miércoles. 24.04.2024

Los leopardos nunca cambian sus manchas

Las mutaciones de un solo gen de la transmembrana aminopeptidasa Q, puede modificar el pelaje de los guepardos o los gatos domésticos, provocando que las marcas de colores se unan. En el guepardo, un gen normal produce las marcas típicas, mientras que el mutado provoca un pelaje raro. En los gatos, un gen normal produce listas oscuras, estrechas y verticales sobre un fondo claro, mientras que con el gen mutado, las líneas son más irregulares.

Las mutaciones de un solo gen de la transmembrana aminopeptidasa Q, puede modificar el pelaje de los guepardos o los gatos domésticos, provocando que las marcas de colores se unan. En el guepardo, un gen normal produce las marcas típicas, mientras que el mutado provoca un pelaje raro. En los gatos, un gen normal produce listas oscuras, estrechas y verticales sobre un fondo claro, mientras que con el gen mutado, las líneas son más irregulares. Es una proteína, Taqpep, la que establece el patrón que se expresa en el pelaje de los gatos y como se establece antes del nacimiento, las marcas no cambian con el desarrollo, así que, al crecer se mantienen, salvo que la mutación tenga lugar.

Pero en los leopardos, tal opción, de momento no se da, mantienen las manchas, y no se aprecia ni modificación ni pérdida. Las panteras, negras, también tienen las citadas manchas, aunque más imperceptibles. Un viejo adagio nos lo recuerda: las personas no suelen cambiar de opinión, en especial si es una mala costumbre y cuando recaen en ello, el proverbio encuentra su aplicación natural y más genuina. Las cicatrices no parecen hacer mella y los leopardos-men mantienen la posición y suelen estiran el cuello, para con ello ahuyentar a los que dudan. Ellos siempre parece que mantienen el criterio, cuando en realidad lo que mantienen es la torpeza, cuando no otras cosas más graves, que intentan ocultar o callar.

Esta historia que abordamos es de la vida real. Esto ha ocurrido en la Región de Murcia. Por increíble que pueda parecer, esto ha sido así: la Marina de Cope es una planicie litoral situada entre los municipios de Aguilas y Lorca. En 1992 estaba incluida, en su totalidad, en el Parque Regional de Cabo Cope - Puntas de Calnegre, declarado protegido en la Ley de Ordenación y Protección del Territorio de la Región de Murcia del año 1992, gobernando socialistas. En 2001 fue descatalogada la zona, por la Nueva Ley del Suelo del PP, quedando reducida a las dos LIC de Cabo Cope y de Puntas de Calnegre, desconectados entre si, como si entre ellos se hubiera metido una cuña, que dejaba el Parque Regional inicial en una mínima expresión de su extensión original. En 2004, sigue el PP, se aprobó la actuación de Interés Regional Marina de Cope, que coincide casi totalmente con el área descatalogada. En 2011, continúa el PP, se aprobó la modificación de los PGOU para la recalificación del suelo no urbanizable tanto en Aguilas como en Lorca, que fueron aprobados en agosto de 2011. La aprobación supuso la aparición de un macro-complejo inmobiliario turístico, con hoteles, campos de golf y una marina o puerto deportivo. Aprobación de dudosa legalidad, por no ir acompañada de ninguna justificación técnica, ni ambiental, ni jurídica, ni acompañada de ningún estudio científico, lo que provocó un recurso de inconstitucionalidad por parte de grupos ecologistas y el grupo parlamentario del Partido Socialista en el Congreso de los Diputados, que tomaron la iniciativa de presentar un recurso de inconstitucionalidad. El 13 de Diciembre de 2012 el Tribunal Constitucional se ha pronunciado, anulando el artículo de la Ley del Suelo de 2001 que permitió el cambio y la descatalogación que se ejecutó, aduciendo que realizar tales cambios por ley, sin informes científicos, ni de ningún tipo, supone inseguridad jurídica. El proyecto que preveía levantar 9000 viviendas y construir cinco campos de Golf y crear 20.000 plazas hoteleras, se ha ido al traste, porque nunca debió proyectarse. El Tribunal Constitucional, concluye que nunca debió separarse la Marina de Cope de la unidad del Paraje natural. Un lugar natural desvastado por la avaricia de un colectivo depredador, que no se detiene ante nada, por perjudicial que pueda ser para la colectividad. En este caso, la Administración Regional del PP, que se mantiene en el poder hace más de 17 años, se ha implicado en un desastroso proyecto, en el que sus personajes han sido su Presidente Regional a la cabeza y una serie de adláteres, que ostentaron competencias en la materia urbanístico-inmobiliaria, incluyendo al actual Defensor del Pueblo, por poco tiempo ya, porque sus correligionarios ya habían decidido, con anterioridad, que eso de Defensor del Pueblo, ¿para qué?, que eso no hace falta en época de crisis que hay que reducir gastos, como si los ciudadanos pudieran confiar en los mismos y actuales gobernantes, para defender a alguien.

La cuestión de fondo que nos plantea esta sentencia, es que la Justicia con su pasitrote, lejos de responder en interactivo, viene a pronunciarse cuando incluso puede resultar irreparable el daño ocasionado. Debieran hacérselo ver, igual hay algo que remediar, más urgente que las tasas fiscales. Pero todavía más preocupante viene a resultar que los protagonistas de hechos de este tipo, aunque sea mucho el tiempo que ha transcurrido, pueden estar en activo, como es este caso y pueden continuar manteniendo sus manchas, como el leopardo, porque nunca van a llegar a comprender que hicieron mal, que violentaron modos, formas y objetivos; que trasgredieron los intereses de sus representados, que son todos los ciudadanos, porque cuando se gobierna están implicados todos los ciudadanos y no solo los partidarios, que sectariamente aplauden o disculpan cualquier actuación.

El Presidente de la Región de Murcia, como máximo responsable de la iniciativa, no ve preciso recapacitar nada. Dice que “con esto no se acaba el mundo”, aunque dice que “acatará la sentencia”, ¡no faltaba más! y que “se pondrán los recursos, para enmendar los errores que se puedan haber cometido”. Dice que la sentencia no tendrá repercusión ni económica, ni social, ni medioambiental, porque no se han iniciado las obras. Es decir, que ¡menos mal que la crisis económica ha sobrevenido!, porque si no, no nos escapamos. Pero se puede advertir que después de tanto tiempo en el Gobierno, los desastres se ven como errores sin importancia. ¡Que malo es estar tanto tiempo en el poder! ¡cuántos desatinos! El caso es, que en esta historia están implicados muchos más, que son todos los medios de comunicación que aplaudieron, concejales que asintieron, diputados que impulsaron, gobernantes que decidieron.

Los ciudadanos deben tomar nota de los leopardos y evitar que mantengan las mismas manchas. Son los ciudadanos los que tienen que expresarse; son ellos los que tienen en su mano cambiar los derroteros de su Región, su municipio, su país, ejerciendo su obligación ciudadana de indicar la puerta de salida a los que se empeñan de forma recalcitrante en mantener sus manchas. Va siendo el momento de los ciudadanos. No es posible mantener una mayoría gobernante y que solamente los Tribunales sean capaces de enderezar sus desatinos. La Justicia debiera quedar para escasos casos de conflicto, pero los inconstitucionales son “palabras mayores”, porque implican que los gobernantes no han respetado derechos fundamentales, intocables, pactados entre todos y que a toda costa hay que mantener. No se trata de que se acabe el mundo o no, se trata de que se acaben las arbitrariedades, alentadas por unas mayorías insolentes que olvidan para que están, tras décadas de velar por unos intereses que no son los de todos, sino muy probablemente, sólo los suyos. Hay que restituir conductas sanas en gobernantes que piensen, exclusivamente, en el bienestar de la colectividad a la que se deben y los leopardos, nunca pierden sus manchas. ¡Toma nota ciudadan@!, la Ley de Costas del PP va detrás, ¡aviso a navegantes! También hay leopardos.

Los leopardos nunca cambian sus manchas
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