jueves. 25.04.2024

La crisis irlandesa o el fracaso de la Unión Económica y de la Economía neoliberal

NUEVATRIBUNA.ES - 21.11.2010Nada resulta más paradigmático que el estado actual (1) de la crisis irlandesa, de los comportamientos de los mercados llamados financieros y de la Unión Económica.
NUEVATRIBUNA.ES - 21.11.2010

Nada resulta más paradigmático que el estado actual (1) de la crisis irlandesa, de los comportamientos de los mercados llamados financieros y de la Unión Económica. Irlanda siguió a pie juntillas las recomendaciones de la Unión Económica hace poco más de un año, estableciendo planes de brutales de reducción del déficit y comprando con dinero público los bancos irlandeses con problemas de solvencia, aunque se presentara la cosa como de liquidez. A finales del 2009 tenía un déficit del 14,3% y una deuda pública del 64% según datos de eurostat (2). Ahora se nos dice, sin datos oficiales de la U.E., que su déficit supera el 30% ¿Qué ha pasado desde hace un año? Grecia presentaba una cifra similar de déficit (13,6%), pero una deuda mucho más alta (115,1%). Grecia siguió también a pie juntillas las recomendaciones de Bruselas y cuando se hubieron realizado las elecciones de Westfalia-Renania el 9 de mayo, justo al día siguiente se prestó a Grecia la ayuda de 110.000 millones de euros del plan de rescate creado mediante dos fondos, llamados de Estabilidad y Garantía, que sumaban para todo la eurozona un total de 750.000 millones. Pues bien, ni Grecia ni Irlanda han salido del hoyo, ni han conseguido -y esto debiera ser plausible según los neoliberales de Bruselas- la llamada confianza de los mercados, estando la prima de riesgo de la deuda irlandesa a 5,4% punto porcentuales por encima del bono alemán y la griega a 8,8%. Todo un fracaso de Bruselas. De nada han servido las medidas draconianas griegas en las pensiones y en la Administración, ni el recorte de las medidas sociales irlandesas y la compra de sus bancos. No sólo ha sido estéril, sino contraproducente. Y no lo digo yo, sino que lo reconoce la propia Unión Económica al exigirle ahora a Irlanda ¡que aumente los impuestos para garantizar que devolverá el rescate para poder aplicar los fondos antes mencionados! Hasta ahora era anatema y digno de las penas del Infierno -de acuerdo con las concepciones neoliberales- aumentar los ingresos fiscales de los Estados, porque era mejor bajar impuestos para salir de la crisis; ahora se dice justo lo contrario. Claro está, se dice eso, no para salir de la crisis y crear empleo, sino para garantizar la devolución de los fondos. Mayor fracaso y cinismo es imposible. ¿Qué ha pasado desde mayo hasta ahora en la eurozona? Que las medidas neoliberales de establecer calendarios de reducción del déficit para el año 2013 no han dado confianza a los llamados mercados, sino todo lo contrario, porque hasta España, que ha tomado parecidas medidas que Grecia, aunque no tan intensas, ha superado levemente el diferencial de la prima de renovación de su deuda (2%) respecto al mes de mayo. Es decir, no han servido las medidas sobre las pensiones y los salarios de los funcionarios, ni las promesas de modificar el sistema de pensiones. ¿Porqué los llamados mercados financieros no han recogido el guante de las recomendaciones de sus intérpretes institucionales (la UE, FMI, OCDE)? Porque esas medidas eran sólo un señuelo de los mercados. En realidad, la solvencia de un país no la marca el déficit de su presupuesto, sino la carga de la deuda emitida, es decir, de los intereses pendientes de pago y del saldo vivo de su deuda. Por supuesto que es contradictorio atacar los déficits mediante la reducción de su gasto e intentar crecer para tener la solvencia suficiente como para pagar la deuda y sus intereses futuros. Ahora los mercados quieren todo: la carne y el pescado, menos déficit y más crecimiento. Ocurre que eso es un imposible a corto y medio plazo. Por eso ahora los neoliberales de Bruselas han transmutado sus exigencias y quieren que los países beneficiarios de las ayudas ataquen sus déficits, no sólo por el lado de la reducción de los gastos, sino también por el aumento de sus ingresos fiscales. ¡A buenas horas mangas verdes, después de que han quebrado con sus exigencias a Grecia, Irlanda y quizá Portugal! La FED (Reserva Federal de USA) ha hecho lo contrario que el BCE: le ha dado a la máquina de hacer billetes y ha lanzado un fondo de 600.000 millones de dólares para activar su economía mediante la compra de títulos. Esta Unión Europea en manos de la Alemania de Merkel está suicidando a los países de la eurozona. Alemania ya no es la locomotora de Europa, sino una rémora, un vagón de cola y muy grande. Vive ahora de las exportaciones, sólo de las suyas, y sacrificará toda la Unión si es necesario. Los votantes de derecha alemanes mandan. Es una lección para el futuro. El BCE no puede ser el Bundesbank camuflado, ni el euro la versión comanditaria del ex-marco alemán; tampoco puede haber un solo alemán en los máximos puestos de mandato de la UE, y menos de la Unión Monetaria. Alemania es la China de Europa, un caballo de Troya del neoliberalismo, tan anacrónico que no se cree sus propias tesis.

Este es un motivo más de mi tesis sobre los neoliberales. ¡Fuera neoliberales de las cátedras pagadas con dinero público! Estos creen que cuanto menos Estado mejor, creen en la eliminación del Estado de Bienestar y en el despido libre. Y empleo el verbo creer porque no tienen apenas evidencia empírica de sus tesis. Pues bien, que se apliquen ellos mismo sus propias tesis, abandonen las cátedras de la universidades públicas y se vayan al sector privado. Y si no se puede hacer, que se les invite a ello, porque han creado, defendido y justificado la actual crisis, y siguen defendiendo las medidas que no has llevado a esto. Ellos dirán que estas medidas no son suficientemente intensas, que hay que privatizar más, acabar con la educación y sanidad pública, con las pensiones públicas y llegar al despido libre sin ninguna indemnización. ¿Pero cuál es el límite? ¿La esclavitud? ¿Volver a los comienzos de la industrialización? ¿Al trabajo de 12 horas y más diarias, sin días de descanso, sin jubilación? ¿Al trabajo infantil? Pues bien, que se apliquen el cuento y se vayan al sector privado. Sus tesis han fracasado y lo mismo que a un cirujano que no tiene actitudes ni aptitudes para operar se le aparte de los quirófanos, lo mismo ha de ocurrir con las cátedras de los que han defendido, defienden y justifican el estado de cosas actual y las mismas políticas que nos han traído a esto. Así, sin complejos. Y revisión de los planes de estudio de la Economía.

En el caso español, la última reforma del mercado de trabajo no ha traído un aumento ni del empleo ni -y esto es más significativo- ni más aumento relativo o marginal de los contratos indefinidos. Los sindicatos debieran dar un tiempo corto de prueba y si la cosa no cambia, cargarse de razón para volver a la carga. Las medidas sólo son aceptables a título de inventario y si no dan los resultados deseados, han de cambiarse. Otro fracaso significativo ha sido la moderación salarial: ésta ha sido contraproducente para estabilizar el ciclo y la crisis. Hasta ahora, los gastos públicos que se llevaban con criterios anticíclicos (pensiones), los gastos en educación y sanidad, servían como estabilizadores del ciclo por vía de la demanda agregada, puesto que estos gastos se convertían primero en rentas y luego en consumo. Sin embargo, la caída de la participación de los salarios en la renta nacional sólo ha tenido un carácter procíclico, porque ha contribuido negativamente a la demanda agregada a través de su componente principal: el consumo privado. La cosa se ha intensificado con el aumento brutal del paro en los dos últimos años. Por tanto, harían bien los sindicatos en mostrarse inflexibles en la recuperación de los salarios como componente estabilizador de la economía. Los salarios ya no representan ni el 50% de la renta nacional cuando hace dos décadas representaban más del 60%. Y en cuanto a la necesidad de la reforma de las pensiones, una gran mentira. España está a 10 puntos porcentuales (3) de la media de la participación de lo público en el PIB de la UE. Ello supone 100.000 millones de euros de menores ingresos fiscales. Si a ello añadimos que somos con Italia uno de los países con mayor fraude fiscal, la conclusión es que tenemos un colchón enorme de ingresos para acometer el problema de los posibles aumentos de los beneficiarios de la Seguridad Social respectos a los cotizantes. Una vez hecho eso, hablamos. Eso sí, los sindicatos deben darse cuenta que el Pacto de Toledo es un corsé contraproducente para los futuros pensionistas; que no está escrito en ningún catecismo -ni siquiera neoliberal- que las cotizaciones tengan que casar con las pensiones contributivas, porque eso a medio plazo sí puede ser insostenible. No lo será ni nos aseguramos que, en caso de necesidad, los impuestos podrán financiar las pensiones. El Pacto de Toledo fue un error de los sindicatos, pero su perpetuación es un error y medio. Ahora cualquier neoliberal, incluso niñatos y niñatas salidos de las escuelas de negocios o de las universidades privadas que se han colocado directamente en las salas de mercado de cualquier banco, de agencia o de fondo de inversión, reclaman con vehemencia negociar las pensiones dentro del Pacto de Toledo. La derecha en pleno, con Rajoy a la cabeza cuando se ha enterado de qué era eso del Pacto de Toledo, nos está exorcizando con el dichoso Pacto.

Nuestro futuro está en juego y no hay medidas milagrosas, pero hay que sacar a los gobiernos y a las instituciones de su error, de los errores neoliberales de sus funcionarios, de los economistas amamantados en las tesis neoliberales. La Reserva Federal yanqui, con Obama como presidente de USA, ha rectificado. Ahora no es el momento del ahorro sino del gasto. Lo era hace 4 años y más atrás, cuando vivíamos el boom inmobiliario en España, Irlanda, USA, etc., cuando los bancos casi regalaban el dinero, cuando no exigían suficientes garantías porque incluso los impagados hipotecados se les presentaba como un negocio ante el aumento constante del precio de la vivienda. Ese era le momento; ahora no. La UE o rectifica o se hunde, porque las instituciones que no dan respuestas adecuadas a los problemas en los momentos oportunos -y no en otros- no sobreviven. Un ejemplo brutal: la Sociedad de Naciones no evitó la II Guerra Mundial y desapareció. La ONU actual es incapaz de resolver cualquier conflicto, cualquier agresión injustificable desde el punto de vista de los derechos humanos que debe defender. Lo vemos con Israel que no ha cumplido una sola de sus resoluciones; lo vemos con lo que está haciendo el dictador marroquí con el pueblo saharaui; lo vimos con la agresión a Irak, a pesar del voto en contra de 10 países frente a 4 a favor del Consejo de Seguridad (la España de Aznar entre ellos). Por eso la ONU se arrastra actualmente como un objeto inservible que no se desecha porque nadie quiere sus restos. La UE debe aplicarse el cuento: o soluciona los problemas de sus Estados -sí, ¡sus Estados!- o no sobrevivirá.

Antonio Mora Plaza - Economista

(1) A la fecha 18.11.2010

(2) Ver: http://epp.eurostat.ec.europa.eu/cache/ITY_PUBLIC/2-22042010-BP/EN/2-22042010-BP-EN.PDF
Los datos de el diario El País de el día 16 de este mes son erróneos

(3) Datos de Eurostat

La crisis irlandesa o el fracaso de la Unión Económica y de la Economía...
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