jueves. 18.04.2024

Lealtad

NUEVATRIBUNA.ES - 25.6.2010¡Albricias! La lealtad se ha puesto de moda. Fíjense, con lo necesitados que estamos de refrescar los conceptos que representan los mejores valores humanos, en medio del bombardeo de terminología mercantilista con el que nos machacan a todas horas. Pero como suele ser habitual, la propia idea se usa contra quien realmente la aplica. En este caso, contra Antonio Gutiérrez que ha dado un auténtico recital de lealtad.
NUEVATRIBUNA.ES - 25.6.2010

¡Albricias! La lealtad se ha puesto de moda. Fíjense, con lo necesitados que estamos de refrescar los conceptos que representan los mejores valores humanos, en medio del bombardeo de terminología mercantilista con el que nos machacan a todas horas. Pero como suele ser habitual, la propia idea se usa contra quien realmente la aplica. En este caso, contra Antonio Gutiérrez que ha dado un auténtico recital de lealtad. Ha usado, no solamente su libertad individual, sino el artículo 67 de la Constitución, que indica que los miembros de las Cortes Generales no estarán ligados por mandato imperativo, es decir, que los representantes de los ciudadanos elegidos en las urnas, no pueden ser compelidos a votar, en un acto de ciega obediencia, cuando consideren que su voto va en contra de su conciencia, sus principios y, como en este caso, en contra del programa electoral y de los fundamentos ideológicos del partido por el que se presentaron a las elecciones. No es la primera vez que un voto diferente al de su grupo parlamentario se emite en una cámara legislativa española y en algún caso de triste recuerdo, en la Comunidad de Madrid, sirvió para cambiar el resultado mayoritario de las urnas. En otras ocasiones los votos disidentes han servido para manifestar una profunda discrepancia con la actuación del propio grupo o partido y por diversas motivaciones. El hecho de no seguir a rajatabla, en un momento determinado y extraordinario, lo que se conoce como disciplina de grupo, no significa automáticamente ser desleal, por más que algunos que vieron con regocijo el, ese sí que felón, “Tamayazo”, ahora se mesen los cabellos ante la actuación de Gutiérrez.

El término lealtad, significa, según el Diccionario de la Real Academia: “Cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y las del honor y hombría de bien”. (lo siento, todavía no han cambiado los términos castellanos, pero se puede entender que también se refiere a la mujería); o bien: “legalidad, verdad, realidad” y por otra parte: “Amor o gratitud que muestran al hombre algunos animales, como el perro y el caballo”. Gutiérrez ha sido leal según las dos primeras acepciones señaladas: su actuación ha sido advertida, explicada, razonada, como persona que, desde una larga trayectoria al frente de las Comisiones Obreras, ha contribuido a conseguir los derechos que hasta hoy tenían los trabajadores y con su abstención no ha tergiversado la voluntad mayoritaria de los electores que en ningún caso votaron al PSOE pensando en que les iba a recortar derechos sociales y a dejar en pelota picada ante la banca, la patronal y Ángela Merkel. Ha sido legal y veraz, además tampoco ha tumbado al Gobierno, al que ha manifestado expresamente su apoyo a pesar de todo. Hay quien entiende por lealtad el tercero de los significados: la obediencia perruna o de jumento, muy extendida, por otra parte entre los políticos. Vendría bien que, quienes han empezado a poner el grito en el cielo por la actitud de Gutiérrez, desde posiciones dizque progresistas, se auto-psicoanalizasen y buscasen de qué arcano rincón de su inconsciente provienen las pulsiones auto-líticas que les están llevando por la esquizofrenia al haraquiri (según el DRAE, forma de suicidio ritual, practicado en el Japón por razones de honor o por orden superior, consistente en abrirse el vientre). Cómo pasaron de la defensa de los criterios socialdemócratas con un modelo keynesiano de impulso a la recuperación económica a una aplicación autocompasiva del recetario completo ma non troppo de la secta del Mont Pelerin de seguidores de Friedman y Von Hayek, dictado cada día desde Berlín y desde la Calle Alcalá, 48.

Pedro Díez Olazábal participó en la fundación del Sindicato de Enseñanza de CC.OO y ha estado siempre vinculado a los movimientos sociales. Ha desempeñado los cargos de Alcalde de Arganda del Rey, diputado de la Asamblea de Madrid y Vicepresidente Tercero, portavoz en la Comisión de Medio Ambiente y Presidente de la Asamblea de Madrid.

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