jueves. 28.03.2024

Los topos y los linces

Pedro Castro, alcalde de Getafe, seguirá al frente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), tras fracasar la estrategia del Partido Popular de obtener su dimisión. El PP no abandona la FEMP como proponía Esperanza Aguirre, pero hará el vacío a Castro, que ha sido apoyado por el resto de los grupos. De nuevo, Castro ha vuelto a pedir disculpas por lo que dijo en un momento de acaloramiento.

Pedro Castro, alcalde de Getafe, seguirá al frente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), tras fracasar la estrategia del Partido Popular de obtener su dimisión. El PP no abandona la FEMP como proponía Esperanza Aguirre, pero hará el vacío a Castro, que ha sido apoyado por el resto de los grupos. De nuevo, Castro ha vuelto a pedir disculpas por lo que dijo en un momento de acaloramiento.

Hace un par de semanas, el alcalde de Getafe, llamó tontos de los cojones a quienes votan a la derecha, lo que suscitó las iras del PP, con Aguirre al frente, que aprovechó la ocasión para pedir la dimisión de Castro como presidente de la Federación Española de Municipios, alegando que no puede representar a todos los municipios de España quien ofende a la mitad de los votantes. De nada sirvieron las disculpas de Castro; la derecha no se conforma con palabras: exige el cargo, como siempre, porque exige dimisiones de oficio. No es cierto que el PP represente a la mitad de los votantes, pues gobierna en 3.200 ayuntamientos de los 8.100 que hay en España, pero siempre tira por elevación y la ocasión la pintaban calva para armar un poco de bulla, erosionar al PSOE y arrebatarle la presidencia de la FEMP. Era una baza política, pero en el fondo, lo que les molesta es reconocer que Castro tiene razón; a lo bruto, pero acierta.

En Génova saben de sobra que sus votantes se dividen en dos grupos: los listos de la hostia y los tontos de los cojones, a los que para no ofender llamaremos los linces y los topos. Los linces, que tienen buena vista para los negocios, saben que la defensa de sus intereses económicos, por muy insolidarios que sean, está garantizada con el PP, en tanto que los topos, votan al PP cegados por baratijas ideológicas como creer que el gobierno de Aznar fue el mejor desde la muerte de Franco, que ETA fue la inductora de los atentados del 11-M, que el PSOE persigue a la Iglesia, que España se rompe por la acción de los partidos nacionalistas o que Zapatero quiso entregar Navarra a los abertzales, y rechazar la ley del aborto, la asignatura de Educación para la Ciudadanía o el matrimonio gay. Todo ello difundido desde el PP con mucho aspaviento y agitación de banderas. Los topos, principales destinatarios del discurso crispado y masa de maniobra de la movilización callejera, no hacen negocios, ni nunca los harán, porque no pueden, y son usuarios de los servicios públicos que el Partido Popular privatiza en favor de los negocios de los linces. Lo que ocurre es que Pedro Castro lo explicó de una manera un poco primitiva, como diría Bono.

José M. Roca
Escritor

Los topos y los linces
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