jueves. 28.03.2024

“Con lealtad al Rey…”

Por Eduardo Sotillos | Muchos miles de españoles hemos prometido o jurado algún cargo con una formula en la que nos comprometíamos a cumplir y hacer cumplir la Constitución…

Spanish King Juan Carlos I attends the inauguration of the Iberdrola Tower building (Iberdrola energy company's headquarters), on February 21, 2012, in the Northern Spanish Basque city of Bilbao. AFP PHOTO/ RAFA RIVAS

Muchos miles de españoles hemos prometido o jurado algún cargo con una formula en la que nos comprometíamos a cumplir y hacer cumplir la Constitución… con lealtad al Rey. La lealtad al Jefe del Estado exige hoy que, sin tremendismos ni afanes demoledores de un sistema que ha funcionado razonablemente bien durante estas décadas de democracia, nos preguntemos, y le traslademos a Don Juan  Carlos, la necesidad de reflexionar sobre la conveniencia de permanecer ejerciendo sus funciones. Como cualquier ciudadano español, he contemplado con dolor las recientes imágenes de la Pascua Militar y los torpes intentos de su Casa por buscar una explicación al hecho evidente de un grave deterioro físico y su segura incomodidad por la noticia, que debieron anticiparle, de la inminente imputación de su hija Cristina.

El Rey no ignora el creciente deterioro que su valoración sufre, encuesta tras encuesta, y lo que ello arrastra en la estimación de la propia Monarquía. Por el momento, la figura del Príncipe heredero sale resguardada de la ola de desprestigio que sacude los cimientos de la Institución. Por el momento. La situación exige prudencia, y es lógico que los responsables políticos de los partidos que hasta ahora se han turnado en el Gobierno, con posibilidad de seguir haciéndolo en el futuro, actúen con discreción y midan bien las palabras y los gestos, responsablemente. Pero  también es exigible que actúen como consejeros leales y representantes de la soberanía nacional. Un equilibro difícil, por supuesto, pero en el que se mide la talla de un hombre de Estado.

Circulan ya, profusamente, entremezcladas, noticias, bulos, rumores, sobre el debate que en algunos grandes partidos, entre ellos el PSOE, se está produciendo sobre la conveniencia o la inconveniencia de plantear la abdicación a D. Juan Carlos. Ignorar esa realidad, o pretender descalificarla desdeñosamente, es un empeño inútil cuando se multiplican las voces, incluso de analistas muy moderados y confesos monárquicos que se pronuncian abiertamente en ese sentido en múltiples foros. Por no hablar de la imparable  marea de comentarios que inundan las redes sociales. Si alguien tiene que encauzar ese sentimiento, impidiendo al tiempo que lo utilicen en beneficio propio los sempiternos pescadores en aguas revueltas, y pienso también en una extrema derecha que no aspira a la República sino a la vuelta de un régimen autoritario, es un partido político como el PSOE que, sintiéndose emocional e históricamente republicano, ha sabido anteponer la consolidación de la democracia a su programa máximo.

La reforma de la Constitución, que viene planteando el partido Socialista como una fórmula para resolver el problema territorial, desde el Federalismo, no podrá llevarse a cabo en un clima de inseguridad sobre la fórmula política del Estado, que, en su artículo 1 establece que es la Monarquía parlamentaria. Abierto el debate sobre cualquier modificación sustancial de nuestra Carta Magna no parece creíble que pudiera soslayarse el cuestionamiento de la Monarquía, sobre todo si el clima social y el desapego hacia esa Institución no reviertan con rapidez. Desde la absoluta convicción de que es imposible que esa preocupación no la sientan ya quienes ocupan hoy los puestos de máxima responsabilidad política, parece no ya oportuno, sino imprescindible, una comunicación fluida  y, si se quiere, pedagógica, con los ciudadanos. El pueblo español ha demostrado sobradamente que no es menor de edad y ha acreditado su madurez en momentos muy difíciles. Pero no parece dispuesto a aceptar que, sólo retóricamente, es el depositario de la soberanía nacional.

“Con lealtad al Rey…”