jueves. 28.03.2024

Las prioridades reales de CiU

Es evidente que CiU ha sufrido un proceso de reconversión. La actual Convergencia no tiene nada que ver con la del tiempo de Jordi Pujol, con posiciones social-cristianas que le permitían hacer un discurso y aún más, una práctica política interclasista.

Es evidente que CiU ha sufrido un proceso de reconversión. La actual Convergencia no tiene nada que ver con la del tiempo de Jordi Pujol, con posiciones social-cristianas que le permitían hacer un discurso y aún más, una práctica política interclasista. Es evidente que ese planteamiento político tenía mucho que ver con la realidad social y política de los años 70 en Cataluña donde la hegemonía política del pensamiento estaba en manos de la izquierda bajo el liderazgo del PSUC.

Con el paso del tiempo y la toma del poder en Convergencia de la nueva generación de los Mas, Homs, etc., Todos aquellos planteamiento han dejado paso a una ideología claramente neo-liberal propia de una derecha pura y dura. Eso sí, siempre escondida bajo un lenguaje nacionalista, cada vez más radical, cuanto más radical es su escoramiento hacia la derecha.

Hoy Convergencia y por supuesto Unión, ésta una formación democristiana de derechas de toda la vida, defienden los intereses de los poderosos en Cataluña. Y esto desde el poder económico de La Caixa hasta el poder mediático del Grupo Godó, pasando evidentemente por las 400 familias que mandan en Cataluña, como se hizo evidente con el caso "Palacio".

El mensaje de Convergencia que todo lo esconde bajo la bandera, que hace del victimismo su principal arma, que siempre apela al enemigo externo es hoy hegemónico en el país. Que nadie se engañe lo que capitaliza la mayor parte del voto independentista es CiU, aunque sabemos perfectamente que su hegemonía se basa precisamente en un objetivo inalcanzable hoy por hoy.

CiU mantiene su hegemonía ideológica gracias en gran parte al aparato mediático, de una gran parte de los principales medios de comunicación, empezando por los propios medios públicos, TV3 y Catalunya Ràdio, que están siempre a punto para poner el conflicto territorial por encima del conflicto social. Hay que añadir el Grupo Godó, que pese a ser la cosa más opuesta al nacionalismo es un aparato de propaganda continua al servicio de CiU y contra todo aquello que pueda oler a izquierda o progresismo.

A todo esto hay que añadir el papel subalterno de la mayoría de las otras fuerzas políticas. ERC, después del breve período de Carod-Rovira, el único momento en que la formación trató de hacer de alternativa dentro del nacionalismo con una posición de izquierda, parece volver a la posición de subordinación y suministrador de votos a Convergencia de los tiempos del Heribert Barrera. El PSC está afectado por un complejo que le impide tener un discurso coherente de oposición. El PP es el perfecto complemento de CiU, los dos se acusan en público de representar nacionalismos diferentes, un españolista sin complejos, el otro casi independentista, y después se dan la mano constantemente debajo de la mesa, para que sus prioridades son comunes: defender los intereses de los poderosos.

Y es así que hemos visto numerosas incoherencias en poco tiempo. El PP es quien salva los presupuestos a CiU, los presupuestos de los recortes. CiU parece olvidar, no lo recuerda nunca, que el PP, hace muy poco tiempo, hizo una fuerte campaña anticatalana que culminó con la impugnación de la principal Ley de Cataluña, el Estatuto. El PP está en el origen del recorte del Estatut aprobado por el pueblo de Cataluña. Parece que por CiU todo ha caído en el olvido de los justos. El PP apoya a CiU para eliminar el Importe de Sucesiones a los más ricos, eliminación que se da al mismo tiempo que los recortes de los servicios básicos de sanidad, educación, etc.

CiU corresponde al PP dándole poder en Cataluña, lo que hasta ahora nunca había tenido: alcaldías importantes como las de Badalona y Castelldefels. Le da la vicepresidencia de la Diputación de Barcelona. Y lo que es más significativo, a un enemigo de la primacía del catalán le da el área de Cultura de la Diputación.

Últimamente hemos visto mucha gestualidad de CiU y de Artur Mas por la sentencia en contra de la inmersión lingüística en las escuelas, con toques de atención al PP. Gestualidad y toques de atención puramente virtuales. Al mismo tiempo que se firma un pacto de gobierno entre los dos partidos en Castelldefels, o Badalona, CiU dice que su amenaza contra el alcalde del PP sólo se hará en caso de que tenga una actitud "activa" contra la inmersión lingüística en las escuelas (?).

En fin, CiU en el tema nacional y en relación al PP hace "fuegos de virutas". El adversario de los dos es la izquierda, hoy muy debilitada y casi exclusivamente representada en el Parlamento por ICV-EUiA.

El dirigente de ICV, Joan Herrera lo ejemplificó de forma muy clara al decir que a la escuela catalana se le ataca con la sentencia contra la inmersión y también se le ataca con los recortes del gobierno de CiU en la escuela pública .

Y es que hay que decir algo de lo que poca gente todavía se acuerda, la inmersión lingüística en las escuelas fue una propuesta de la izquierda y más en concreto del PSUC, para evitar la diferenciación de la sociedad y para reforzar la unidad del pueblo de Cataluña. En aquel tiempo Convergencia era partidaria de dos redes. Pero la hegemonía en aquellos tiempos del catalanismo popular logró un avance y la consolidación de un modelo de éxito educativo y social.

Para hacer frente a este nacionalismo de derechas al servicio de los poderosos hay que revitalizar como plantea Joan Coscubiela, candidato a encabezar la candidatura de ICV-EUiA, la lucha por el catalanismo popular que será la alternativa social y nacional en la hegemonía de la derecha.

Y sin duda la actuación del gobierno de CiU puede ayudar a que salga esta alternativa. Los recortes están produciendo un primer efecto, aunque embrionario, que puede debilitar el nacionalismo conservador. El cierre de servicios a Centros de Atención Primaria en varias poblaciones está llevando a que se movilicen mayores, los que más usan estos servicios, muchos de ellos votantes de CiU, que por primera vez ven, en propia piel, la utilización que CiU hace de sus votos.

Cambiar la situación llevará tiempo, pero es evidente que sólo profundizando en las ideas propias del catalanismo popular se podrá estructurar la oposición a esta derecha que se disfraza envuelta en la bandera.

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