viernes. 26.04.2024

Los últimos pilares

Atravesamos un momento difícil. Nada nuevo, hasta aquí. Desafortunadamente, el enunciado viene siendo cotidiano desde hace demasiado tiempo. Y seguimos sin conocer cuanto más lo será. Nada nuevo. Si lo suele ser que aparezcan nuevos elementos que se suman al escenario degradado en el que nos vamos situando.

Atravesamos un momento difícil. Nada nuevo, hasta aquí. Desafortunadamente, el enunciado viene siendo cotidiano desde hace demasiado tiempo. Y seguimos sin conocer cuanto más lo será. Nada nuevo. Si lo suele ser que aparezcan nuevos elementos que se suman al escenario degradado en el que nos vamos situando. Ahora afecta a uno de los pilares, que algunos dicen, en tono no se sabe muy bien si peyorativo, pero que algunos creen firmemente, que junto a la Guardia Civil, constituye la dupla que nos cohesiona: el Corte Inglés.

El Gobierno de la nación, en un alarde de sensibilidad mal entendida, certificó la amnistía fiscal por la que los defraudadores del pasado inmediato, sin pocas justificaciones son eximidos, perdonados y bendecidos, seguramente, gracias a la solidaridad que deben haber practicado al llevarse los euros fuera de nuestras fronteras, sin duda alguna para ayudar a viejecitas necesitadas.  No ha tenido mucho éxito la operación, ni mucho menos ha permitido recaudar lo pretendido por los Ministros promotores de tan audaz medida. Es decir, que la iniciativa estaba muy lejos de llevar a los tribunales a los defraudadores para poner en claro sus distracciones. Pero, mira por donde, la Audiencia Nacional parece jugar a la contra y saca a relucir una petición de la oficina antifraude de la Agencia Tributaria que le pidió al Corte Inglés en Septiembre de 2008 y se refería a los datos de los años 2006 y 2007 (esto es herencia pura y dura de Zapatero)  todos los datos de la personas o entidades que posean tarjeta de El Corte Inglés y que hubiesen efectuado compras por un importe igual o superior a 30.000 euros. El Corte Inglés pensó que no le convenía una maniobra de este estilo y acudió al Tribunal Económico Administrativo Central, argumentando que como no le pedían nada individualizado, sino global, que era demasiada información la que se pretendía. El recurso fue desestimado, Luego vino un Contencioso en la Audiencia Nacional, que ahora dictamina que no hay ninguna infracción del derecho a la intimidad y que la cesión de datos está amparada por la Ley.

Este pronunciamiento de la Audiencia Nacional supone un severo varapalo, para un Gobierno que anda ubicado en amnistías fiscales y que ve como le sacan los colores al Corte Inglés, que tiene que revelar la identidad de los que gastan mucho en sus tiendas y que puede, digo pueden, estar ocultando fraude fiscal, por cuanto es ésta, probablemente, una pista muy certera para identificar los nidos de fraude, consortes incluidos. Claro que, aún así, algo escapa y es todo aquello que se paga en cash, al contado, no dejando rastro. Pero, al menos, los que tiran de tarjeta se van a ver comprometidos.

Y es que, cada vez con más frecuencia, nos enfrentamos  a las consecuencias de nuestra posición ética. Sin ir más lejos, estamos mirando con fijeza el devenir de Assange, fundador de Wikileaks, aunque no debiéramos olvidar que está todavía más candente para los españoles, el caso Falciani, informático franco-italiano, que desveló detalles sobre depósitos en el banco suizo HSBC que ha delatado a miles de evasores fiscales, de esos que tienen algo de culpa de los problemas que padecemos y que solamente para España suman 659 evasiones de capital, con un montante de 6000 millones de euros (¿serán algunos de los que se han acogido a la amnistía fiscal del gobierno del PP?) . Entregó a la justicia francesa la colección de datos, pero el 1 de junio de este año, recaló en Barcelona y lo trincaron, ejecutando una orden de busca y captura de la policía suiza. La Audiencia Nacional es la competente en ello. La pregunta del millón es ¿Qué hará la Audiencia Nacional con un sujeto que ha permitido conocer una verdad, con revelación de secretos bancarios, que no es delito en nuestras leyes? ¿Entregará la Audiencia Nacional a la Justicia helvética a quién ha permitido conocer la identidad de muchos defraudadores o será coherente con sus propias sentencias como la relacionada con el Corte Inglés? Aquí, lo que se ve es, quizás, más trabajo para la Guardia Civil, pero este pilar, si la Dirección General de Tráfico con sus afanes recaudatorios, no se lo ha conseguido cargar, tiene buena salud. Así que preocupados, pero sólo un poco.

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