viernes. 29.03.2024

Los obispos que se ocupen de lo divino y los legisladores de lo humano

NUEVATRIBUNA.ES - 21.7.2010...Como nos suelen tener acostumbrados, y a pesar de su “inspiración divina”, estos prelados no cumplen con uno de los mandamientos de su propia Iglesia, que es precisamente “no mentirás”. ¿Por qué lo incumplen?. Sencillamente porque no están diciendo toda la verdad a sus fieles, a sus seguidores y a la sociedad en su conjunto.
NUEVATRIBUNA.ES - 21.7.2010

...Como nos suelen tener acostumbrados, y a pesar de su “inspiración divina”, estos prelados no cumplen con uno de los mandamientos de su propia Iglesia, que es precisamente “no mentirás”. ¿Por qué lo incumplen?. Sencillamente porque no están diciendo toda la verdad a sus fieles, a sus seguidores y a la sociedad en su conjunto.

Y conviene recordarles y hacer memoria, que el Tribunal Constitucional ya emitió, en el año 1985, Sentencia acerca de la constitucionalidad de la modificación del Código Penal para despenalizar la Interrupción Voluntaria del Embarazo en tres supuestos, y ahora lo que hace la nueva Ley es garantizar el derecho de las mujeres a decidir libre y responsablemente en los plazos estipulados, si quiere ser madre y los hijos que desea tener. Y en ambas leyes, la decisión es “voluntaria” y “no obligatoria, ni forzada”.

A lo largo de estos últimos 25 años, cientos de miles de mujeres de todas las clases sociales, de diferentes concepciones políticas y con distintas convicciones morales y religiosas adoptaron la decisión de no continuar su embarazo en los términos establecidos por la Ley, por los motivos y las razones que fueran. Y por ello no se las puede catalogar de “asesinas” como las califican desde determinados sectores ultraconservadores y ultracatólicos.

Ahora, con la nueva Ley, la situación es similar, porque el hecho en sí, el de interrumpir el embarazo, es el mismo y las mujeres también de diferentes clases sociales, de diferentes concepciones políticas y de diferentes convicciones morales y religiosas, adoptarán la decisión de no continuar su embarazo. Y es una auténtica barbaridad que se las pretenda tachar de “asesinas”, cuando el Tribunal Constitucional ya estableció en su día la constitucionalidad de la interrupción voluntaria del embarazo.

Culpabilizar a las mujeres, no contribuirá para nada a eliminar las interrupciones del embarazo; más bien lo que se conseguiría con ello es enviarlas al circuito clandestino, con el consiguiente peligro para su vida. La vía para la reducción de los embarazos no deseados y, por tanto, de las interrupciones, es hacer una buena educación e información sexual, cuestión a la que también se oponen los mismos sectores.

Animan los obispos a la adopción frente a la interrupción. Pero para que exista adopción, la mujer ha tenido que adoptar antes la decisión de ser madre aunque después del parto done a su hijo en adopción. De lo que aún no se han enterado los obispos, es de que lo que hay que respetar es la decisión de la mujer a decidir si quiere o no quiere ser madre, aunque a veces con posterioridad dé su hijo en adopción.

¿ Y acaso no es una forma mas de violencia extrema obligar a las mujeres a continuar su embarazo cuando ella no lo desea?.

Es una clara hipocresía, y un engaño, pretender trasladar a la sociedad, que con la nueva Ley se incite o se obligue al aborto, cuando el derecho de esta decisión la tiene la mujer con su conciencia y no con la conciencia de los demás.

Pero también es una clara hipocresía, que tanto la jerarquía eclesiástica como determinados sectores que están muy preocupados por la situación de “los no nacidos”, no se preocupen por la vida y el bienestar de los menores ya nacidos y de sus madres.

Ejemplos tenemos. ¿Por qué la Jerarquía de la Iglesia Católica no condena los asesinatos por violencia de género, de los asesinatos de mujeres a manos de los asesinos machistas?. Es más, aún todavía estamos esperando algunas palabras de condena de la alta jerarquía hacia el arzobispo de Granada por las afirmaciones que justificaban e incitaban a la violencia por parte de las parejas de aquellas mujeres que habían decidido interrumpir su embarazo.

Pero también resulta de una hipocresía vergonzante, que dichos sectores se pronuncien en contra y condenen precisamente del uso del condón, de los preservativos, de los métodos anticonceptivos, no solamente para reducir el número de embarazos no deseados, sino para prevenir enfermedades de transmisión sexual, como el VIH SIDA que está produciendo la muerte de millones de personas en todo el mundo.

Y también estamos esperando las condenas por parte de la Jerarquía Católica hacia algunos de sus miembros declarados y acusados de pederastia y abusos sexuales, con el consiguiente daño personal y moral a la vida de los menores y de sus familias, además de las consecuencias irreversibles que estas prácticas conllevan para las personas que las han sufrido.

¿Por qué no han protegido a esos niños?, ¿por qué han guardado un silencio tan ominoso?.

Desde mi más profundo respeto por la libertad de creencias, enmarcadas en el orden privado y en la privacidad de cada conciencia, no podemos admitir que la jerarquía eclesiástica no respete las voluntades, en este caso de las mujeres, y se pronuncie haciendo campaña en contra de cuestiones que no les competen. Las leyes en un Estado Democrático y de Derecho son de obligado cumplimiento para todos, también para los obispos. Llamar a la rebelión y a la insumisión contra una ley legítima, es cuestionar y alterar el orden civil y legal.

Respeto la decisión, aunque no la comparta, de aquellas mujeres y hombres que han decidido entregar su vida a Dios y ser miembros de una Iglesia, en este caso la católica, que según sus directrices les impide llevar a cabo con toda normalidad el desarrollo de su propia sexualidad y bienestar sexual. Por ello, mi total rechazo a que pretendan condicionar y controlar la sexualidad y la vida de las mujeres y hombres de nuestro país, como lo han venido marcando en la historia de nuestro pasado más rancio.

Qué ocurre pues en el seno de la Iglesia católica en su conjunto?. Lo que ocurre es que afortunadamente cada día existen más sectores y grupos de católicos y cristianos que no se identifican con los postulados, ni con las directrices que marca la jerarquía. Lo que ocurre es que cada día son más los fieles que se alejan de la jerarquía porque ésta no da respuesta a las necesidades reales de la ciudadanía. Lo que ocurre en definitiva es que las personas creyentes cada vez creen menos en unos prelados que actúan más como dirigentes políticos que como pastores de su Iglesia.

Aprovecho esta ocasión para manifestar mi reconocimiento al trabajo y labor que vienen realizando en nuestro país y en otros países, un grupo de mujeres valientes, como son “Católicas por el Derecho a Decidir”, luchadoras por la equidad en las relaciones de género, mujeres defensoras de los derechos sexuales y reproductivos de toda la población, de la autonomía moral de las mujeres y como su nombre indica del derecho a decidir de las mujeres sobre su propia sexualidad y su maternidad. En definitiva, luchadoras porque otra Iglesia es posible.

En este sentido y conforme a diferentes encuestas realizadas en España con motivo del debate sobre la Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, el 64% de las y los fieles que regularmente van a misa, se mostraban a favor de una nueva regulación de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, y contrarios con las directrices marcadas por la Jerarquía en este ámbito.

Por último, los obispos señalan que la Ley hace todo lo contrario a promover la dignidad de las mujeres, pues bien, hay que decirles con la voz clara y alta, que hoy por hoy, los que están en contra de la dignidad de las mujeres, son los que las culpabilizan y las acusan de asesinas, no respetando sus decisiones y los derechos que les confiere nuestra legislación vigente.

Basta ya de intromisiones, basta ya de hipocresías, QUE LOS OBISPOS SE ENCARGUEN DE LO DIVINO, Y LOS LEGISLADORES DE LO HUMANO.

Carmen Toledano, Secretaria de Igualdad de la Ejecutiva Regional del PSM-PSOE

Los obispos que se ocupen de lo divino y los legisladores de lo humano
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