viernes. 19.04.2024

Pajines o Berlusconis

NUEVATRIBUNA.ES - 5.6.2009A la secretaria de Organización del PSOE probablemente le embargó el entusiasmo mitinero de los últimos días de la campaña cuando dijo aquello de que "en breve" va a haber una "coincidencia" de liderazgos progresistas en el mundo, la presidencia de Obama en los Estados Unidos y la de Zapatero en la Unión Europea, un "hecho histórico a nivel planetario" por la coincidencia de "dos políticas progresistas, una
NUEVATRIBUNA.ES - 5.6.2009

A la secretaria de Organización del PSOE probablemente le embargó el entusiasmo mitinero de los últimos días de la campaña cuando dijo aquello de que "en breve" va a haber una "coincidencia" de liderazgos progresistas en el mundo, la presidencia de Obama en los Estados Unidos y la de Zapatero en la Unión Europea, un "hecho histórico a nivel planetario" por la coincidencia de "dos políticas progresistas, una visión del mundo y una esperanza para los derechos humanos". El propio Zapatero, preguntado ese mismo día por estas declaraciones, admitió que estaban motivadas más por el cariño que siente hacia él Leire Pajín que por un análisis sosegado de las perspectivas mundiales para los próximos meses. Pero el PP, que no deja pasar una para evitar que se hable de lo que realmente importa, las intenta utilizar para dar una imagen de falta de seriedad y consistencia por parte del Gobierno.

"No queremos Pajines, ni Blancos, ni Aídos", ha proclamado Mariano Rajoy como si lo dicho por la dirigente socialista constituyera un serio riesgo para la estabilidad del país y no una simple exageración sin mayores consecuencias, salvo la de provocar la sonrisa del oyente.

Contrapongamos a la declaración de afecto de Pajín hacia Zapatero la de Rajoy hacia Francisco Camps, imputado, como todo el mundo sabe, en la presunta trama de corrupción más conocida como "caso Gürtel": "Yo creo en ti". Creo en ti, en lo que haces, te he visto actuar muchas veces, la inmensa mayoría de los españoles creen en ti... Y yo siempre estaré detrás de ti, delante o al lado, me es igual. Pero quiero que lo oigan todos".

Hay que añadir, para contextualizar la frase, que fue pronunciada en el curso de un mitin celebrado en Valencia, dentro de la campaña para las elecciones europeas, y en medio de manifestaciones de apoyo al imputado que se expresaron tanto a través de pancartas, -"Todos con Camps"- como de consignas coradas por el público asistente -¡Paco, te queremos!-. ¿Podría haber alguna demostración más nítida de que el PP pretende que el 7-J sea una especie de lavativa que le aligere de la carga de procesos judiciales que acarrea?

Así, a primera vista, es como si los estrategas "populares" hubieran leído y aplicado al pie de la letra el manual Berlusconi para escabullirse de la Justicia. El primer ministro italiano también acumula causas en los tribunales por presunta corrupción pero su populismo exacerbado, unido a la ausencia de una oposición que pueda plantarle cara, le permiten ganar elecciones y blanquear las acusaciones que pesan sobre él con un descaro que sonroja incluso a muchos italianos.

Berlusconi que, como el PP, se declara víctima de una conspiración de los jueces, aprobó una Ley gracias a la mayoría absoluta conseguida en las últimas elecciones que le garantiza la inmunidad mientras esté en el poder. En el camino, han caído algunos de sus lugartenientes, como su abogado británico que en abril fue condenado a cuatro años y seis meses de cárcel por corrupción en actos judiciales. El juez que le impuso la condena constató que en el caso también estaba implicado el primer ministro italiano que pagó al letrado un cuantioso soborno para que declarase lo que a él le interesaba en otros dos procesos judiciales abiertos contra su persona. Pero ni esto, ni la verborrea de Il Cavaliere que frecuentemente le lleva a hacer declaraciones machistas, racistas, fascistas o directamente rayanas con los tipos contemplados en el Código Penal, parecen restarle apoyo popular. El fenómeno merecería un análisis aparte. Pero lo que aquí queremos constatar es que el respaldo de los votos en ningún caso puede sustituir a la acción de la Justicia. Y mucho menos cuando lo que está en juego es el dinero de todos que se utiliza para el enriquecimiento de quienes utilizan sus cargos públicos en su propio beneficio.

Este es el modelo que pretende aplicar el PP. La frecuencia con la que Mariano Rajoy ha hecho demostraciones de aprecio y respaldo hacia el presidente de la Generalitat valenciana en estos últimos quince días induce a pensar que el primer partido de la oposición concibe estas elecciones como un plebiscito para ratificar e imponer a sus "presuntos" frente a los tribunales. Y si consigue un buen resultado el próximo domingo se verá indudablemente reforzado en esa estrategia.

Lo preocupante es que el efecto no se limitará a los "populares". Como si fuera un tsunami, la berlusconización amenaza con arrollar una forma de hacer y entender la política. Y, por si alguien tiene alguna duda sobre qué modelo es preferible, el español o el italiano, que le eche un vistazo a las fotos que publica este viernes el diario El País. No son instantáneas robadas al devenir privado de un famoso. Son la expresión gráfica de la impunidad de un cargo electo que podría haber utilizado recursos públicos para sus actividades en la esfera doméstica. Él también cree que el 7-J le dará el aval plebiscitario que necesita para seguir actuando a su antojo sin que nadie pueda pedirle cuentas. Tomen nota.

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