viernes. 19.04.2024

La cintura de España

España no está en estado. La llevaron a urgencias. Hasta arriba el dolor por los pasillos. Olor a vómito y mierda. Cánulas de oxígeno pisadas, sin querer pero pisadas, y la disnea apretando los pulmones.

España no está en estado. La llevaron a urgencias. Hasta arriba el dolor por los pasillos. Olor a vómito y mierda. Cánulas de oxígeno pisadas, sin querer pero pisadas, y la disnea apretando los pulmones. Ana Mato fumándose un rato de descanso porque no hay camas que hacer, calculando la caravana de sufrimiento, inyectando a ratos recortes para que se entere la EPOC que es un castigo del tabaco como el infierno es la pena de una masturbación de soledad. De pie España, por los pasillos largos, sosteniéndose el vientre, recuerdo de aquella noche de amor, de faldas al aire entre rosales, de besos con prisas de militar con permiso. Al fin el turno. Merkel y Hollande camilleros. Mercados, prima de riesgo, déficit becario superándose-master en agencias de calificación. Rajoy ecógrafo, cables blancos, pantalla negra-grecian dos mil. No hay nada dentro. Vientre hueco el de España. A lo sumo adherencias. Cinco millones de parados, pobres ahondando en los contenedores de Carrefour caducados, viejos pidiendo iboprufeno en la puerta de una Iglesia para el reuma puñetero, desahuciados durmiendo en cajeros de bancos que desahucian, dependientes que no saben qué hacer con su carencia sin que nadie empuje una silla de cariño. No hay nada por dentro. Vientre hueco de España. A lo sumo adherencias de las que no hay que preocuparse. Ya se encargan el asco, la desesperación, la muerte arrinconada hasta que salta como una solución con un disparo en la sien.

No habrá debate sobre el estado de la Nación porque la Nación no está en “estado” Lo ha perdido todo en los retretes de Europa y el Parlamento de debe celebrar sesiones en los retretes. Ellos tienen una próstata fácil y ellas seda por los altos adentros y tangas rojos y negros cansados en bancos azules de ministerios.

Rajoy ha suprimido el debate sobre el estado de la Nación. Ha hecho bien, muy bien. No se puede tomar la palabra en vano. Es pecado y Mariano es un converso arrodillado ante Rouco y Escrivá de Balaguer-ministro-del-Interior. Se ha hecho margarita con pétalos blancos plastificados y un oro falso central empeñado en Bankia cuando Bankia no se llamaba Blesa, ni Rato, ni un señor indemnizado de Bilbao de cuyo nombre no puedo acordarme. ¿El rescate ha sido bueno o dañino? ¿Afecta al deficit o no? ¿Lo pagaremos entre todos o sólo los bancos? ¿Habrá más recortes o no? ¿Subirá el IVA o no? ¿Bastan cien mil millones o no? El gobierno es una hermosa margarita. ¿Me quiere? ¿No me quiere?

España no es Grecia, ni Italia, ni Uganda. España ni siquiera es España. No somos nada. Puta barata para especuladores que nos dan el revolcón contra el ibex treinta y tantos. España es un recortable para que juegue Wert y Soria pueda decirle a los mineros que no hay dinero para el carbón. Doscientos millones necesitan los estómagos negros de la minería. Mucho dinero. No puede ser. Con el hambre que ya hay en España no se notará el hambre oscura de los pozos. Nos acostumbraremos a la pena penita pena...Que canten los niños, las esposas, las novias sin vientres acariciados. Que sigan con su orgullo de mono limpio, de casco iluminado como lunas diminutas. No hay dinero. El ministro Soria no puede extraer doscientos millones. Se le ha secado el bolsillo. El eco por los montes: SOY MINERO... Cien mil millones para los bancos. Se ha hecho un gran esfuerzo. Se lo merecen los mármoles, las moquetas, los despachos con flores renovadas cada mañana. Cien mil millones para los rolex, Armani, Audi blindado y sonrisa engominada. Cantaban...SOY BANQUERO... Suena mejor. El hombre no es igual que el hombre, ¿Qué somos cada uno?

No habrá debate. No hay nada que discutir. Somos lo que somos si nos dejan ser. Nada más. Un sombra que sigue a un cuerpo por un capricho del sol. Son el cuerpo los otros. Muchos sólo la sombra. Sombra de perro oscuro, a la espera del pan, de las sobras tiradas sobre estómagos huecos, sobre vientres vacíos, abortados los sueños, suicidadas las utopías por el 68 en los adoquines de un París reventón.

La cintura de España
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