miércoles. 24.04.2024

Los demonios del PP

Cuando durante tanto tiempo se han sembrado todo tipo de “vientos” suele ocurrir que acaben provocándose algunas tempestades. Corría la fecha de un 14 de Septiembre (pero de hace siete años) cuando en el Congreso de los Diputados el Partido Popular volvía a cargar contra la política antiterrorista del gobierno de España.

Cuando durante tanto tiempo se han sembrado todo tipo de “vientos” suele ocurrir que acaben provocándose algunas tempestades.

Corría la fecha de un 14 de Septiembre (pero de hace siete años) cuando en el Congreso de los Diputados el Partido Popular volvía a cargar contra la política antiterrorista del gobierno de España.

Corría el tiempo en el que, desde la AVT, se pronunciaban todo tipo de adjetivos gruesos y se programaban manifestaciones contra el gobierno con el apoyo expreso y el beneplácito de los dirigentes del Partido Popular.

Y en esas posiciones se llegó hasta la famosa e indecente afirmación del hoy presidente Mariano Rajoy, dirigida al presidente de España en pleno Congreso de los Diputados, de que “estaba traicionando a los muertos”.

De aquellos barros le vienen ahora al Partido Popular y al presidente Rajoy “los lodazales” que representa, para un sector importante de su partido, el hecho de la excarcelación del etarra Bolinaga aunque lo sea como enfermo Terminal.

El lamentable espectáculo al que estamos asistiendo con un ministro del interior acosado desde su propio partido, o con un ministro de justicia queriendo hacer de Pilatos ante la decisión de este, no tiene nombre ni antecedentes en la historia de la política de este País.

Pero es lo que suele ocurrir cuando el sectarismo y el ansia de llegar al poder a cualquier precio se convierten en la guía de conducta durante tanto tiempo.

Cuando ha valido todo, incluso la mentira absurda y de escaso recorrido, que para desgracia de quienes las han pronunciado en las Cortes figuran escritas en su Diario de Sesiones. Como ocurriera, por ejemplo, en esa fecha que les recordaba al inicio, allá por ese 14 de Septiembre del año 2005; en aquella sesión se llegó a afirmar por parte de un diputado del PP, que catorce presos etarras habían disfrutado de un permiso carcelario para acudir todos juntos a una piscina en Granada, y que aquello podía ser parte del precio político exigido por la banda…

Dio igual que le aclararan que no había habido tal permiso ni piscina en Granada, y que lo más parecido era un baño en la prisión de Albolote donde cumplían condena… La insidia ya corría en algunos periódicos y tenía su propio recorrido.

Por eso ahora escuece tanto en un sector del PP y aparecen tantos “versos sueltos” en el seno del Partido Popular.

Cuando Mayor Oreja dice lo que dice está siendo fiel a aquel guión establecido. Pero claro, ahora no es lo que toca. Ahora es el gobierno del Partido Popular quien tiene que tomar las decisiones y quien tiene la posibilidad de recurrir o no las decisiones que antes siempre aseveraba que debían ser recurridas y cuya responsabilidad achacaban, siempre también, al gobierno socialista de entonces…

El drama para el gobierno de Rajoy, que es a quien le va a tocar lidiar con todo este barullo de los suyos, no es otro que el de la coexistencia en el seno de su partido de dos fracciones en pugna por el poder; el representa al sector más pragmático y menos visceral (pero al que le han venido muy bien todos los excesos que ahora le incomodan). En frente le retan Esperanza Aguirre con el apoyo del director del diario “El Mundo” Pedro J. Ramirez y el sector más radical donde Mayor Oreja juega un papel puntual de apoyo a la vieja guardia de Aznar (que de momento calla).

Y todo esto, no se lo pierdan, en medio de una política de recortes sociales sin precedentes en la todavía joven democracia española..., con la calle movilizada y en el horizonte dos procesos electorales (Comunidad Autónoma Vasca y Galicia) donde se examina la política de Rajoy en éste primer año de su mandato.

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