viernes. 29.03.2024

La legislatura del “depende”

El debate de investidura y las primeras declaraciones del nuevo Presidente del Gobierno no han contribuido a aclarar los planes concretos con los que Rajoy pretende afrontar los graves problemas que aquejan a la economía y la sociedad española. Ha alumbrado poco sobre sus intenciones, y lo poco que ha alumbrado induce a la preocupación.

El debate de investidura y las primeras declaraciones del nuevo Presidente del Gobierno no han contribuido a aclarar los planes concretos con los que Rajoy pretende afrontar los graves problemas que aquejan a la economía y la sociedad española. Ha alumbrado poco sobre sus intenciones, y lo poco que ha alumbrado induce a la preocupación.

Su primera prioridad será cumplir la Constitución, la ley de estabilidad presupuestaria y los compromisos europeos en relación al déficit público y los límites de deuda. Hasta aquí no hay novedad, porque lo que todos estábamos esperando es que nos contara cómo piensa hacerlo, y si piensa compatibilizar el ajuste fiscal con alguna estrategia orientada al crecimiento. ¿Su respuesta? Depende…

Tampoco extraña que mantenga su receta de rebajas fiscales a los sectores económicos y sociales más pudientes, desde empresarios a grandes propietarios, pero no quiso responder a la pregunta sobre una eventual subida de impuestos indirectos, como el IVA. ¿Subirá el IVA? Depende…

La única forma de cuadrar estas cuentas, con menos déficit y menos impuestos, consiste en aplicar fuertes recortes a la inversión y el gasto público. Serán 16.000 millones para llegar al límite de déficit, y otros 10.000 millones a compensar por las rebajas impositivas. ¿Dónde y cómo recortará? ¿Seguirá la senda catalana del copago sanitario y los tijeretazos sociales? Depende…

Adelantó muy poco también sobre las famosas “reformas pendientes”, especialmente en materia de regulación laboral. No le gusta la dualidad de contratos, pero no admite ni tan siquiera estar estudiando la propuesta de la CEOE para el contrato único de despido fácil y los “minijobs”. ¿Qué idea tiene para el caso, más que probable, de que no haya acuerdo entre los interlocutores sociales? Depende…

Quiere un año más de bachillerato, después de insistir durante la campaña en que lo último que necesita nuestro sistema educativo es una nueva reforma. Pero no sabemos nada del alcance de esta reforma, ¿se incorporarán los estudiantes un año más tarde a la universidad o se reducirá el periodo de la enseñanza secundaria? ¿No hay riesgo de segregación social si adelantamos un año la diferenciación entre “buenos” y “malos” estudiantes? Depende…

Y así con la reforma anunciada sobre la administración pública, o sobre la Justicia. Las palabras más repetidas por Rajoy en el debate fueron “sentido común”, “inteligencia”, “lo que hay que hacer”…. Y “depende”, claro.

La réplica del Partido Socialista a cargo de Rubalcaba fue solvente y efectiva, evidenciando las ocultaciones y las contradicciones del candidato, ofreciendo acuerdos razonables en aras del interés general, y marcando las líneas rojas para la confrontación, en las materias de derechos sociales y libertades civiles, sobre todo.

El resto del panorama opositor resultó bastante más confuso y frustrante. El nacionalismo catalán se empeña en el discurso cansino del egoísmo fiscal. La otra izquierda apareció como una sopa de letras ininteligible, lanzando admoniciones propias de quienes jamás aspiraron a gobernar nada serio. El partido de Rosa Díez solo habla de lo “suyo”, de sus escaños “robados” y de lo que le dicta su periódico de referencia. El PNV sigue atrapado en la lucha cainita contra el otro nacionalismo vasco que le roba la clientela. Y los de Amaiur parecen de otro mundo: se presentan ante los representantes de la sociedad española reclamando un pago político a cambio de la generosa decisión de ¡no matarnos!

Esto no pinta bien. Y un Presidente del Gobierno no puede vivir mucho tiempo de repartir “dependes”.

La legislatura del “depende”
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