viernes. 29.03.2024

Las máscaras de Mariano

El indicador más confiable para predecir quién ganará las elecciones en Estados Unidos es la venta de máscaras de los candidatos durante la festividad de Halloween. “Hasta el momento está bastante parejo.

El indicador más confiable para predecir quién ganará las elecciones en Estados Unidos es la venta de máscaras de los candidatos durante la festividad de Halloween. “Hasta el momento está bastante parejo. Eso quiere decir que serán unas elecciones muy reñidas”, comentaba ayer la enviada especial de una emisora de radio argentina desde una de las tiendas dedicadas al comercio de máscaras y disfraces para el Day of the Dead, celebración que consiguió extenderse como una epidemia y que en la actualidad contagia por igual a niños y adultos de diversos países del mundo.

Observando detenidamente los rostros de Montoro, Wert, Luis de Guindos, Soraya Sáenz de Santamaría o del mismísimo Mariano Rajoy –particularmente en los momentos en que anuncian nuevos retrocesos en los derechos de los trabajadores, recortes en sanidad y educación, subida de impuestos, etc,– bien podría uno pensar que la idea de las máscaras de celebridades de la política para conmemorar El Día de los Muertos, es un negocio aún no explotado en España; aunque de ahí a que la venta de caretas de uno u otro indique quién será el próximo presidente, hay un trecho que sólo los norteamericanos recorren. “Mamá, cómprame la máscara de Montoro”, dirían los niños que quisieran asegurarse un rotundo éxito en el arte del susto. Y ocultos tras ese rostro de pega sacudirían al vecindario dándoles a elegir entre truco o trato. 

Originalmente el Truco o Trato (Trick or treat) era una leyenda popular de origen céltico según la cual no sólo los espíritus de los difuntos eran libres de vagar por la Tierra la noche de Halloween, sino toda clase de entes procedentes de los reinos espirituales. Entre ellos había uno terriblemente malévolo que deambulaba por pueblos y aldeas, yendo de casa en casa, precisamente para dar a elegir entre "truco o trato". La leyenda asegura que lo mejor era hacer trato sin importar el costo que éste tuviera, pues de no pactar, el espíritu usaría sus poderes para hacer "truco", una serie de maldades que consistían en maldecir la casa y a sus habitantes, arrastrándolos a toda clase de infortunios como por ejemplo enfermar a la familia, matar al ganado con pestes o dejarlos sin vivienda.

Algún adepto a las leyendas que desde fuera observase la realidad española, podría creer que los ciudadanos hemos rechazado el “trato”, y que esta cotidianidad brutal de desahucios, parados, enfermos sin atención, pobres y paupérrimos, es la consecuencia del “truco” que se nos ha impuesto por no haber sabido comprender que, como bien pensó Francisco de Quevedo, nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir.

Yves Roucaute y Denis Jeambar, autores de “El Elogio de la Traición”, demostraron, mediante un exhaustivo análisis, que la traición es absolutamente intrínseca a la política. “Sin mentiras y traición no hay política. El candidato sabe que no puede decir lo que realmente piensa, porque si lo hace perderá votos. De modo que mentir forma parte de la campaña. Y la traición se materializa luego, cuando el candidato ya logró su objetivo”. Los autores de esta obra explican los juegos de la negación y de las rectificaciones de pronósticos como mecanismos “normales” de la política. “Subir el IVA es la medida que toman los malos gobernantes”, dijo Rajoy poco tiempo antes de demostrar -ya como presidente- que en eso sí llevaba razón. “Mamá, cómprame la máscara de Rajoy”, dirá algún niño a esta altura del artículo, pensando quizás en la sorpresa que se llevará su abuela, pensionista, cuando compruebe el truco. Porque “No tocaré las pensiones” fue otro de los grandes tratos del presidente. Sin embargo la hoja de ruta diseñada por la troica indica que más temprano que tarde el gobierno tendrá que pasar a la acción; es decir, traicionar a los jubilados que creyeron en esa promesa del líder del PP durante su campaña electoral. “La prestación media de retiro ha pasado de 591 euros en 2002 a 923 en 2011; un alza de un 60%”, comentó el pasado viernes la Ministra de Empleo, Fátima Báñez, como dando a entender que los pensionistas están cobrando más de lo que deberían cobrar. ¿Habrá máscaras de Fátima Báñez”?

En definitiva todo indica que habrá pactos, trucos y tratos. Desde Alemania aplaudirán la obediencia. Y usted y yo seguiremos conociendo nuestro destino a través del Financial Times. “Lo que no llevo en mi programa no lo hago”, dijo Rajoy en un arrebato de genialidad digno de un humorista consagrado.  “Pues yo no te voté. Lo siento mucho, volverá a ocurrir”, dijo mi vecino Antonio en una estéril aunque ocurrente respuesta a la afirmación del presidente.

En fin. Ya es 31 de octubre. Y mientras unos niños se enmascaran para celebrar su noche de Halloween, otros ni para calabazas tienen. Habrá que ir pensando con qué trucos contrarrestar tanto mal trato. 

Las máscaras de Mariano
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