viernes. 19.04.2024

Los espejos cóncavos en Metrovalencia

Fue en 2006, un caluroso mediodía del 3 de julio, primera noticia a través de la cadena Ser. Angustia, terrible angustia. Mis hijos estaban en Valencia, utilizan el Metro a diario. Llamadas telefónicas sin respuesta. Un par de horas después del aterrador suceso las voces de mis hijos tranquilizándome, estaban bien; uno en su trabajo, el otro en la facultad.

Fue en 2006, un caluroso mediodía del 3 de julio, primera noticia a través de la cadena Ser. Angustia, terrible angustia. Mis hijos estaban en Valencia, utilizan el Metro a diario. Llamadas telefónicas sin respuesta. Un par de horas después del aterrador suceso las voces de mis hijos tranquilizándome, estaban bien; uno en su trabajo, el otro en la facultad.

Pero, ¿y los que sí se hallaban en el tren de la muerte? 43 muertos que regresaban a sus casas olvidaron su camino cerca ya de la estación de Jesús, y 47 heridos, algunos seriamente. Jesús, nombre de Amor, nombre de Caridad, nombre de Hermano bondadoso. Nombre ahora borrado y sustituido por el del gran pintor Joaquín Sorolla no por ensalzamiento de este último, sino con la perversa intención de desvanecer el recuerdo de la espantosa masacre que queda asociada al nombre 'Jesús'.

Levante-EMV abrió de inmediato, la misma tarde, un foro sobre esta tragedia. Allí hay centenares de aportaciones mías, entre el desespero y la indignación. Allí recibí insultos de toda clase, provenían de peperos interesados y de 'repeperos' siempre ignorantes, pero obtusos como mulas. Me mantuve firme en mis denuncias, lo mismo que ahora estoy haciendo.

Cuarenta y tres familias destrozadas de por vida. Corrieron noticias interesadas, Rita habló de ETA. Hubo que desmentirla de inmediato. No fue ningún atentado terrorista en el sentido que habitualmente conocemos. Ahora se atreven ya los expertos a afirmarlo: Fue un 'accidente' por negligencia del Consell, de su entonces conseller de infraestucturas, García Antón, de la gerente de FGV, Marisa Gracia que sigue en el puesto y cobrando indecentes cantidades de dinero en compensación a su 'loable trabajo', y por encima de ellos, el trajeado Camps que ha hundido a la Comunidad Valenciana en la más escandalosa bancarrota.

Venía Ratzinger el 8 del mismo mes. La tragedia empañaba el colorido de las banderas blanquigualdas que adornaban la Valencia de esos días. Había que deshacerse de los muertos cuanto antes. Funeral rápido, triste y frío en la catedral, con un García Gasco presuroso. Las familias se llevaron a sus muertos y Valencia recobró en seguida su alegría. Venía el Papa y con él el festejo.

Camps jamás quiso recibir a las víctimas. Su misión estaba al lado de El Bigotes. La insistencia de las familias y de los partidos de la oposición forzó una Comisión de Investigación que apenas duró nada y clarificó menos aún las causas de la tragedia. La culpa se la dieron al muerto, al conductor que también falleció aquel 3 de julio. Excesiva velocidad, dijeron. Las autoridades del PP de nada salieron responsables, de ninguna negligencia se les pudo acusar. Incluso echaron la culpa a Joan Lerma, Presidente de la Generalitat, cuando se construyó esta línea 1 de Metrovalencia. El cinismo no tiene límites.

Después apareció el tema de la baliza. De haber habido una baliza, que apenas costaba 3.000 euros, el exceso de velocidad se hubiera neutralizado.

Ahora hay nuevas noticias que mueven al escándalo: FGV, con Marisa des-Gracia al frente, contrató por una suculenta cantidad de money a la empresa HM&Sanchis para 'aleccionar' a los técnicos que debían declarar en la citada Comisión y 'refrescarles la memoria de lo sucedido', "Su objetivo en esta comparecencia debe ser, le pregunten lo que le pregunten y se desarrolle como se desarrolle, transmitir a los miembros de la comisión que lo ocurrido el día 3 entre las estaciones de Plaza de España y Jesús en la Línea 1, sobre las 13 horas, ha sido un accidente, cuya causa ha sido el exceso de velocidad y que este exceso de velocidad no puede ser atribuido a ninguna deficiencia técnica, ni a ninguna dejación de responsabilidades, ni a ningún incumplimiento de acuerdos" (Levante-EMV, 20 febrero, 2012).

Los 43 fallecidos y los 47 heridos no van a ser olvidados. La Justicia parece haberse transmutado en justicia (con minúsculas), pero la ciudadanía no podemos abandonar en su soledad y su intencionado olvido a las víctimas y sus familiares. Cada día 3 de cada mes las familias continúan recordando a sus víctimas en la plaza de la Virgen. En silencio otros muchos los acompañamos en solidaridad con su dolor. La pancarta lleva el lema de las víctimas de esta tragedia: 43 muertos+ 47 heridos = 0 responsables. Estos responsables merecen más ceros, 0 en veracidad, 0 en sensibilidad, 0 en decencia, 0 en moralidad, 0 en ética, 0 en responsabilidad, 0 en humanidad...

Aquel trágico suceso y el dolor que sigue arrastrando se podía haber evitado. Marisa lo sabe, Fabra, actual jefe del Consell lo sabe, y Camps, tan evocador de la 'gracia divina' lo sabía y lo sabe. Ellos son los responsables, y mientras no paguen por sus negligencias y abandonos las víctimas no podrán descansar en paz. Y nosotros, tampoco.

Tanta mentira, tanto escarnio, tanta desfachatez solo se puede 'entender' desde la tragicómica visión de los espejos cóncavos del Callejón del Gato. ¡Lo que disfrutaría Valle-Inclán retratando esperpénticamente tanta miseria esparcida por estos irresponsables del PP!

Los espejos cóncavos en Metrovalencia
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