que los agentes sociales fueron capaces de mirar al futuro, renunciando a conquistas efímeras y pasajeras.

Gabriel Celaya escribió a su amigo Blas de Otero:


Y vi que era posible vivir, seguir cantando.

Y vi que el mismo abismo de miseria medía
como una boca hambrienta, qué grande es la esperanza.

Con los cuatro elementos, más y menos que hombre,
sentí que era posible salvar el mundo entero,

salvarme en él, salvarlo, ser divino hasta en cuerpo.

Dios, ¡que grande es la esperanza! Si es que se confía en que existe.

Prudencia sindical
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