jueves. 28.03.2024

La encrucijada de los socialistas

No por muy anunciada la tremenda derrota electoral del Partido Socialista, ha resultado más digerible en el seno del PSOE. Algunos seguían confiando en aquello de que, en unas elecciones municipales pesase algo más el trabajo y la entidad de los candidatos locales y autonómicos. Pero es que lo han hecho muy mal.

No por muy anunciada la tremenda derrota electoral del Partido Socialista, ha resultado más digerible en el seno del PSOE.

Algunos seguían confiando en aquello de que, en unas elecciones municipales pesase algo más el trabajo y la entidad de los candidatos locales y autonómicos.

Pero es que lo han hecho muy mal. Me refiero, además de los antecedentes, a la campaña general que han desarrollado y en la que lo que más ha trascendido ha sido precisamente la imagen de un Zapatero diciendo que el gobierno ha hecho lo que tenía que hacer.

Cada mitin, en ese sentido, ha sido un acicate para cientos de miles de ciudadanos de izquierda para no votarles y ejercer un voto de castigo que les hiciera reflexionar.

Este ha sido el último eslabón de un camino equivocado que, este gobierno, con Zapatero como máximo exponente, comenzó en Mayo del año 2010, cuando acríticamente se abrazaron los planteamientos ultra liberales de salida de la crisis en aquella famosa reunión del ECOFIN, en la que según trascendió, la señora Canciller impuso sus criterios sin mayor oposición.

Hoy están los socialistas ante las consecuencias de llevar un año aplicando esas medidas de recorte drástico de la inversión pública que ha llevado el paro al entorno de los cinco millones. Del olvidarse de las medidas anunciadas con anterioridad para facilitar crédito a las pequeñas empresas, y de cerrar absolutamente “el grifo” de los ayuntamientos que han tenido que suspender a su vez determinadas inversiones generadoras de empleo.

Demasiadas razones de una parte de la izquierda, pro-socialista, muy cabreada e indignada, como para no aprovechar la primera ocasión que se le presentaba en las elecciones municipales y autonómicas para castigar en las urnas, a Zapatero, como el máximo responsable de la aplicación de esas políticas en nuestro País.

Hoy la disyuntiva en el Partido Socialista es el cómo afrontar una salida eficaz y creíble a esta situación de divorcio con una parte importante de sus votantes. Y la verdad es que no lo tienen fácil. Sobre todo porque hasta en la misma campaña electoral, como les decía, han cometido la osadía de defender que el gobierno había venido haciendo lo que tenía que hacer. O sea, fuera de subir el IVA, ningún planteamiento contributivo que, al menos, sirviera para repartir un poco mejor las cargas. Nada sobre reponer el impuesto de patrimonio, retirado por este gobierno en otro alarde de fervor liberal… Y todo, sin embargo, sobre recortes de salario a funcionarios, congelación de pensiones, reforma laboral con recortes de los derechos de los trabajadores, retraso de la edad de jubilación…

Por eso, la encrucijada para los socialistas, es que hoy no vale cualquier solución.

La alternativa para que resulte creíble, tendría que incluir una autocrítica al año negro transcurrido desde Mayo y al grave error del gobierno de Zapatero con los recortes sociales. Y esto solo es posible desde un Congreso extraordinario del Partido Socialista que le de el aval y la fuerza necesaria para presentarlo ante la sociedad por su nuevo equipo y por quien elijan como candidato.

Seguramente a menos de un año de la cita electoral para la renovación de las Cámaras, nada será suficiente para volver al punto anterior de confianza ciudadana, pero es que la idea de hacer un “apaño” eligiendo a un candidato para las elecciones y en el que Zapatero continúe como Secretario General y último responsable del Partido Socialista, es sencillamente un fracaso anunciado y de dimensiones muy parecidas al reciente fiasco recogido el pasado día 22 de Mayo.

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