jueves. 25.04.2024

La mala educación: el PP y otras hierbas

nuevatribuna.es | 19.01.2011¿Quién dijo que hace falta ingerir sustancias químicas para vivir estados de alucinación? Sólo hay que darse una vueltecita pequeña, y no profunda (el consumo en exceso, puede resultar letal para las mentes más vulnerables) por los medios de comunicación de este nuestro país.

nuevatribuna.es | 19.01.2011

¿Quién dijo que hace falta ingerir sustancias químicas para vivir estados de alucinación? Sólo hay que darse una vueltecita pequeña, y no profunda (el consumo en exceso, puede resultar letal para las mentes más vulnerables) por los medios de comunicación de este nuestro país.

De hecho, hay momentos en los que miro a mi alrededor por si una cámara me estuviera grabando cual broma de esas en las que prueba la capacidad y paciencia de la pobre víctima.

Hacía tiempo que no se veía una condena tan tajante y unánime –como no podía ser de otra forma-ante la agresión a un cargo público. Al Consejero de Cultura del Gobierno de Murcia le agredieron dejándole herido. Lo importante no es que sea sobrino del Presidente Valcárcel, lo importante es que actos de esta índole son inadmisibles en un Estado de Derecho.

Ahora bien, es igual de inadmisible el juego falaz y peligroso al que juega el PP que tiene a bien presuponer macarras de la moral y de lo físico a quienes no piensen como ellos. O mejor, a quienes piensen.

Se ha convertido en la carrera por conseguir el premio de la antología del disparate. Así, a lo grande.

No importan los daños colaterales ni nada que no sea el conseguir votos aunque el procedimiento sea lo más repugnante.

A Camps le parece que mofarse de los periodistas le da votos, Barberá se jacta de haber dado millones de la FEMP a la Gürtel porque todavía no le queda muy claro lo que es el dinero público, Rajoy despierta de su sueño acusando aquí y allá pero sin saber a dónde mirar, como esperando que la luz del día no le apunte directamente a los ojos.

El caso es que horas después de la agresión al consejero murciano, varias sedes del PSOE han sido atacadas en varias localidades, Bono lo sufrió en sus carnes, la ex –ministra Narbona…Pero no es lo mismo. Eso no es condenable. De locos. O de idiotas.

Los medios de la caverna (está a punto de convertirse en tupper ware de los herméticos que se están volviendo) encantados de la vida de poder acusar al Rey del 23-F, al PSOE de hacer dianas (no sabemos muy bien si en el culo o en la cara, está por determinar) a los jueces de no saber que su obligación es sólo condenar a los socialistas y al gobierno en pleno de negociar con terroristas (no nos ha quedado claro si con la Banda de los Trapos de Polvo o con la de los Mochos Cabreados).

Es como un programa de variedades, pero en malo: a elegir, Mayor Oreja con su sempiterna negociación inexistente que sólo se cree él, su sombra y la Caverna. Camps con esa actitud y ese humor estercolero que le lleva a considerarse por encima del bien y del mal acompañado de su grupo de macarrillas necesarios para la correcta elaboración del trabajo sucio.

Aguirre, con ese aire de Marquesado de Tunosabesquiensoyo, acostumbrada al abuso y manipulación como sólo los nostálgicos de nefastas épocas pasadas gustan de retrotraer a su vida. No importa el qué y cómo, solo importa quién.

No importa insultar, mentir, degradarse, inquinar, maniobrar, jurar en vano, cualquier cosa sirve si garantiza votos.

Empieza a convertirse en PP en un partido de república bananera acostumbrado a la compra de favores a cambio de billetes de Monopoly y de palabras vacías más huecas de intenciones efectivas. Todos apilados al albor del fax de las encuestas, con algarabía ante los supuestos buenos resultados y corrector y bolígrafo para enmendar los que no son del agrado.

Todo es falacia y mentira, pero todo vale en la inquina de la sucia victoria.

No importan poner a tu país a los pies de los caballos, no importa demostrar deslealtad hasta los límites de la desvergüenza total de agradar a las hordas de fans ansiosas por escuchar barbaridades de mayor calibre, hastiadas de la vaciedad de sus propias vidas y que no dudan en encomendárselas al diablo si hiciera falta para conseguir nuevas emociones ultraconservadoras.

Y en este estado de cosas, y para equilibrar la balanza, sólo queda demostrar que el progreso es capaz de mover la maquinaria del sentido común y la vuelta a los ideales de izquierdas moverá al país a los estados de bienestar de los que nunca debimos salir por una crisis que éstos que tanto critican nos metieron hasta el cuezo con ese afán bárbaro del enriquecimiento a costa de lo que fuera.

Los demócratas de verdad somos los encargados de demostrar que todo no vale, que esa técnica nos llevó a la muerte y a la penuria los años atroces de nuestra historia a lo largo de una dictadura y una cosa es cometer errores y otra muy distinta osar tirarse al vacío sin paracaídas.

Y al fonde del barranco, sólo espera el PP.

Leire Díez Castro | Presidenta de Red Laica para la Igualdad y la Diversidad

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