viernes. 26.04.2024

Presidencia de Cajamadrid: ¿Por qué no hay un candidato de la izquierda?

NUEVATRIBUNA.ES - 20.11.2009...Toda la discusión sin excepción, se ha dado en el campo de las cuitas del poder de la derecha política. Y mientras, la izquierda dividida: IU por aquí, el PSOE por allá, un sector de CCOO por acullá, la UGT por su lado… Todo con un tufo a opacidad, conchabeo y connivencia que tira para atrás.
NUEVATRIBUNA.ES - 20.11.2009

...Toda la discusión sin excepción, se ha dado en el campo de las cuitas del poder de la derecha política. Y mientras, la izquierda dividida: IU por aquí, el PSOE por allá, un sector de CCOO por acullá, la UGT por su lado… Todo con un tufo a opacidad, conchabeo y connivencia que tira para atrás. Consejeros que no siguen las instrucciones de su partido, sectores sindicales atados por acuerdos diversos, apoyo a modificaciones legales de la Ley de Cajas impugnada ante los tribunales por otras instancias partidarias o por alcaldes del mismo partido… Pero nadie ha planteado algo que hubiese roto el protagonismo de Esperanza, Rajoy y compañía, y ese algo es tan sencillo como un candidato unitario de la izquierda madrileña a la Presidencia de Cajamadrid. Alguien capaz de hacer un planteamiento alternativo. Sin embargo seguro que la respuesta inmediata de todos los que han buscado (una vicepresidencia, un puesto en el comité ejecutivo…) un lugar al calor de la crisis por la Presidencia es clara ¡¡¡Es que no podemos ganar con la actual composición de los órganos de la caja!!!. Por supuesto que no podrían ganar, pero es que ¿han ganado políticamente algo?. Quizá una distribución de puestos a afines o desafines, quizá algún acuerdo de financiación, o una mayor blandura de los créditos. Pero no es esto de los que estamos hablando.

Un candidato de la izquierda hubiese ganado políticamente ante la sociedad y mucho más ahora con la situación de la crisis, hubiese permitido visualizar a la gente una opción diferente a la repartija de poder económico en la que estaba implicada la derecha. Esto es algo que les resulta imposible de entender a nuestros representantes en las entidades financieras. Un candidato de la izquierda hubiese llevado un programa diferente, en primer lugar defendiendo el carácter social y político de la entidad frente a las presiones para su bancarización o “profesionalización”. En segundo lugar hubiese orientado la Caja como un instrumento de lucha contra la crisis, por ejemplo ante la sequia de crédito, ofreciendo al Gobierno y al Instituto de Crédito Oficial su magnífica red de sucursales con instrumento de fluidez del crédito hacia PYMES y particulares, apoyando las medidas impulsadas por el gobierno respecto a las garantías de las hipotecas, implicándose activamente en el desarrollo de iniciativas empresariales de creación de empleo y en la atracción de tecnología como Carpetania en Getafe. Combinar esto con medidas como el apartamiento de la Asamblea General y de los Consejos de Administración de cualquier representante que tenga intereses inmobiliarios o endeudados personal o empresarialmente con la entidad, la elevación del dividendo social y la dedicación de recursos de la Obra Social y Cultural hacia actividades de claro impacto social como la vivienda social, la formación profesional, la aplicación de la Ley de Dependencia, la promoción de nuevos emprendedores o la promoción cultural.

Este u otro programa en el mismo sentido que convirtiese Cajamadrid no sólo en una entidad solvente financieramente sino de profundo calado social hubiese abierto los ojos a miles de madrileños sobre el sentido de la intestina batalla de la derecha. Sin embargo el miedo escénico de la izquierda ha impedido hacer de esta pelea de dimensión política nacional un escenario para adquirir peso y protagonismo social. Hacer de Cajamadrid un instrumento acorde con su significado puesto que nació con una clara vocación social que hoy debe de adecuarse pero sin perder su fuerza originaria: éste es el lugar y no el crédito a los amigos políticos y empresariales como Fernández Tapias (constructor naviero en secano), Díaz Ferrán (presidente aguirrista de la patronal y desastroso gestor de sus propias empresas) o la entrega a operadores inmobiliarios como Martinsa y Florentino.

Cajamadrid ha sido junto a los negocios inmobiliarios uno de los factores de adormecimiento de la izquierda madrileña y ahí está una de las claves de su pertinaz fracaso. Nadie es capaz de formular una alternativa pues se sienten cómodos en el status quo. El abandono de la batalla por Cajamadrid es expresión de la falta de voluntad clara y decidida para generar una alternativa social, política y económica a la derecha madrileña.

Enrique del Olmo - Escritor.

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