17 de octubre de 2010, 13:53
NUEVATRIBUNA.ES - 12.3.2010
La reunión ha durado 10 horas. Empezó a las 7 de la tarde y de madrugada se levantaron con un preacuerdo. Había representantes de la empresa, del gobierno autónomo de Aragón, el gobierno central y del Comité de Empresa.
Los representantes de los trabajadores afirmaron, antes de entrar, que iban con espíritu negociador, con ganas de alcanzar un acuerdo, pero también señalaron, que llevaban preparado un calendario de movilizaciones, incluida la huelga.
No era la primera vez y no será la última. Es un conflicto que viene de lejos, que responde a un mundo globalizado, donde las multinacionales juegan al ajedrez con los centros de trabajo y los trabajadores son peones desechables; donde los directivos son capaces de plantear el cierre de una fabrica, aunque sea la más rentable del grupo; donde los gobiernos ponen dinero y las empresas no garantizan su continuidad.
A finales de febrero sindicatos del metal de Austria, Bélgica, Alemania, Holanda, Reino Unido y España se reunieron y señalaron algunas líneas comunes de actuación frente a una multinacional capaz de ignorar, o despreciar, el derecho laboral y el derecho a la negociación colectiva.
Los “compañeros del metal europeos” saben que ignorar esos derechos supone debilitar el modelo social europeo, y se plantearon algunas respuestas comunes: los convenios colectivos nacionales deben ser respetados y se rechaza el dumping social o fiscal, las ayudas de los gobiernos no deben servir para financiar cierres y despidos forzosos…
Hoy los representantes sindicales en Figueruelas han alcanzado un principio de acuerdo. Es sólo una parada en el camino. Los trabajadores y los sindicatos saben que las multinacionales no descansan en la búsqueda de beneficios rápidos, pero también saben que los “compañeros del metal” están atentos, vigilan y si es preciso no duermen. Y sin embargo hay quien seguirá preguntándose ¿dónde están los sindicatos?... pues ahí, en los centros de trabajo, negociando y movilizando, según…
Amalia Álvarez - Escritora.
La reunión ha durado 10 horas. Empezó a las 7 de la tarde y de madrugada se levantaron con un preacuerdo. Había representantes de la empresa, del gobierno autónomo de Aragón, el gobierno central y del Comité de Empresa.
Los representantes de los trabajadores afirmaron, antes de entrar, que iban con espíritu negociador, con ganas de alcanzar un acuerdo, pero también señalaron, que llevaban preparado un calendario de movilizaciones, incluida la huelga.
No era la primera vez y no será la última. Es un conflicto que viene de lejos, que responde a un mundo globalizado, donde las multinacionales juegan al ajedrez con los centros de trabajo y los trabajadores son peones desechables; donde los directivos son capaces de plantear el cierre de una fabrica, aunque sea la más rentable del grupo; donde los gobiernos ponen dinero y las empresas no garantizan su continuidad.
A finales de febrero sindicatos del metal de Austria, Bélgica, Alemania, Holanda, Reino Unido y España se reunieron y señalaron algunas líneas comunes de actuación frente a una multinacional capaz de ignorar, o despreciar, el derecho laboral y el derecho a la negociación colectiva.
Los “compañeros del metal europeos” saben que ignorar esos derechos supone debilitar el modelo social europeo, y se plantearon algunas respuestas comunes: los convenios colectivos nacionales deben ser respetados y se rechaza el dumping social o fiscal, las ayudas de los gobiernos no deben servir para financiar cierres y despidos forzosos…
Hoy los representantes sindicales en Figueruelas han alcanzado un principio de acuerdo. Es sólo una parada en el camino. Los trabajadores y los sindicatos saben que las multinacionales no descansan en la búsqueda de beneficios rápidos, pero también saben que los “compañeros del metal” están atentos, vigilan y si es preciso no duermen. Y sin embargo hay quien seguirá preguntándose ¿dónde están los sindicatos?... pues ahí, en los centros de trabajo, negociando y movilizando, según…
Amalia Álvarez - Escritora.