Esa convocatoria permite que todas y cada una de las personas asalariadas pueda quedarse en su casa, pueda ir a las manifestaciones que se convoquen, pueda pasear por su ciudad o por su pueblo, pueda formar parte de los piquetes informativos, pueda hacer de esa jornada de huelga una jornada de lucha por la dignidad, los derechos y puedan gritar a este gobierno, que no están, que no estamos, dispuestos a resignarnos, que no vamos a permitir que liquiden los derechos laborales y sociales… que estamos dispuestos a enfrentarnos a una política injusta y que sabemos que no es fácil, que nos enfrentamos a un gobierno sin complejos, apoyado por una parte mayoritaria de los medios de comunicación, y también por una parte de “sindicatos profesionales”.
Hay unas declaraciones muy recientes del máximo responsable de la Central Sindical Independiente de Funcionarios, el Sr. Miguel Barra, en las que advertía rotundo al gobierno, que “no le temblará el pulso” a la hora de tomar medidas de presión en toda España, si es que el gobierno se atreve a realizar recortes a los empleados públicos. Este mismo sindicato, ha confirmado que no apoya la huelga general de 29 de marzo.
Hay otras declaraciones del secretario general del Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, Patricio Martínez, denunciando el carácter ideológico de la próxima huelga. Hay unas declaraciones similares del Sindicato de Enfermería, e incluso por el sindicato que representa a los auxiliares de enfermería. No es necesario pasar por la universidad para saber que toda huelga tiene un carácter ideológico. ¡Faltaría más! Ideología es atacar derechos. Ideología es defender derechos.
Que esta huelga tienen un carácter ideológicos ¿y qué? No son ideológicas las decisiones del gobierno de limitar derechos, de despedir trabajadores, de deteriorar los servicios públicos.
Hay otras declaraciones, en este caso corresponden a los dos grandes sindicatos de clase, que afirman que las personas que trabajan en las administraciones públicas son las más afectadas por las medidas de ajuste y recorte, con reducción y congelación de salarios y de plantillas. También ha advertido, que hay 720.000 personas que trabajan como laborales en las administraciones publicas, cuyo puesto de trabajo puede ser suprimido simplemente si hay “una reducción de ingresos”, por estas razones -denuncian- que "es una gravísima irresponsabilidad la que algunos están cometiendo, dejando en la indefensión a este sector de la Administración pública".
Afortunadamente esta parte agresiva de la reforma, este ataque a los trabajadores públicos, este punto de vista, no es sólo el de Comisiones Obreras y de la Unión General de Trabajadores, es también el pensamiento de cientos de organizaciones sociales, sindicales y políticas, y de personalidades importantes del mundo de la universidad y la cultura, de personas que analizan y saben que la salida social de la crisis no va a venir de la mano de esta reforma. Que de la mano de esta reforma sólo vienen recortes de derechos laborales y sociales.
Pero la palabra la tienen, también, los médicos, las enfermeras, los funcionarios, los trabajadores “apolíticos”. Los que se quieren engañar o se dejan engañar. Ellos tienen en su mano defender los derechos con el conjunto de los trabajadores, actuar conjuntamente con la clase trabajadora para impedir el deterioro del sector público y para defender, también, sus propios puestos de trabajo. Ellos son responsables de sumarse o no, a la marea humana y solidaria que el días 29 de marzo va a parar este país. En esto, como en tantas cosas importantes de la vida, no hay suplentes, ni excusas. Cada uno somos responsables de nuestros actos y de sus consecuencias. Y una cosa es clara. Al PP no le tiembla el pulso a la hora de limitar derechos laborales y sociales. Es importante que a los asalariados de las empresas privadas, y del sector publico, tampoco nos tiemble el pulso a la hora de defender nuestros derechos.