miércoles. 24.04.2024

Madrid, capital de la esencia y potencia

El momento presente puede ser considerado como el punto de inicio de la recuperación y es razonable esperar en el futuro que las cosas vaya mejor para la izquierda. Un modelo para ir conformando una mayoría social y cultural en parámetros diferentes a la actual.
El momento presente puede ser considerado como el punto de inicio de la recuperación y es razonable esperar en el futuro que las cosas vaya mejor para la izquierda. Un modelo para ir conformando una mayoría social y cultural en parámetros diferentes a la actual.

Las pasadas elecciones generales arrojaron un resultado, en virtud del cual, el Partido Popular volvió a conseguir la mayoría absoluta de votos y escaños en la Comunidad de Madrid, con una diferencia en torno a trescientos cincuenta mil votos sobre el Partido Socialista; a la vez que Izquierda Unida no llegaba al cinco por ciento y emergía Unión Progreso y Democracia que conseguía escaño para su líder, la mediática Rosa Diez.

Casi diez puntos de diferencia entre las dos principales fuerzas y alrededor de un ocho por ciento suman los votos de la tercera y la cuarta.

La ciudad de Madrid, no tiene Alcalde socialista desde 1989, después de una moción de censura, suscrita entre el PP y el CDS, ha transcurrido más de una generación en términos estadísticos, desde entonces, mientras que en la Comunidad el último gobierno de Leguina cesó en 1995.

Desde esta fecha, los candidatos populares consiguen las dos Presidencias, por mayoría absoluta, la de la Capital y la de la Comunidad, con excepción del non nato gobierno de izquierdas que pudo haber sido en 2007.

Se configura, a mi juicio en Madrid, lo que en términos gramscianos podemos definir como hegemonía cultural y social del partido popular, producto de la cual se genera la política.

Los rasgos de la Comunidad de Madrid en los últimos años se pueden sintetizar en un gran crecimiento económico, que sin lugar a dudas ha traído prosperidad a la región, un proceso emigratorio ligado a él que ha conllevado una masiva presencia de estas personas en zonas geográficas de la Región, no coincidentes por lo general con las de alta renta, una economía que ha rozado el pleno empleo, un gran gasto en infraestructuras que han coadyuvado al crecimiento, T-4, red de metro, M-30 etc., y unos servicios sociales, mejorables, pero suficientes.

Toda esta envolvente de gestión, ha contado, también, con un discurso y proyección nacional de los líderes populares que explica entre otros motivos, esa pujanza electoral.

El momento presente, empero, también puede ser considerada como el punto de inicio de la recuperación, en tanto que el deterioro político se ha frenado y es razonable esperar en el futuro que las cosas vaya mejor para la izquierda.

A mi juicio, en estos tres ejes, entre otros, se deberían basar las líneas de trabajo:
  • Recuperar un discurso diferente al del Partido Popular, que siendo consistente con la base social más afín, singularmente con las organizaciones sindicales, genere una dinámica interclasista y a ras de suelo, en el que se puedan ver representadas amplias capas de la población madrileña.


Centrándose en valores sociales con soluciones posibles, pongo tres ejemplos, la emigración, los servicios sociales y la vivienda.

En todo caso, no parece que vaya a servir proponer algo parecido a lo que ya se está haciendo, muchos podrían pensar que para ese viaje no hacen falta alforjas y, por tanto, que no merece la pena cambiar.
  • Consolidar las organizaciones partidarias incrementando su presencia y el diálogo fluido, sobretodo en los abundantes colectivos de representación existentes en el tejido madrileño, corporaciones, colegios profesionales, universidades, organizaciones patronales con contenido social, por poner algunos ejemplos.
  • La búsqueda de liderazgos plurales en los diferentes campos que compartan la responsabilidad política en los cabezas de lista.


Como conclusión, un modelo organizativo con sintonía y capilaridad suficiente como para ir conformando una mayoría social y cultural en parámetros diferentes a la actual.

Madrid, capital de la esencia y potencia
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