viernes. 29.03.2024

Las medidas del PP: congelaciones sociales

Algunas de las medidas del nuevo Gobierno del PP vuelven a incurrir en los mismos errores de las impulsadas por el Gobierno Zapatero. Combatir el déficit como prioridad política, a costa de recortar gasto y, especialmente, el que tiene más impacto sobre las rentas más bajas, es un error de bulto. Así ocurre con el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) que se estanca en 641,40 euros al mes.

Algunas de las medidas del nuevo Gobierno del PP vuelven a incurrir en los mismos errores de las impulsadas por el Gobierno Zapatero. Combatir el déficit como prioridad política, a costa de recortar gasto y, especialmente, el que tiene más impacto sobre las rentas más bajas, es un error de bulto.

Así ocurre con el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) que se estanca en 641,40 euros al mes. Es cierto que este Salario Mínimo afecta a muy poca gente, en torno al 1,34 por ciento de los asalariados a tiempo completo, o a las empleadas del hogar.

Precisamente por eso, no se entiende que la competitividad de nuestra economía se resienta dignificando la cuantía del SMI. Muy al contrario hubiera supuesto una buena señal de solidaridad con los que obtienen menos rentas por su trabajo.

Además el Salario Mínimo es utilizado como referencia para fijar el IPREM (Indicador Público de Renta), que sirve para establecer la cuantía de prestaciones y ayudas no contributivas, como las Rentas Mínimas o Salarios Sociales en muchas Comunidades Autónomas. Congelando el SMI se congelan también estas ayudas que suponen la última red de protección frente a la pobreza.

En cuanto a la Renta de Emancipación de los jóvenes, no se concederán más ayudas de este tipo. Se vuelve a incentivar la compra de vivienda, pero se suprimen ayudas como ésta para ayudar a pagar el alquiler a jóvenes que se independizan. Y esto en un país en el que los jóvenes se emancipan como media a los 30 años, frente a una Europa en la que los jóvenes se independizan a los 21.

Se congela también la incorporación de dependientes moderados al sistema de atención a la dependencia produciendo ahorro de gasto a costa de quien más lo necesita.

El permiso de paternidad de 4 semanas seguirá sin aplicarse, como ya ocurrió en 2011, con lo cual nuestro diferencial con Europa en esta materia sigue intacto.

Por último, en un gesto más propagandístico que real, se reducen las subvenciones a partidos, sindicatos y organizaciones empresariales. Conviene recordar que estas cuantías no son un regalo de los gobiernos, sino la compensación por participar en órganos consultivos y de participación como el Instituto Nacional de la Seguridad Social, el Consejo Económico y Social y otros.

No estaría mal que en justa correspondencia se limitaran también las dietas por asistencia a Consejos de Administración y sueldos de altos ejecutivos, teniendo en cuenta que toda la riqueza del país, pública o privada, debe tener una función social a la que debe someterse en todo caso. Así lo establece nuestra Constitución y es algo más exigible aún en tiempos de crisis.

Rajoy ha querido iniciar su andadura con un poquito de publicidad y un mucho de medidas que exigen más sacrificios a los más golpeados por la crisis. Mal empezamos.

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