14 de abril de 2009, 8:46
NUEVATRIBUNA.ES | 8.2.2009
A estas alturas más que preguntarse si Mariano será el candidato del PP en las próximas elecciones hay que dudar hasta de si conservará su plaza como registrador de la propiedad en Santa Pola. A la derecha no le falta de nada. Como toda la vida de Dios. A tutiplén. Por tener tiene espías ‘cum laude’ en cursos CCC, trincones con trienios y hasta cabezas de lista que, antes de que ese caimán que da nombre a las islas se vaya a Barranquilla, aprovechan para que les deje en Ourense unos miles de euros en comisiones. Y encima le echan al hombre. Deduzco que por falta de competencia. Ya que te pones al tajo; o estás a la altura de Fabra o te vas a la calle por advenedizo.
Si uno quisiera, que no es el caso, hurgar más en la herida recordaría además el tiempo que hace que Norma Duval no baja con donosura las escaleras en sus mítines. Se fue Josemari y se acabó el glamour. Ya no hay bodas como las de Anita y Agag. En fin. Qué tiempos. Por lo demás todo bien. Ante esta zapatiesta, anda Rajoy reunido consigo mismo para adoptar radicales decisiones de Estado. No descarten que hasta se afeite la barba o renuncie a ver el Tour. Capaz es de eso y hasta de decir algo algún día.
No digo que la corrupción tenga filiación ideológica pero cada vez estoy más contento de haber guardado como oro en paño ese documento que ya en su día se me antojó histórico. Fue cuando el PP clamaba que su partido y la corrupción eran científicamente incompatibles. Como el agua y el aceite. Cierto es que, en su terminología, estas "ñapas" urbanísticas no son tanto corrupción como costumbre. Lo mismo que morderse las uñas con la única diferencia que aquí no te dan un manotazo para que no la metas en el cazo.
Ahora han detenido a un empresario que organizaba todo tipo de saraos al PP. Desde los cumpleaños de nietos de militantes en el ‘burrikin’ a un karaoke con temas de Los del Río en el balcón de Génova pasando por actos de afirmación de la familia. Bien, gracias. Así y todo tenía tiempo para muchas otras actividades. De manera presunta, faltaría más, se apañaba unas mordidas en Valencia en tanto nosotros, a lo sumo, nos traemos de recuerdo cinco kilos de clementinas. Para haberlo sabido. Y no contento con ello, y en demostración de sus múltiples prestaciones, también encontraba hueco para la poesía. Al alcalde de Boadilla le llamaba en sus sonetos el ‘albondiguilla’. Qué nivel.
Ya duele pero, visto el percal, Mariano monta un circo y los enanos acaban como pivots de la NBA. Desde luego lo que no se le puede negar es que experiencia como domador tiene. Mucho mejor meter la cabeza en las fauces de un león aunque le huela el aliento que presidir una Ejecutiva con Alberto y Espe juntos. Ahora le ha dado a la presidenta, en aras de esa transparencia sólo equiparable a las lonchas de chopped que me ponían en la merienda, por montar una comisión de investigación ‘express’. Más o menos una versión paralamentaria de esos viajes ‘Conozca toda Europa en diez días’ o ‘Aprenda japonés mientras se le fríen unos sanjacobos’. Menos mal que no tiene nada que esconder. Si así fuera ¿quedaría ya sitio debajo de las alfombras?
Germán Temprano es escritor y periodista
A estas alturas más que preguntarse si Mariano será el candidato del PP en las próximas elecciones hay que dudar hasta de si conservará su plaza como registrador de la propiedad en Santa Pola. A la derecha no le falta de nada. Como toda la vida de Dios. A tutiplén. Por tener tiene espías ‘cum laude’ en cursos CCC, trincones con trienios y hasta cabezas de lista que, antes de que ese caimán que da nombre a las islas se vaya a Barranquilla, aprovechan para que les deje en Ourense unos miles de euros en comisiones. Y encima le echan al hombre. Deduzco que por falta de competencia. Ya que te pones al tajo; o estás a la altura de Fabra o te vas a la calle por advenedizo.
Si uno quisiera, que no es el caso, hurgar más en la herida recordaría además el tiempo que hace que Norma Duval no baja con donosura las escaleras en sus mítines. Se fue Josemari y se acabó el glamour. Ya no hay bodas como las de Anita y Agag. En fin. Qué tiempos. Por lo demás todo bien. Ante esta zapatiesta, anda Rajoy reunido consigo mismo para adoptar radicales decisiones de Estado. No descarten que hasta se afeite la barba o renuncie a ver el Tour. Capaz es de eso y hasta de decir algo algún día.
No digo que la corrupción tenga filiación ideológica pero cada vez estoy más contento de haber guardado como oro en paño ese documento que ya en su día se me antojó histórico. Fue cuando el PP clamaba que su partido y la corrupción eran científicamente incompatibles. Como el agua y el aceite. Cierto es que, en su terminología, estas "ñapas" urbanísticas no son tanto corrupción como costumbre. Lo mismo que morderse las uñas con la única diferencia que aquí no te dan un manotazo para que no la metas en el cazo.
Ahora han detenido a un empresario que organizaba todo tipo de saraos al PP. Desde los cumpleaños de nietos de militantes en el ‘burrikin’ a un karaoke con temas de Los del Río en el balcón de Génova pasando por actos de afirmación de la familia. Bien, gracias. Así y todo tenía tiempo para muchas otras actividades. De manera presunta, faltaría más, se apañaba unas mordidas en Valencia en tanto nosotros, a lo sumo, nos traemos de recuerdo cinco kilos de clementinas. Para haberlo sabido. Y no contento con ello, y en demostración de sus múltiples prestaciones, también encontraba hueco para la poesía. Al alcalde de Boadilla le llamaba en sus sonetos el ‘albondiguilla’. Qué nivel.
Ya duele pero, visto el percal, Mariano monta un circo y los enanos acaban como pivots de la NBA. Desde luego lo que no se le puede negar es que experiencia como domador tiene. Mucho mejor meter la cabeza en las fauces de un león aunque le huela el aliento que presidir una Ejecutiva con Alberto y Espe juntos. Ahora le ha dado a la presidenta, en aras de esa transparencia sólo equiparable a las lonchas de chopped que me ponían en la merienda, por montar una comisión de investigación ‘express’. Más o menos una versión paralamentaria de esos viajes ‘Conozca toda Europa en diez días’ o ‘Aprenda japonés mientras se le fríen unos sanjacobos’. Menos mal que no tiene nada que esconder. Si así fuera ¿quedaría ya sitio debajo de las alfombras?
Germán Temprano es escritor y periodista