viernes. 29.03.2024

Orgullosos D.D.D.

Algo falla en la democracia española. Cuando se corrompe la palabra, se pudre también el concepto que le sirve de albergue. La verdad es la primera víctima de cualquier guerra. Cuando lo es la palabra y en tiempos de paz, es la democracia la que salta hecha añicos y sin redención posible que nos la devuelva pura, santa, cimentando la existencia. La democracia es ante todo palabra en cuanto ex – posición.

Algo falla en la democracia española. Cuando se corrompe la palabra, se pudre también el concepto que le sirve de albergue. La verdad es la primera víctima de cualquier guerra. Cuando lo es la palabra y en tiempos de paz, es la democracia la que salta hecha añicos y sin redención posible que nos la devuelva pura, santa, cimentando la existencia.

La democracia es ante todo palabra en cuanto ex – posición. Es situarse fuera de uno mismo, para poder ser acogido por el otro como verdad entregada. Cuando ex – pongo mis valores, los sitúo más allá de mí para que los coseche el caminante y enriquezca su visión de la vida.

Vivimos la era de la comunicación. Pero ésta se desvirtúa si la comunicación es un medio de falsedad. El aislamiento aldeano que vivíamos hasta hace poco se ha vuelto eclosión de contacto en esta globalidad en que nos vemos sumergidos. Pero el servicio casi instantáneo de cualquier acontecimiento nos envenena si se adultera la verdad y se nos entrega un sustituto de la misma.

Rubalcaba expuso su discurso de candidato a la presidencia del gobierno en la elecciones de 2.012. Hizo un recorrido por los temas que él creyó fundamentales para dar la idea más aproximada de lo que quiere que sea su mandato si llegara a ganar esas elecciones. Reposición del impuesto del patrimonio para las grandes fortunas, lucha para la desaparición de los paraísos fiscales, destierro del copago sanitario manteniendo una sanidad estrictamente publica, regulación de los mercados financieros con la ayuda de Europa, escuchar la voz de la calle para hacer una política más cercana y exigirle a la banca que destine parte de sus beneficios para la creación de empleo.

Cuando Rubalcaba se preguntó por la responsabilidad de los banco en el tema hipotecario, alguien desde el BBVA le exigió que no hiciera populismo. No se trata –reafirmó Rubalcaba- de populismo, sino de la justicia de un contrato entre dos partes.

Alguien ha ido mucho más lejos cuando al pedir la colaboración de la banca en la creación de empleo, ha afirmado que la idea de Rubalcaba es la misma de Stalin porque dirige la ira popular contra los banqueros. “Stalin rizó el rizo al inventar el complot de los médicos que acabó con la ejecución de una docena de galenos, casualmente todos judíos” “Esta ha sido la pauta reiterada de sus recetas políticas”. Para el político socialista –dice- “la acción política consiste esencialmente en la fabricación de estereotipos maniqueos hacia los que encauzar la ira popular y a nadie puede sorprenderle que en esta ocasión haya empezado por los banqueros” Esto lo argumenta P.J. Ramírez, un analfabeto, un simplista, un deformador de la historia y un calumniador gratuito de la biografía de Rubalcaba. Este dios ruin del periodismo se cree con el derecho a dirigir la política de un país. Nadie le exige que esté de acuerdo con el candidato. Pero lo menos que le podemos pedir es un cierto conocimiento, un poco de honradez y un poco de honestidad. A lo mejor es demasiado pedir a alguien que se siente orgulloso D.D.D.

“¿A qué bancos va a cobrar más impuestos? ¿A los que han dado créditos al PSOE? ¿A los que habéis obligado a comprar la deuda del Estado? ¿Va a seguir financiando abortos cuando ya no hay jóvenes para cuidar a tantos ancianos? ¿Va a seguir haciendo colegios públicos que cuestan a los españoles el doble que los privados y concertados? ¿Para qué? ¿Para controlar y adoctrinar a los niños y maestros? ¿No cree que España no se merece un candidato socialista que sólo miente? ¿Cómo es posible que alguien inteligente como usted acepte convertirse en un esperpento? ¿Por qué el PSOE ha convertido la política en una cloaca infecta? ¿Por qué prefiere mandar que administrar? ¿Por qué divide en vez de unir? ¿Por qué?”

Este último entrecomillado corresponde a La Gaceta, dirigida por Carlos Dávila.

Con los pies sobre la mesa, apurando un café amargo, muy amargo, resentido, muy resentido, Pedro J. y Carlos Dávila exclaman: Estamos orgullosos De ser De Derechas.

Orgullosos D.D.D.
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