jueves. 18.04.2024

Llegan buenas noticias de EEUU

NUEVATRIBUNA.ES - 25.3.2010 En medio de la crisis económica, sufriendo los bandazos del Gobierno en política económica y el desinterés de la oposición por proponer alguna alternativa, constatando la debilidad de la Unión Europea y las dificultades que tiene para resolver sus problemas, por fin nos llegan buenas noticias: en Estados Unidos, la Cámara de de Representantes, por estrecho margen, ha aprobado las bases de un nuevo sistema
NUEVATRIBUNA.ES - 25.3.2010

En medio de la crisis económica, sufriendo los bandazos del Gobierno en política económica y el desinterés de la oposición por proponer alguna alternativa, constatando la debilidad de la Unión Europea y las dificultades que tiene para resolver sus problemas, por fin nos llegan buenas noticias: en Estados Unidos, la Cámara de de Representantes, por estrecho margen, ha aprobado las bases de un nuevo sistema sanitario.

No es que el nuevo modelo sea un ejemplo a seguir, y menos después de los recortes a los que se ha visto sometida la propuesta inicial para conseguir los apoyos necesarios; es más, visto desde la óptica europea, deja mucho que desear (no es un sistema público y universal como el nuestro y está expresamente excluida la posibilidad de que el dinero federal se utilice en casos de aborto), pero va a permitir dar cobertura sanitaria a 30 millones de personas que en la actualidad carecen de ella y va a limitar el poder casi absoluto de los seguros médicos.

Solo con esto ya sería suficiente para sentirnos solidariamente contentos (cualquier avance de los sectores más desprotegidos nos fortalece a todos), pero la batalla por sacar adelante la reforma sanitaria de Obama también tiene otros aspectos muy positivos.

El primero es que supone una derrota de la ideología ultraconservadora, los que defienden el individualismo, el mercado por encima de todo, el sálvese quien pueda; los que no tienen ningún empacho en dejar abandonados a su suerte a los sectores más débiles de la sociedad. La misma ideología causante de la crisis y que, a pesar de las primeras declaraciones sobre la necesidad de reformas y de refundar del capitalismo, sigue manteniendo sus centros de poder y dictando las leyes de la economía a nivel mundial.

Además, es de suponer que, tras la batalla sanitaria, el presidente de EEUU haya salido fortalecido (no en vano ha conseguido aprobar una reforma perseguida desde hace décadas por los demócratas) y con energía suficiente para continuar su programa reformista, para corregir algunos de los despropósitos de la época Bush tanto en política interna como en el ámbito internacional, donde la posición de Obama puede ser determinante. Es verdad que hasta ahora pocos resultados prácticos ha habido, siguen los mismos conflictos (incluso alguno de ellos, como el palestino-israelí, agravado por el integrismo del gobierno de Netanyahu), pero las líneas estratégicas diseñadas por la administración americana, tanto en lo relativo al multilateralismo como en las exigencias a Israel apuntan en la buena dirección.

No es cuestión de esperar de Obama la salvación el planeta, ni de convertirlo en apóstol de las fuerzas progresistas, ni es esa su voluntad ni la sociedad americana se lo permitiría, vista la resistencia a la reforma sanitaria (como muestra de sus limitaciones tenemos bien reciente su participación en la Cumbre de Copenhague, por la que, desde luego, no pasará a la historia por su compromiso con la defensa del medio ambiente), pero el desarrollo de la política del presidente de EEUU ayudara a hacer el mundo un poco más humano.

En cualquier caso es de agradecer que en estos tiempos de pragmatismo, de ausencia de líderes y de valores, en los que es tan frecuente que los políticos gobiernen condicionando sus principios a las encuestas, haya dirigentes políticos fieles a sus compromisos, capaces de remangarse y ponerse a trabajar hasta el agotamiento para sacar sus proyectos adelante, dispuestos a subordinar el resultado electoral a la defensa de aquello en lo que creen.

Enrique Tordesillas es colaborador de El Periódico de Aragón y Radio Zaragoza y miembro del Observatorio de la Fundación 1º de Mayo "Sindicalismo y cambio en el mundo del trabajo".

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