viernes. 29.03.2024

Las secuelas de la crisis

NUEVATRIBUNA.ES - 8.1.2010Ahora cuando la recesión económica mundial, con sus más y sus menos toca a su fin, según todos los datos que vamos conociendo de los países más importantes, conviene volver la vista atrás y analizar detenidamente la situación.Sí, también en nuestro país la situación es así, por mucho que los agoreros del desastre y algunos economistas de pacotilla digan lo contrario.
NUEVATRIBUNA.ES - 8.1.2010

Ahora cuando la recesión económica mundial, con sus más y sus menos toca a su fin, según todos los datos que vamos conociendo de los países más importantes, conviene volver la vista atrás y analizar detenidamente la situación.

Sí, también en nuestro país la situación es así, por mucho que los agoreros del desastre y algunos economistas de pacotilla digan lo contrario. En los próximos trimestres se van a confirmar crecimientos positivos del Producto Interior Bruto (PIB) en relación con el trimestre anterior, Marzo sobre Diciembre y Junio sobre Marzo, pero esto no basta.

La tremenda recesión mundial que hemos sufrido, deja lecciones que los organismos internacionales de control y regulación harían bien en estudiar en profundidad para no permitir que puedan repetirse en el futuro. La esencial desde luego, a la vista de los acontecimientos, es reforzar los órganos de control y fiscalización de modo que sirvan para garantizar el correcto funcionamiento de los sistemas financieros a nivel global.

Algo se ha proyectado al respecto con el aumento de atribuciones, dotaciones y medios para el Fondo Monetario Internacional (FMI). Pero falta comprobar su eficacia y su utilidad en la prevención del fraude y en la detección de posibles burbujas financieras, como la causante de la última recesión global.

Hoy en cualquier caso, se ve como algo incuestionable, la necesaria regulación del mercado. Hoy, definitivamente, se ha quebrado la falacia de que menos regulación era sinónimo de más democracia.

En el caso del análisis de las secuelas que nos deja esta brutal recesión, hay igualmente una dramática para las personas que les toca sufrirla, el paro.

Las tasas de desempleados que deja tras de sí la recesión, es la secuela más grave y la que más tiempo va a llevarnos para su recuperación. Van a ser necesarias medidas extraordinarias tanto para incentivar su recuperación como para tratar de paliar sus efectos.

Basta con mirar atrás (y eso que fueron crisis de menor magnitud) a lo que fue y supuso, por ejemplo, la crisis energética de 1973, para ver que fue necesaria toda una década para recuperar el empleo. De aquellos años surgieron las ideas del reparto del trabajo. Aquello de trabajar menos horas todos para trabajar más personas… La reivindicación social de la reducción de jornada sin pérdida de salario, idea que entonces y hoy, solo es viable (a partir de un punto) si está basada en incrementos de productividad. Puesto que las empresas tampoco son “islas” y las decisiones que se adoptan tienen rápida repercusión en la competitividad de la misma en el sector y en la pervivencia de la propia empresa.

Hoy es más necesaria que nunca una gran formación, tanto por parte del empresariado como de los trabajadores. Hoy, deberían poder ponerse sobre la mesa del diálogo social, asuntos como el capital y las tasas financieras de la empresa, la mejor utilización de los recursos (incluidos los humanos) o el tema de los beneficios y los salarios…Algunos me dirán que esto es cogestión…

Y ya para terminar, quiero recordar que cuando algunos hablábamos de que en España teníamos un grave problema en la economía a pesar de las fuertes tasas de crecimiento, nos referíamos a esto precisamente, a los pies de barro de nuestro gran desarrollo. A que teníamos una alta tasa de crecimiento basada en la construcción, en el turismo y en sectores industriales de alto consumo energético. Con mucho empleo de escasa cualificación y con tasas de eventualidad en el entorno del 30%.

Esto es lo que una vez más, y espero que en esta ocasión vaya en serio, debiera corregir nuestra economía aunque sea con bastantes años de retraso.

No es de recibo que la generación más preparada de la historia de nuestro país tenga que estar siendo ocupada (cuando lo es) en trabajos de nula capacitación. Ese es “un lujo” que España no se puede permitir.

Martín Landa - Sindicalista.

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