sábado. 20.04.2024

Mariano y el desierto de lo real

“Quien ha impedido que cumpla mi programa es la realidad” declara Mariano Rajoy urbi et orbe. Morfeo, el instructor de Neo en la película Matrix, hubiera preguntado de inmediato a nuestro Presidente: “Qué entiendes por real? ¿Cómo definirías lo real?". Cada cual en la vida crea "la realidad" en la que cree.

“Quien ha impedido que cumpla mi programa es la realidad” declara Mariano Rajoy urbi et orbe. Morfeo, el instructor de Neo en la película Matrix, hubiera preguntado de inmediato a nuestro Presidente: “Qué entiendes por real? ¿Cómo definirías lo real?". Cada cual en la vida crea "la realidad" en la que cree. Del mismo modo que quienes creen en lo sobrenatural, sostienen visiones del mundo que aceptan como verdaderas, de igual modo los creyentes y administradores de la actual realidad económica, jamás pondrán en cuestión el marco de los parámetros que gestionan. La descripción de la realidad, -de la actual dictadura financiera global-, representa así la fe impostada en un orden injusto; un orden invisible en el que los enigmas a descifrar solo encuentran sentido gracias a los tecnócratas que administran la Verdad. Rajoy se escuda en que las medidas puestas en práctica son ajenas a su ideario, pero oculta que es precisamente su credo político y el de todo su gobierno, el que impera en el mundo y está dictando las recetas de Shock para países como España.

Al neoliberalismo siempre le bastó con falsear "la realidad", apartar a los damnificados, esconderlos bajo la alfombra u ocultar las consecuencias de sus actos gracias a los Media. El problema para el gobierno es que ahora, el damnificado de dichas prácticas es, entre otros países, España. La coartada del presidente -"yo no soy; a mí tampoco me gusta; no es mi culpa"- sirve para que el español, siempre lúcido e ilustrado, comprenda que no es "la praxis política que Rajoy defiende" la culpable de esta situación; no son “quienes piensan como nosotros” los que están detrás de la premeditada asfixia que arrastra al Coma clínico del país. Acaso se trata de transmitir que las agencias de calificación, los grandes Fondos de Inversión, el Deutsche Bank, Mario Dragui, la Merkel o el BCE, nada tienen que ver con la manera de entender la política que representa Rajoy o su gobierno. Quién sabe si tejiendo el destino del mundo, cual lúgubre parca cósmica, no se encuentra otro que el mindundi de Zapatero. En realidad, no se trata tanto de reconocer el error histórico de un orden económico que "se devora a sí mismo", sino de mantener una impostura cuyas consecuencias siempre han sido conocidas. A fin de cuentas, los daños colaterales no hacen otra cosa que... purificar  a la patria y preservar el orden natural de lo que debe de ser.

Cuando la diferencia entre lo que es posible y lo imposible ya no depende de nuestras decisiones, lo único que queda son nuestros deseos. Mariano no desea; sólo observa, contempla "la realidad dada", el Matrix global que nos ha sido impuesto por personas que piensan como él, -comparten íntegramente su conceptos políticos y económicos-, y por una socialdemocracia secuestrada y en entredicho, que nunca se atrevió a cuestionar el éxodo de los nuevos faraones hacia una cosmogonía de "lo real" delirante y delictiva. Mariano solo puede hacer lo que hace, lo que ha hecho siempre, cumplir las consignas de la dictadura financiera global. En ningún momento se plantea que ésta no sea la única realidad posible; la única descripción válida del mundo. El presidente olvida sin embargo un detalle de peso: cuando una realidad injusta y sufriente no es cuestionada, cuando "sólo se puede hacer lo que se hace" porque ello es lo único admisible, cuando ya no hay  alternativa posible sino la imposición de un dogma absoluto, entonces desaparece al tiempo la política, la esperanza y la democracia y eso, es el comienzo de la cuenta atrás.

Mariano y el desierto de lo real
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