domingo. 13.10.2024

La izquierda en 2009: un cadáver recorre Europa…

NUEVATRIBUNA.ES - 8.6.2009Los resultados de las elecciones comunitarias han dejado un mensaje claro y tenebroso, más allá de lo sucedido en el ámbito español. Se puede decir que aquí ha ocurrido todo como se esperaba: el PSOE daba los comicios por perdidos y ha jugado a contar los días, encontrándose, al final, con un resultado peor de los previsto.
NUEVATRIBUNA.ES - 8.6.2009

Los resultados de las elecciones comunitarias han dejado un mensaje claro y tenebroso, más allá de lo sucedido en el ámbito español. Se puede decir que aquí ha ocurrido todo como se esperaba: el PSOE daba los comicios por perdidos y ha jugado a contar los días, encontrándose, al final, con un resultado peor de los previsto. Pero el panorama europeo registra movimientos mucho más preocupantes aún, en medio de una coyuntura tan complicada como la que estamos viviendo.

Lo de España deviene en una mera anécdota si seguimos la evolución de los partidos socialistas de unos cuantos países del continente. Con alguna excepción, sus resultados son catastróficos: la formación de Gordon Brown está a punto del colapso e incluso bajo peligro de desaparición en medio de una brutal caída; el socialismo francés, dividido para variar, pierde más fuelle aún con los conservadores de Sarkozy; el SPD socialdemócrata ve multiplicado su retraso con respecto a la derecha de Angela Merkel; los escándalos, la corrupción institucionalizada, más el fascismo creciente en Italia no han sido suficientes para arañar, siquiera, el apoyo mayoritario al partido gobernante de Silvio Berlusconi: el “Partido Demócrata” sigue haciendo el ridículo, etc.

Podríamos seguir diseccionando unos resultados sin ningún rasgo positivo a la vista: fracaso de los movimientos altermundistas, avance de los partidos racistas, xenófobos y de extrema derecha en la Eurocámara, auge de la eurofobia… Unos aspectos que deberíamos examinar en el entorno de un proceso, el europeo, no precisamente modélico en lo que a democracia se refiere: basta revisar su origen y primeros pasos para comprobar que la casa no se ha comenzado precisamente por los cimientos; más bien, de espaldas a los ciudadanos. Y de aquellos polvos, estos lodos.

Pero debería preocuparnos un aspecto más: si habíamos concluido con que la actual depresión era de derechas, es decir, provocada por un contubernio liberal-neocon-desregulador y fraudulento, la “solución”, es decir, una socialdemocracia organizada, aún no se la cree nadie. ¿Por qué son precisamente Sarkozy, Merkel, Berlusconi o incluso Mayor Oreja los que sacan pecho ante una crisis capitalista que amenazan con seguir alimentando?

Quizá debamos reconocer que la izquierda representa gran parte del problema. Los Schroeder, Clinton o incluso Felipe González cebaron en los noventa con políticas liberales lo que después se convertiría en este monstruo ingobernable. Se nos habló de que la socialdemocracia debía “actualizarse”, “renovarse” para el presente. Asemejarse, en definitiva, al pensamiento único que estaba provocando la enfermedad mundial y global que ahora sufrimos. La consecuencia es que criticar, ahora, la “codicia” de los ricos como causa del problema no supone un argumento suficiente como para obtener el apoyo ciudadano en medio de esta crisis.

¿Qué cabe esperar ahora? No se trata de un problema de siglas, sino de programa, de valores y de menos complejos. Las formaciones socialistas marchan con la cabeza agachada en el territorio europeo; ¿hasta cuándo prolongar esta deriva? ¿A qué esperan para pisar la calle y empezar a hacer política? ¿Cuánto tiempo más apoyará ZP a Barroso como Zar de la UE? La era del diseño y el maquillaje partidista parece concluida: la izquierda necesita buenas ideas, y las tiene. ¿Cuándo comienza la partida?

Andrés Villena es periodista e Investigador en Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Málaga (UMA).

villenaoliver@gmail.com

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