viernes. 29.03.2024

Las facturas sombra: ¿Una solución o un problema?

NUEVATRIBUNA.ES - 12.4.2010...La primera es que se asume que existe una utilización excesiva e inapropiada de los servicios sanitarios por parte de los ciudadanos, y ello se hace a partir de la comparación del número de visitas/año de nuestro país en comparación con otros de la OCDE.
NUEVATRIBUNA.ES - 12.4.2010

...La primera es que se asume que existe una utilización excesiva e inapropiada de los servicios sanitarios por parte de los ciudadanos, y ello se hace a partir de la comparación del número de visitas/año de nuestro país en comparación con otros de la OCDE. El dato no tiene una única explicación: existe una constatación de que en España el peso de las actividades burocráticas en las consultas es elevado (certificados, bajas laborales, recetas, etc) y se han puesto en marcha medidas en la mayoría de las CCAA para disminuirlas; por otro lado, una parte de la presión asistencial, especialmente en urgencias, está relacionada con unas listas de espera excesivas (en las intervenciones quirúrgicas, consultas de los especialistas, pruebas diagnósticas e incluso en la Atención primaria) lo que favorece el intento de búsqueda de vías alternativas. La inexistencia de copagos en las consultas en nuestro país, lo que no sucede en la mayoría de los países con los que se nos compara, favorece una mayor accesibilidad del sistema sanitario y es más que probable que la menor utilización esté encubriendo problemas de acceso por motivos económicos. Se precisaría de un estudio más detallado para saber si lo que se produce es un uso inapropiado de los recursos o si simplemente lo que se refleja es la fácil accesibilidad de nuestro sistema sanitario y el problema en realidad lo tienen los países donde su utilización es mucho menor.

Otra cuestión es que se conoce que más del 70% de la demanda de los servicios sanitarios es autoinducida por estos, es decir son los profesionales de la salud o el propio servicio sanitario (por ej en las vacunaciones o los controles sistemáticos como mamografías, citologías,…) los que deciden las consultas, las pruebas diagnósticas, los ingresos, etc. En este contexto, no se entiende muy bien qué influencia va a tener sobre la demanda sanitaria el que los ciudadanos conozcan en detalle el coste de la asistencia concreta que reciben, o en todo caso esta influencia será marginal.

La tercera reflexión tiene que ver con los costes que supone la puesta en marcha de un sistema generalizado de facturas sombra, que son bastante altos, sobre todo si se piensa hacer de una manera pormenorizada. Así entra dentro de lo muy probable que los costes generados sean incluso mayores que los potenciales beneficios a obtener. Este último asunto también deben sospecharlo los integrantes del Consejo Interterritorial del SNS porque en su acuerdo señalan como una opción para dar visibilidad a los costes de la atención sanitaria “la utilización de tablas estándar”, lo que desde luego es un poco chapucero pero obvia que nos gastemos el dinero en una medida de eficacia más que dudosa.

No obstante conviene poner en cuestión la idea de que se utilizan más aquellos recursos o servicios por los que no se paga en el momento del uso (lo que contrasta con la evidencia empírica), y proviene de una generalización de la ideología del fundamentalismo neoliberal que encubre otros intereses como son la generalización de los copagos.

Marciano Sánchez Bayle - Médico , portavoz de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública y presidente de la International Association of Health Policy.

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