viernes. 29.03.2024

Primarias y referendos

El pasado domingo el partido de la izquierda italiana, el Partido Democrático, celebró elecciones primarias para designar a su próximo secretario general...

El pasado domingo el partido de la izquierda italiana, el Partido Democrático, celebró elecciones primarias para designar a su próximo secretario general. Casi tres millones de italianos, sí, has leído bien, tres millones de electores de ese país se inscribieron en una lista en su municipio, pagaron 2 euros, hicieron cola a veces de dos horas y finalmente depositaron una papeleta con su voto.

Esos 2,9 millones de personas adultas equivalen, para que nos hagamos una idea, aproximadamente a la mitad del cuerpo electoral que votó en España al PSOE en 2011, o suma el doble de los votos de IU en ese mismo año electoral. Fue un domingo frío, invernal, de esos en los que uno mejor se queda en casa. Y sin embargo, decenas de miles de italianos que se sienten y piensan de izquierda salieron a votar. Si tienes tiempo, lector, entretente mirando y escuchando en estos videos que enlazamos aquí lo que dice y siente este pueblo que está sufriendo también, como nosotros, los embates de una crisis y las disputas dentro de la izquierda.

De esas primarias ha salido elegido, con una abrumadora mayoría del 68%, Matteo Renzi, el joven alcalde de Florencia y anterior antagonista de Bersani en las primarias de febrero de 2012. Esta victoria representa muchas cosas y tiempo habrá para analizarlas y seguirlas en el futuro.

De momento, creo que Renzi y su nuevo equipo (siete mujeres y cinco hombres, media de edad de menos de 40 años) marcan la definitiva ruptura con los anteriores PCI y PDS, en definitiva con la cultura comunista o con la izquierda que surge de las luchas y fundamentos sociales del siglo XX. Definitivamente con Renzi aparece un nuevo partido, una nueva cultura política y un nuevo equipo generacional que responde más a las ganas de dejar atrás a los dinosaurios que llevaron a Italia al fracaso y al permanente pacto en el poder que a una creadora y comprensiva opción integradora de la sociedad italiana. Renzi ha llegado a declarar: “Tenemos la peor clase dirigente de los últimos treinta años”. Queda por confirmar la gran cuestión: si Renzi puede significar un nuevo Tony Blair italiano, lo cual no sería una buena noticia. Como aquél, gana de calle, aparece con una imagen renovadora y un estilo innovador. Como aquél, queda por ver, aunque pistas ya hay, que lleve a la izquierda italiana, más aún de lo que ya está, por los caminos de una “adaptación amable al nuevo modelo liberal”. Uno de sus economistas de cabecera propone la privatización de la Rai (radiotelevisión nacional) y Correos. El remate del tomate.

A principios de la década de 2000 pude ver en Bruselas la película de Marco Tulio Giordana La meglio gioventù (Querida juventud), una saga de dos partes (más de cuatro horas) donde se hace una disección de la sociedad italiana y su proceso que va desde 1968 hasta la década de los 90, pasando por los años de plomo del terrorismo. En una escena inicial, el protagonista está culminando sus últimos exámenes de medicina y el catedrático le dice con pasión que lo que debe hacer un joven es salir del país, estudiar fuera, alejarse de esa Italia de la corrupción y de la frustración (estamos a finales de la década de los sesenta). “Italia es un país de dinosaurios”, termina su discurso el catedrático. El joven licenciado le pregunta: Y usted, -¿qué hace aquí, por qué no se ha ido de este país desastroso? Respuesta: -“¡Eh, es que yo soy un dinosaurio!”

Renzi parece que quiera acabar con la Italia de los dinosaurios. Su discurso está permanentemente cargado de críticas a ese sistema del pasado, aunque él ya era muy joven cuando comenzó a hacer política en ese partido y antes en la Democracia Cristiana; su continuo motivo temático es el precepto de la juventud, mandar a la jubilación a los D’Alema, Bersani, y tantos otros dirigentes políticos que han constituido la base del sistema político excomunista… y contraparte del berlusconiano. Parece como si ser joven diera la carta de identidad de ser de izquierda. Primero fue Grillo y su ataque desmelenado, indiscriminado y anti racional contra “toda la política y su casta”. Luego ha venido Renzi, y con la elegancia florentina y de clase media ilustrada, está dispuesto a clavar definitivamente el féretro de esa clase política italiana incapaz de haber reconstruido un modelo que no ha podido resolver los problemas sustanciales de ese país.

Algo está ocurriendo y parece que algunos no terminan  de darse cuenta. En pocos meses, los procesos de primarias y de selección popular de los candidatos de la izquierda se están imponiendo. El día 12 de este navideño mes, los socialdemócratas alemanes van a votar Sí o NO al programa de la gran coalición del SPD con Merkel y la derecha alemana. Sus 475.000 militantes están convocados a ese referéndum y nadie puede al día de hoy asegurar su resultado. Si triunfa el SI podremos asistir a un interesante tour de force en el gobierno alemán y a sus consecuencias en la política europea; si triunfan los contrarios a la gran coalición es posible que el SPD continúe su desfonde hasta límites insospechados. ¿O es normal que una decisión tomada por unanimidad por su dirección federal sea rechazada por la base? No parece que eso haya ocurrido nunca en el SPD pero siempre hay una primera vez.

De cualquier manera, de lo que estamos hablando es de la participación democrática efectiva de los militantes y ciudadanos en las grandes decisiones políticas. Da la impresión de que a trancas y barrancas, de forma imprecisa y a veces contradictoria, la izquierda se está ajustando a nuevos tiempos y nuevas maneras de gestionar los procesos orgánicos. Los socialistas franceses lo hicieron con las candidaturas a la presidencia, los italianos ya lo han hecho repetidas veces, los alemanes prueban ahora con este referéndum.

Y los socialistas españoles anuncian para 2014 la decisión de cuándo van a celebrar sus primarias para las elecciones generales de 2015. Mientras, Cayo Lara e IU siguen diciendo que no a las primarias aludiendo a unas razones que, dicho sin acritud,  uno no sabe si tienen que ver con la época de los dinosaurios o del cuarto pleistoceno. La meglio gioventù

http://encampoabierto.wordpress.com/

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