miércoles. 24.04.2024

Negrín, Rajoy y… A. Mas

Supongo que las personas que hemos pasado por un divorcio y las personas que están de acuerdo en su aplicación, cuando la situación se convierte en todo o casi todo lo que ya sabemos, podemos entender mas fácilmente que a nadie se le puede obligar a estar donde o con quien no quiere.

Supongo que las personas que hemos pasado por un divorcio y las personas que están de acuerdo en su aplicación, cuando la situación se convierte en todo o casi todo lo que ya sabemos, podemos entender mas fácilmente que a nadie se le puede obligar a estar donde o con quien no quiere.

Ahora bien, mientras que en una pareja los lazos afectivos y económicos pueden llegar a ser muy complejos por lo que tienen de ilógicos y difícilmente medibles al cien por cien, en los asuntos geopolíticos nacionales no solo son mas fácilmente regulables sino que además a lo largo de la historia algunos de estos pueblos han pertenecido a diferentes reinos, gobiernos, alianzas etc.

Esto viene a cuento por la pregunta que muchos nos hacemos ¿Qué tiene que ver este momento histórico donde parece que el capitalismo mas salvaje y ecológicamente mas brutal ha dado un “golpe universal” y tal parece que va ganando la guerra en todos los frentes, incluyendo a la clase media europea, hasta ayer fiel aliada, con el pensar que los catalanes, milaneses, vascos, etc., van a tener una salida en exclusiva para ellos?, yo les diría ¡es el capitalismo idiotas!.

Al igual que hay una ley que regula los divorcios, los acuerdos postmatrimoniales, que se reúnan las partes (comisión de juristas internacionales bajo la supervisión de Naciones Unidas) y hagan una ley o reformen la constitución de forma que queden recogidos todas las posibilidades y garantías democráticas  y que sean los pueblos quien decidan democráticamente con mayorías suficientes y en plazos determinados (y no cada vez que alguien quiera sacar la “patria a pasear”) que sea el pueblo quien garantice donde quiere estar y no los ejércitos como en nuestra Carta Magna actual.

Personalmente me trae sin cuidado que se lleven los ministerios y todos los demás a Cataluña, Euskadi o Galicia, que los de Bilbao se queden con sus “leones” de San Mames, los de Barcelona con su “Leo” Messi nosotros nos quedamos con los leones de la Carrera de San Jerónimo, que no muerden pero por lo visto asustan.

Señor Rajoy, estos días escuchaba al Señor Mas decir que Cataluña es un pueblo pacifico y amante de convivencia etc. Y no podía dejar de acordarme de las palabras de don Lluis Companys, cuando en otra situación históricamente mucho mas difícil para el país y el gobierno de la nación de entonces y cuando este mismo  gobierno de la Republica instaba al President a hacer un llamamiento al pueblo Catalán para enfrentarse al fascismo franquista, y el decía  mas o menos lo mismo “somos un pueblo pacifico…etc.” el sabia por que lo decía, aunque luego los antepasados políticos del PP le aclararon las dudas ¡lo fusilaron!. Negrín que era un hombre y un político mas “bragao” y mas listo, viendo lo que el PNV intentaba resolver por su cuenta y los que Don Lluis y los infantiloides de la “ezquerra diversa” podían buscar como salida, Negrín trasladó el gobierno a Barcelona impidiendo que pudiera buscar  la Generalitat una salida particular. Señor Rajoy mueva ficha si quiere anular la jugada para desviar la atención del pueblo de los problemas importantes y sus verdaderos culpables. Si ya votan los presupuestos (imposibles) juntos que más le da,  traslade el gobierno a Euskadi, Cataluña, Galicia o al Cantón Murciano y llévese a todos los peperos de Madrid, que ya nos toca descansar de toda la “facheria ibérica” metida en el foro, que instalen Eurovegas en el Pazo Bayón o en Perbes.

Creo que es en la Opera de Ochenta centavos, donde Bertold Brech ponía en boca de los actores cantantes algo así  [..La bota que nos pisa siempre es una bota…..ya comprenderéis lo que quiero decir…no cambiar de señores, sino no tener.(señores)].

Negrín, Rajoy y… A. Mas
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