lunes. 29.04.2024

Manuel Chaves y el fin del régimen

NUEVATRIBUNA.ES - 6.4.2009Desde las filas de la derecha política y mediática, se suele describir a la Andalucía de Manuel Chaves como un régimen, en parangón sin duda a las connotaciones sobre la dictadura franquista que dicha expresión aún tiene entre nosotros.
NUEVATRIBUNA.ES - 6.4.2009

Desde las filas de la derecha política y mediática, se suele describir a la Andalucía de Manuel Chaves como un régimen, en parangón sin duda a las connotaciones sobre la dictadura franquista que dicha expresión aún tiene entre nosotros. La mayor diferencia, que no es poca vive Dios, es que la permanencia de dicho político socialista al frente de la Junta de Andalucía, no se ha producido por manu militari ni por obra de una represión contumaz sino como consecuencia de los resultados electorales acaecidos durante los últimos diecinueve años al sur de la Península ibérica; revalidando su mayoría, simple o absoluta, en cinco ocasiones desde 1990.

La pregunta del millón de euros es si ha permanecido al frente del gobierno andaluz durante tan dilatado periodo por méritos propios o por deméritos ajenos: desahuciado el andalucismo del Congreso de los Diputados y del Parlamento de Andalucía por un acentuado espíritu cainita y con Izquierda Unida salvando al menos los muebles en esta comunidad autonómica, sólo en los últimos meses, la derecha andaluza parece reconciliarse con un amplio sector del electorado que parece dispuesto a votar a una formación que no siempre representó, precisamente, a sus mayores y mejores utopías políticas.

Chaves, eso sí, tiene baraka: fue la casualidad y un pinchazo en la carretera lo que provocó que concurriese a las primeras elecciones democráticas de 1977 al frente de las listas del PSOE, al Congreso por la circunscripción de Cádiz. Y en cierta medida el azar fue también quien le llevó a asumir por primera vez la candidatura socialista a la presidencia de la Junta de Andalucía, sustituyendo en el cargo a José Rodríguez de la Borbolla quien, a su vez, había relevado en el cargo a aquel rebelde con causa llamado Rafael Escuredo. Todos procedían de aquella Facultad de Derecho cuyo decano llegó a ser Manuel Clavero, un adelantado de la causa verdiblanca en el seno de la UCD, lo que le valió su dimisión como ministro de Cultura. En aquellas aulas se formaron esos tres primeros presidentes de la Junta, como también lo hiciera el primero, el llorado Plácido Fernández Viagas. O Felipe González, Amparo Rubiales y Javier Pérez Royo, entre otros muchos cerebros de la izquierda del sur.

Desde que asumiera la presidencia de la Junta, Chaves ha cultivado la cautela como principal brújula en su gestión. Poco amigo de hacer crisis, se ha acostumbrado a hacer coincidir las elecciones autonómicas con las generales porque la única vez que no lo hizo, en los comicios de 1994, tuvo una mayoría tan escueta que la frecuente coincidencia parlamentaria entre el Partido Popular e Izquierda Unida le puso contra las cuerdas y precipitó el fin de la legislatura: a aquella estrategia se le llamó “la pinza” y perjudicó electoralmente a la formación de Julio Anguita y de Luis Carlos Rejón.

Tampoco es la primera vez que Chaves vaya a asistir a un Consejo de Ministros. Entre 1986 y 1989, fue Ministro de Trabajo y Seguridad Social, en unas circunstancias que tampoco fueron fáciles: de hecho, en 1988, sufrió la primera huelga general de la historia de este país. Y lo raro es que saliera airoso.

Al margen de sus críticos airados, que andan descorchando el champán del entusiasmo por tertulias, por blogs y por columnas, Manolo �como suelen llamarle sus allegados-- no resulta antipático entre el común de los andaluces. E incluso en los últimos tiempos se ha reconciliado con alguno de sus mayores detractores. Sin embargo, entre sus propias filas, venía creciendo el criterio de que no convenía que volviese a presentarse a la reelección, aunque quizá a él le atrajese jubilarse derrotando de nuevo a Javier Arenas, una hipótesis que a la luz de los últimos sondeos empezaba a estar más que en entredicho.

El propio José Luis Rodríguez Zapatero venía impulsando como deus ex machina un relevo generacional en el granero electoral de Andalucía. Pero la maquinaria interna del PSOE andaluz lleva aparejada numerosas claves, cuotas y tuercas de muy difícil encaje. De ahí que tras la visualización de su poder andaluz, con la reciente convocatoria de la comisión interparlamentaria que reunió en Madrid a unos doscientos parlamentarios electos en Sevilla y en la Villa y Corte, haya pactado con La Moncloa un cambio tranquilo: su amigo José Antonio Griñán �con quien suele ir al cine los domingos--, que también fue ministro con Felipe González y que aún hoy ejerce como consejero de Economía y vicepresidente segundo. Asumirá la presidencia, de momento, pero todas las apuestas apuntan a que no será el próximo candidato a la Junta. Se trataría de un interino de consenso, capaz de equilibrar la clientela interna que suponen Luis Pizarro, vicesecretario general del PSOE de Andalucía y Gaspar Zarrías, vicepresidente primero de la Junta, en aparentes horas bajas durante los últimos meses.

¿Quién de entre los socialistas se enfrentará a Javier Arenas en la próxima arena electoral? Seguramente, llevará nombre de mujer y ya se especulan con dos nombres, el de María del Mar Moreno, número tres de la ejecutiva federal del PSOE y presunta candidata de ZP, o Magdalena Álvarez, que parece congraciar a distintas facciones internas en el sur: “El futuro de Andalucía pasa por Magdalena Álvarez y el futuro de Magdalena Álvarez pasa por Andalucía”, adujo Zarrías durante un reciente acto conjunto celebrado en Ubeda, en Jaén. A ella se le conoce más que a María del Mar Moreno, pero se le valora peor, salvo en Málaga, a donde ha llevado el AVE y mucho más, con lo que a la postre quizá haya quien pretenda presentarla a las elecciones municipales en vez de a las autonómicas.

En cualquier caso, tampoco se descarta una candidata sorpresa que, en todo caso, podría venir dada por la celebración de un congreso de donde pudiese salir propuesta y reforzada. A pesar de las apariencias, las aguas internas del PSOE de Andalucía no bajan mansas y cualquier imposición externa podría incrementar su turbulencia hasta el punto de anegar las urnas. Y sería todo un suicidio que dicha candidatura no llevara pareja la secretaría general.

Qué bonita es la política. Como el amor. Cuando se hace.

Juan José Téllez es escritor y periodista, colaborador en distintos medios de comunicación (prensa, radio y televisión). Fundador de varias revistas y colectivos contraculturales, ha recibido distintos premios periodísticos y literarios. Fue director del diario Europa Sur y en la actualidad ejerce como periodista independiente para varios medios. En paralelo, prosigue su carrera literaria como poeta, narrador y ensayista, al tiempo que ha firmado los libretos de varios espectáculos musicales relacionados en mayor o menor medida con el flamenco y la música étnica. También ha firmado guiones para numerosos documentales.

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