jueves. 28.03.2024

Lo que acontece y sus aprovechamientos

Dada la importante edad que uno ya atesora, me ha permitido vivir diversos acontecimientos y, lógicamente, múltiples y diversas crisis, también con graves consecuencias económicas en nuestro país. A lo largo de todas y cada una de ellas, como una constante, siempre he oído aquello, que sobre la misma y a modo de moraleja se decía y se dice: “de todas las crisis siempre se saca algo positivo”.

Dada la importante edad que uno ya atesora, me ha permitido vivir diversos acontecimientos y, lógicamente, múltiples y diversas crisis, también con graves consecuencias económicas en nuestro país. A lo largo de todas y cada una de ellas, como una constante, siempre he oído aquello, que sobre la misma y a modo de moraleja se decía y se dice: “de todas las crisis siempre se saca algo positivo”.

Desconozco si dicha frase tiene la autoría de un importante economista, nacional o foráneo, o simplemente, se trata de un comentario popular -reconozco que tampoco me he preocupado en averiguarlo- que se ha ido extendiendo y aceptándose por la mayoría; que la repite y la repite, sin más análisis, ni reflexión alguna, sobre ella.

¿Cómo que se saca algo positivo? ¿Quiénes, dónde, cuándo?. Yo a mí alrededor, y tengo ejemplos cercanos, y algunos muy próximos, desde luego, de positivo, realmente no veo absolutamente nada. Sino justamente todo lo contrario, todo negativo y oscuro, y trufado de una mezcla de desengaño, rabia, impotencia, malestar, cuando no también de enfermedad, hasta entonces desconocida por el afectado por la misma.

La frase, siguiendo con el somero análisis, puede hacer referencia a aquello de las enseñazas que toda experiencia humana siempre deja de modo indeleble, sobre todo, cuándo uno pierde. Pero siendo así, llamarle a eso “algo positivo”, según en que casos, me parece un puro eufemismo.

Que un pequeño empresario, de toda la vida, se haya visto obligado a despedir a sus trabajadores, cerrar su negocio, hacer frente a las deudas, normalmente garantizadas con sus escasos bienes –normalmente su vivienda- y no saber por donde salir, sin futuro, sin solución, sin medios, y considerar a todo ello positivo. No sé, lo siento, no termino de verlo, ni siquiera atisbo la posible enseñanza.

Que el trabajador en desempleo, no encuentre opciones de emplearse, ni elevando a la ene potencia su formación, reciclándose, reinventándose, desesperándose, pues honradamente, sigo sin verlo.

Puede que la frase se refiera a algo positivo en sentido del aprovechamiento de algunos, que muchos, puedan sacar, y saquen efectivamente ventaja, en situaciones como la actual, entonces sí, claro que lo veo. Pero entonces no se trata de una enseñanza, se trata de aprovecharse del que está en una situación de necesidad, y dispuesto, incluso, a pactar con el diablo. ¿Pero considerar esto algo positivo? Sinceramente me produce auténtico pudor.

Llamar algo positivo: al inversionista que compra muy por debajo de su precio los bienes del amenazado de subasta, o al que no puede acudir a la Justicia y decide ponerse en manos del primer profesional (sic), que se encuentra en su camino, pues la publicidad por todos los medios les llega a modo de ofertas de Carrefour, con importantes rebaja del precio, pero luego; no le atiende debidamente, no le presta la necesaria atención, y finalmente, le causa más perjuicio si cabe, ya se sabe: lo barato es caro.

O por seguir con ejemplos, concretos: el que contrata media jornada al trabajador, siendo efectivamente ésta completa, le paga el resto por fuera, y no asume responsabilidad alguna con el mismo.

Si todo esto es positivo, como suele decirse: “que venga Dios y lo vea”.

Lo positivo, desde luego está en otro lado, está en el modo en que probablemente, casi seguro, consiga el PP, el gobierno de España, el próximo día 20 de noviembre, pues la crisis les servirá para llegar en volandas al poder, pensando, encantados,  en que nunca tanto costó tampoco.

Lo positivo está, para los mismos, en los recortes que se están produciendo, y seguirán, sin duda produciéndose, cuándo todo el mapa de España, se tiña de azul, en acercar el agua a su molino, en: sanidad, educación, cultura, investigación... etc.

Lo positivo debe de estar, en que a causa de la crisis, imponer su forma de entender la vida, el que decide, y aplica su doctrina, al resto de los ciudadanos, y además, anunciarlo como un gran favor absolutamente gratuito al resto.

Lo positivo debe de estar, en el atajo que la propia crisis le proporciona y permite, para dejar atrás todo aquello, que han supuestos verdaderos avances para la sociedad, pero que ahora abrumada por la dura crisis existente, no tiene más remedio que aceptar con resignación e incluso agradecimiento.

Entretanto, también, aprovechamos y cambiamos el nombre de algunas calles, plazas y parques, para que también, y al albur de la crisis, sepan quien ha mandado siempre y debe de seguir mandando en este país. Todo esto realmente debe ser lo positivo de la crisis, que yo no veo, y que por mucho que traten de convencerme, creo que no nunca terminaré viéndolo.

Lo que acontece y sus aprovechamientos
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