viernes. 19.04.2024

La luz en la oscuridad

En menos de una semana sale a la venta en los países anglosajones “Man in the dark”, la última novela del escritor estadounidense Paul Auster. Pocos días después, el 2 de septiembre, Anagrama ofrecerá a los lectores españoles la primera edición de la traducción al castellano.
En menos de una semana sale a la venta en los países anglosajones “Man in the dark”, la última novela del escritor estadounidense Paul Auster. Pocos días después, el 2 de septiembre, Anagrama ofrecerá a los lectores españoles la primera edición de la traducción al castellano. No suele ser habitual tanta rapidez a la hora de sacar la versión en nuestra lengua, pero Paul Auster no es un escritor habitual, ni para el que al parecer se hayan hecho las reglas. Y es un motivo de enhorabuena para todos.

Desde que comenzara a escribir a los 12 años, la evolución de Auster como autor ha sido constante. No le ha bastado con encontrar un estilo, un tempo, un tema. En cada obra iniciada ha intentado ir más allá, traspasar nuevas fronteras y explorar sendas que parecía haber ido dejando por el camino. Y tampoco le ha bastado con la literatura. Cuando en 1967 viajó a París para impedir ser reclutado para la Guerra de Vietnam, quiso ingresar en el Institut des Hautes Études Cinématographiques (Instituto de Altos Estudios de Cinematografía), pero fracasó. El cine fe entonces una aventura dejada de lado hasta que se decide a adaptar junto a Wayne Wang su relato”El cuento de Navidad de Augie Wren”. “Smoke” y “Brooklyn Boogie” fueron sus siguientestrabajos de adaptación, estrenados en 1995, hasta que en 1997 se lanzó a la dirección con “Lulu on the bridge”, no muy bien recibida. “La vida interior de Martin Frost” ha sido su última incursión en el séptimo arte como director.

Pero el escaso reconocimiento que recibe en esta vertiente artística se ve ampliamente compensado con el que recibe como hombre de letras y novelista sorprendente. Es el escritor del azar, de las historias entretejidas, el que de las coincidencias absurdas de la vida es capaz de construir un armazón sólido que salta de un protagonista a otro, de una historia a otra, sin interrupción. Dejando de alguna forma todas a medias y, a la vez, redondeándolas, recogiendo los cabos sueltos para ofrecer una imagen bella y compacta. Es el escritor del caos que inunda nuestras vidas cada mañana, de la tristeza de pasar por la vida y la alegría de crear magia con nuestras manos y nuestras palabras, convirtiendo una historia en principio corriente incluso en su tragedia (un hombre condenado a muerte por una enfermedad terminal) en un canto a la vida, a la excitación de la aventura, en un elogio a dejarnos llevar por el azar a dejar que las cosas fluyan sin imponer presas o cursos de acción inamovibles (“Brooklyn Follies”).

No hay control, solo la ilusión de manejar todos los hilos de nuestra vida. Y es esa ilusión la que nos hace continuamente infelices. No podemos determinar de antemano dónde acabaremos, aunque sí dónde queremos llegar. Y sólo dejar que ese recorrido se convierta en nuestro viaje a Ítaca es lo que nos ofrecerá una existencia sorprendente en la que el simple descubrimiento de un cuaderno puede poner toda nuestra existencia boca abajo.

Auster es el escritor también de la soledad, el egoísmo, la enfermedad, las experiencias traumáticas. Uno de los que mejor conoce al hombre de esta edad en la que vales lo que valga tu televisión, tu coche tus zapatos. Y por eso siempre merece la pena sumergirse en sus páginas, para que su habilidad como escritor nos recuerde que el día a día está lleno de sorpresas y juegos y aventuras y sonrisas y descubrimientos y poesía. Y de vida. Algo de lo que “Un hombre en la oscuridad” no está en absoluto exenta.

La luz en la oscuridad
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