jueves. 28.03.2024

La respuesta socialista...

Bajo ese nombre se celebró el pasado fin de semana el Congreso Federal del PSOE en Sevilla. Congreso donde tuve el honor de participar activamente como delegado elegido en el número 16 de la candidatura encabezada por Tomás Gómez en Madrid.

Bajo ese nombre se celebró el pasado fin de semana el Congreso Federal del PSOE en Sevilla. Congreso donde tuve el honor de participar activamente como delegado elegido en el número 16 de la candidatura encabezada por Tomás Gómez en Madrid. Y con ese nombre, "Respuesta socialista", uno, es verdad que a veces con un punto de iluso pero también de ilusión, pensaba que iba a vivir momentos históricos, donde desde la izquierda se iba a dar respuesta no sólo a los grandes problemas de nuestra sociedad sino a esos millones de personas que están reclamando una salida diferente de la que los mercados y los poderes políticos (mucha importancia el llamar poder a quienes voluntaria y sumisamente se someten a los dictados de no se sabe quien…), nos están imponiendo.

Pues no, no hubo momento histórico, no ya porque perdiera la candidata a la que yo apoyaba, que eso es la democracia…, sino porque no se aprobaron o lo hicieron de forma ambigua algunas de las cosas que yo y creo que otras muchas personas progresistas y de izquierdas, considerábamos necesarias para dar un giro radical a la forma de hacer política y a la percepción, por tanto, de la gente acerca de nuestras políticas.

La que más me sangró fue el rechazo a la elección directa del Secretario General por parte de toda la militancia. Parece que se sigue prefiriendo el que el máximo responsable del Partido sea elegido por 1000 personas, a las que es evidente que es más fácil convencer, de la forma en que se intentó convencer (nos) en Sevilla, que por cientos de miles en voto libre y secreto. Y habrá que esperar a la anunciada Convención del próximo verano donde veremos hasta donde se llega con las primarias a la francesa y si se hacen con “un huevo o con dos” como la tortilla. Claro que de las enmiendas que defendíamos de un cargo un sueldo y de invertir los procesos internos de abajo a arriba etc., nada de nada. No tocaba. ¿Para qué vamos a arriesgar si todo va bien no?

Pues lo dicho. Que la experiencia de Sevilla genial, en cuanto a convivencia y al entusiasmo que le pusimos. Lamentablemente no salió todo como queríamos que saliera y me dio mucha pena que algunos compañeros de delegación votaran en contra de las enmiendas de más democracia interna que salieron de Madrid. Debe ser que la democracia interna sólo se exige para cuando uno pierde, porque cuando se gana ya se aplica “la integración”.

Hablando de Madrid, ahora toca Congreso Regional donde a nadie se le escapa que defenderé las posiciones de Tomás Gómez, porque soy consecuente y porque creo que es la mejor de las opciones para ganar esta comunidad a la derecha más ultraliberal e integrista de nuestro país. Congreso que se presume intenso, dada la exagerada reacción de alegría de algunos compañeros de Madrid ante la victoria de Rubalcaba, que más que una victoria política interna por escasos votos de delegados parecía la celebración de la grada en el fondo sur del Bernabeu cuando mete un gol Cristiano Ronaldo, al grito de ¡a por ellos!, aunque también pudimos vislumbrar una aire de gesta imperial en plan Magallanes (que era sevillano) cuando se pronuncia un ¡quemamos las naves!… Hay reacciones que me hacen pensar en voz alta, eso de “que malo es el hambre (de poder)”.

Pero bueno ojalá terminemos rápido, dejemos de mirarnos el ombligo y volvamos a mirar a la ciudadanía, a sus reclamaciones y a sus necesidades. De eso pensaba yo que iba ir la respuesta socialista en Sevilla. Y en esa línea voy a seguir trabajando en Sevilla, en Madrid y por supuesto en Manzanares El Real.

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